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Ni temporada ni Concurso de Castillos: la pandemia deja a los grupos en blanco y con una perspectiva de reanudación incierta

Algunas agrupaciones empiezan a trabajar con los chiquillos y en grupos reducidos para favorecer la recuperación técnica

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Este domingo la Tarraco Arena Plaça de Tarragona tenía que vivir el momento álgido de la temporada castellera con la XXVIII edición del Concurso de Castillos, que ha quedado pospuesta hasta el 2022 por la pandemia. La Colla Vella dels Xiquets de Valls quería reeditar el triunfo de la última edición, mientras que los Verds aspiraban a recuperar el «reinado» que habían conseguido mantener desde el 2002.

La covid-19 ha borrado del todo la temporada y la reanudación todavía se ve lejos por la imposibilidad de recuperar la actividad habitual de ensayos y actuaciones de forma segura. Una vez asumida que el paro impactará de lleno en el nivel de los colles, algunas agrupaciones empiezan a trabajar con colles reducidos de canalla para favorecer la recuperación técnica.

Con 6.000 espectadores en plaza y más de 300 medios de comunicación acreditados cada año, el Concurso de Castillos de Tarragona está considerado elmayor espectáculo casteller del mundo. Se celebra en formato bienal cada primer fin de semana de octubre y consta de tres jornadas -dos en Tarragona y una en Torredembarra- en las cuales participan 42 colles. En un escenario de plena pandemia, sin embargo, un programa televisivo emitido por 'La Xarca' reemplazará la jornada del domingo que tendría que haber protagonizado la XXVIII edición.

La TAP, donde emerge «la esencia de la rivalidad»

Desde los Castellers de Vilafranca aspiraban a recuperar el «reinado» del Concurso, después de que en el 2018 La Colla Vella dels Xiquets de Valls se llevara el triunfo y se rompiera la hegemonía verde de las últimas ediciones. El presidente del grupo vilafranquina, Carles Mata, explica que este año tenían previsto duro bien preparadas cuatro cartas: el 3d10fm, el 4d10fm, la torre de 8 limpia y el 4d9 limpio. Si hubiera sido un buen año, no descartaban haber intentado también el 3d9 neto. «Está claro que la victoria estaba al llevar tres de estos cinco castillos», remarca.

El cap de colla dels rosats, Albert Martínez, dice que habrían querido llevar una temporada perfecta y con los deberes hechos. Hace dos años vencieron con el 2d8sf, el 4d9sf y el 3d10fm -cargado-, unos castillos que también llevaron a plaza durante la temporada. «Creo que tendríamos que haber hecho lo mismo, llegar al concurso con los que nosotros creemos que podrían darnos la victoria,» explica. Además, Martínez recuerda que el grupo estaba viviendo un gran momento, con sólo cuatro caídas en todo el año pasado y habiendo cargado las cuatro construcciones. Los retos que tenían para este año, apunta, eran ser «una pizca más de gente» y volver a buscar los castillos de 10 que la campaña pasada se les quedaron «traveseros». «Ahora eso se ha acabado», lamenta.

Más allá de los castillos que habrían podido ser y no serán, los castellers añoran el ambiente que se respira en la arena durante el concurso. «Los últimos años hemos ganado muchas ediciones consecutivas y eso te genera una etiqueta de favorito que también te lleva a mucha gente a la contra», explica Carles Mata, recordando que han sido sistemáticamente silbados por parte de las aficiones de otros colles. «Cada vez que nos silban, tengo más ganas de hacer castillos», asegura. Para el presidente de los Verds, la TAP «es el único lugar» donde emerge «la esencia de la rivalidad castellera».

A pesar de las lamentaciones, Mata también ve una oportunidad para poner los contadores a cero con los otros grandes colles. Cree que, a pesar del 2020 sea huérfano de castillos, ahora los vilafranquins han «ganado» dos años para «recuperar el nivel de años atrás y poder volver a disputar el concurso con uno 'tú a tú' con la Vella». «Tenemos claro que la Vella acabó el año pasado en un nivel altísimo y estaba en un ritmo ascendente similar a lo que teníamos nosotros a principios de los 90», destaca, y concluye que el paro de ahora «ha hecho daño a todo el mundo».

Colles estables de 20 personas para reanudar los ensayos

La reanudación de los ensayos ha sido el gran anhelo de los colles desde que empezó la desescalada del confinamiento. Este verano, la Coordinadora de colles Castellers de Cataluña (CCCC) definió un protocolo para aquellas entidades que quisieran reanudar la actividad siguiendo numerosas medidas de seguridad. Una de las claves era hacer ensayos reducidos, con colles fijas de 20 personas. Una opción de trabajo que tenía el aval del Procicat y que tiene siempre la seguridad como prioridad. «Estamos pensando de qué manera se pueden hacer castillos de forma segura, pero no se nos pasa por la cabeza poner en riesgo el entorno social», señala el presidente de la CCCC, Sergi Font.

Los Castellers de Vilafranca fueron de los primeros al anunciar que volverían a ensayar, pero los brotes de covid-19 que aparecieron en julio por toda Cataluña los hicieron recular. Con todo, durante el verano sí que han desplegado varias actividades deportivas con la canalla «para mantener la agilidad y el vínculo con la entidad». Precisamente, Mata dice que eso es lo que más lo «preocupa» del paro de este 2020 es qué pasará con los niños. «Quizás perdemos toda una generación», avisa, ya que enxanetas y levantadores están haciéndose mayores sin que haya nuevas incorporaciones.

Por eso los Verds se marcan como prioridad reanudar los ensayos este otoño empezando con la canalla, reunidos en colles de 20. Una vez desencallada esta sección, el grupo ya afrontaría los ensayos del resto de componentes. Mata apunta que, aunque el protocolo permite hacer los castillos a ensayo sin mascarilla, ellos procurarán mantenerla «porque damás seguridad».

La Colla Vella dels Xiquets de Valls asume que los castellers serán de los últimos al poder reanudar la actividad, pero aun así han decidido iniciar encuentros semanales con la canalla –en colles divididos y establos. El objetivo, apunta a Martínez, no es hacer un ensayo muy técnico que implique ensayar castillos, estructurar los pasos del 4 con el pilar, o como se tienen que colocar el enxaneta o el acotxador, sino que apuestan para que los menores convivan, disfruten de los castillos que puedan hacer y trabajen ejercicios de fuerza de equilibrio.

La preocupación por como será la recuperación técnica de la canalla es compartida por todos los colles porque durante el paro los niños y niñas van creciendo y podrían acabar saltándose algunas posiciones. «Habrá que ensayar desde cero pomos de arriba prácticamente nuevos», subraya Sergi Font, quien advierte de la dificultad añadida que supondría empezar a reanudar la actividad con canalla nueva.

La vuelta a las plazas, la gran incógnita

Pendientes de cuándo se podrán volver a llenar los locales de ensayo, hoy por hoy sigue siendo del todo imprevisible fijar una fecha para ver de nuevo castillos en las plazas. La Coordinadora admite que, en el peor de los escenarios, el próximo año también podría quedar en blanco. Eso supondría estar prácticamente dos años sin ensayos ni actuaciones y ocurriría «una vez dura de recuperación».

Para hacerse una idea de la situación, hay que tener en cuenta que este año el techo de la temporada lo marca el 4 de 8, que alcanzaron el 9 de febrero a los Castellers de Barcelona en la festividad de Santa Eulàlia, y que después repitieron a los Castellers de Sabadell y los de la Villa de Gracia en sendas actuaciones el 8 de marzo. Ni la Vella ni los Verds, por ejemplo, habían llegado a hacer ninguna actuación.

Ante este paro inédito, admiten que «costará mucho» llegar al nivel que había antes de la pandemia. El cap de colla de la Vella admite que se pueden perder estructuras y castillos, pero cree que lo más importante es poder volver y disfrutar. Desde Vilafranca creen que «se volverán a valorar los castillos de 8, en los cuales se había perdido el respeto» y auguran que pasarán como mínimo dos años hasta que los colles estén en condiciones de volver a levantar castillos de 10 pisos.

«El descenso de nivel al inicio será por parte de todo el mundo», sentencia el presidente de la Coordinadora, pero el reto, apunta, será recuperar «la confianza de la gente» y que quiera volver a acercarse a las piñas y a las plazas. «Estamos mirando como hacer que los colles vuelvan a ser un foco de atracción, que los castillos puedan seguir siendo seguros y que se puedan llevar castillos a plaza,» explica. «Eso sí, la clave es no tener prisa y, cuando lleguen, celebrarlos todos», concluye Font.

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