Municipal
El pleno de Tarragona aprueba retirar la medalla de la ciudad al rey emérito Juan Carlos I
La propuesta recibe el apoyo del PSC, ERC, En Comú Podem, JxTGN y la CUP, la abstención de Cs y la oposición del PP
El pleno del Ayuntamiento de Tarragona de ayer el martes aprobó, finalmente, retirar la medalla de la ciudad al rey emérito Juan Carlos I, una propuesta presentada por ERC y En ComúPodemque recibió los votos favorables del mismo equipo de gobierno, de la CUP, de Junts per Tarragona y del PartitSocialista, mientras que Ciutadans se abstuvo y el Partit Popular votó en contra.
Según se explica en el acuerdo, los supuestos casos de corrupción de Juan Carlos y la posterior huida del país han provocado que ya no se consideren válidos los motivos que llevaron al consistorio tarraconense a otorgarle este reconocimiento. En este sentido, la propuesta del gobierno municipal defiende que los escándalos del emérito «van mucho más allá de su vida privada, afectan a la vida de las instituciones públicas, la credibilidad y la confianza en que hay que tenerlos». El alcalde, Pau Ricomà, calificó de «acto de dignidad» la aprobación de esta retirada y celebró que, con eso, «la decencia y la dignidad de la ciudad han quedado por encima de las opiniones políticas de cada uno».
«Juan Carlos I desde el principio de su mandato señaló la superación de los antagonismos del primer tercio de siglo, quería ser el rey de todos los españoles y presentar la monarquía como una institución al servicio del pueblo. El rey simboliza el Estado pero no es únicamente representativo, sino dinámico y operativo, siendo una institución básica delmismo», acordó el pleno del Ayuntamiento de 1996 en el que se reconoció al emérito».
El debate estuvo servido en el pleno con esta aprobación. El Partit Popular fue el único grupo municipal que se opuso a sacar adelante el proceso de retirada de la medalla de la ciudad a Juan Carlos de Borbón. La concejala Elisa Vedrina aseguró que el reinado de este «supuso la etapa política más fructífera que ha conocido España». El edil popular defendió que el suyo es un grupo municipal «firmemente comprometido con la Constitución del 78 y, por lo tanto, con la monarquía parlamentaria como forma política del Estado, ya que ha comportado una España moderna, con un sistema económico y social adelantado sobre unos principios de justicia, solidaridad e igualdad política». Finalmente, Vedrina consideró que este expediente para retirar la medalla es un capítulo más de aquello «intangible» que tanto gusta al gobierno, «el cual tendría que dedicar más energías a gestionar la ciudad».
Por su parte, Laia Estrada, portavoz de la CUP, celebró la retirada de la medalla pero fue todavía más crítica. «Aplaudimos la decisión del gobierno, pero no porque ya no merezca la medalla porqueha huidodel Estado español después de embolsarse millones y millones de euros del pueblo, ni porque, como dice el informe, hayan desaparecido todos los motivos que motivaron a su concesión, como si en algún momento estos hubieran sido válidos, sino que nunca se le tendría que haber otorgado», defendió Estrada. La cupaire emplazó a la mayoría republicana del plenario, finalmente, a retirar la fotografía del rey Felipe VI y «si no quieren desobedecer, como mínimo, pónganla boca abajo».
El portavoz de ERC, Xavier Puig, remarcó, por su parte, que han impulsado la retirada de la medalla por decencia y no por republicanismo. «Tenemos toda la autoridad para velar por la imagen de la ciudad y el prestigio de nuestra medalla no tiene por qué aguantar actitudes reprobables», en referencia a los escándalos de Borbón.
Desde En Comú Podem, el concejal Hermán Pinedo dijo que había que desvincular la ciudad «de unverdadero corrupto». También defendió que hace falta acabar con la inviolabilidad del monarca y retirarle el título de emérito. «El gobierno toma una decisión valiente, retirar una medalla que ni merece ni mereció», lanzó.
En la línea de la abstención, Rubén Viñuales, portavoz de Ciutadans, justificó el voto de su formación asegurando que «no me gusta como pinta el tema de la Corinna y el de las comisiones». No obstante, el edil naranja señaló que «no me deja de sorprender la doble vara de medir». En este sentido, reprochó al alcalde Ricomà que se refiera a Juan Carlos I como huido de la justicia, «cuándo no tiene ninguna orden en firme», mientras que otras personas «que sí que las tienen» no son huidos, sino «mártires», refiriéndose claramente al expresidente de la Generalitat de Catalunya exiliado en Bélgica, Carles Puigdemont. Finalmente, defendió la monarquía pidiendo que no se confunda la persona con la institución. «Para muchos de nosotros, la Generalitat sería una institución decadente según las personas que han pasado, pero sabemos que vela por el interés de los catalanes, aunque las personas que ocupan el lugar no lo hagan», lamentó finalmente el portavoz de Ciutadans.
Según Dídac Nadal, portavoz de Junts per Tarragona, no hay ni ética ni moral en los actos de Juan Carlos I, ni lógica en que alguien pueda defender que sea merecedor de la medalla de la ciudad. «Emplacémonos a poner fin a todo eso y debatir si democráticamente queremos o no una monarquía impuesta en una constitución que ya venía atada de manos y pies», apuntó Nadal.
Finalmente, Sandra Ramos, del PSC, defendió que su voto favorable se debía no sólo al hecho de que los escándalos del emérito hagan que ya no merezca el reconocimiento, sino que este se mujer únicamente a «instituciones importantes de la ciudad». Ramos también pidió hacer una reflexión ante el hecho de que sólo una mujer, Olga Xirinacs, esté entre las 19 personas físicas que han recibido esta distinción de honor de Tarragona.