Restauración
Las terrazas temporales en Tarragona pueden estar activas hasta el 31 de diciembre
El Ayuntamiento amplía la vigencia de la autorización para poder ocupar algunas calzadas de calles
La vigencia de la autorización para instalar terrazas temporales de bares y restaurantes en las calles de Tarragona finalizaba ayer miércoles, coincidiendo con el último día del mes de septiembre, pero el Ayuntamiento ha acordado ampliarla hasta el próximo 31 de diciembre, siempre que se mantenga la actual situación provocada por la pandemia de la covid-19. El objetivo que persigue la medida es favorecer el desarrollo de la actividad de restauración con garantías y de acuerdo con las normas de seguridad que exige la administración para frenar la pandemia. No obstante, a partir de hoy se tendrán que pagar la tasa por ocupación del dominio público.
A raíz del confinamiento a causa de la expansión del virus, varios restauradores de la ciudad pidieron al Ayuntamiento autorización para poder montar terrazas en el exterior de los establecimientos y, de esta manera, ampliar el espacio destinado a la actividad. Hay que recordar que en algunos periodos de la pandemia no estaba autorizado atender clientes en el interior de los bares y que las mesas situadas en las terrazas tienen que mantener la pertinente distancia de seguridad, hecho que provocó que algunos establecimientos sólo pudieran poner un número reducido de estas.
El gobierno municipal aceptó la propuesta de los restauradores, con la voluntad de facilitar una fuente de ingresos a un sector muy afectado por la covid-19 que, además, ofrece un servicio al conjunto de la población.
El Ayuntamiento no descarta hacer una segunda ampliación de la autorización para montar terrazas temporales en las calles a inicios del próximo año, siempre que se mantenga la situación sanitaria que motivó su proliferación.
El Ayuntamiento, considera «relevante» el hecho de que la Guardia no tenga constancia de ninguna queja ni incidente grave relacionada con la ubicación de las terrazas temporales en las calles, hecho que se valora de manera muy positiva. La medida obliga a cortar a la circulación unas horas al día las calles donde se ubican las terrazas, como sucede a Fortuny, a Governador González o Arquitecte Rovira, entre otros escenarios del centro de la ciudad. La ocupación parcial de calles de la ciudad preocupaba aparte de la población, entre otros motivos porque durante unas horas se suprimía la circulación de vehículos y, también, por la posibilidad de que la presencia de clientes en la vía pública pudiera generar molestias, de manera especial ya entrada la noche. Según el Ayuntamiento, la actividad se está llevando a cabo bajo unos parámetros aceptables.