Solidaridad
Càritas abre un nuevo espacio para acompañar a la gente sin hogar de Tarragona
El centro Betània quiere atender emocionalmente en los sin techo de la ciudad para favorecer la recuperación y la progresiva inclusión social
Càritas Interparroquial Tarragona inauguró ayer, con la bendición por parte del arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, el centro Betània en la calle Talavera número 10, en la PartAlta de la ciudad. El nuevo espacio tiene como objetivo el acompañamiento integral para favorecer la recuperación y la progresiva inclusión social de las personas sin hogar.
Tal como explica Carme Cervantes, miembro de la junta de Càritas Interparroquial, el local donde se ubica Betània está donde la Manolita, una vecina de toda la vida de la PartAlta, creó un centro para atender a las personas vulnerables que vivían en la calle. Manolita murió en abril de 2019 y el espacio estaba inhabilitado. «Ante el aumento del gente sin techo en la ciudad vimos que era una buena oportunidad para dar salida al local y decidimos sacar adelante el proyecto Betània», explica Cervantes, que señala que el espacio es de la Fundación Obra Pia Montserrat, que lo ha cedido a Càritas. Cervantes explica que lo que hace falta es «un seguimiento más individualizado para su inclusión, es decir, acciones encaminadas a dar herramientas para que puedan salir adelante».
En este sentido, entre todo aquello que ofrece Betània destaca también la atención social, en lo que será un espacio de encuentro y relación donde se realizarán talleres terapéuticos, actividades formativas, culturales, y de recuperación de hábitos, entre otros. Concretamente la función del centro se dividirá en cuatro ejes: en el área de vivienda, informar y tramitar recursos para encontrar un hogar y facilitar así la inclusión social de las personas sin techo; en el ámbito del trabajo, realizar talleres formativos y derivaciones a otros proyectos especializados, tanto de Càritas como de instituciones externas; con respecto a la documentación, dar acompañamiento y asesoramiento en las tareas de gestión, legalización y actualización de documentos personales; y finalmente en el ámbito de la salud emocional, ofrecer atención social, biopsicosocial y relaciones sociales entre personas que se encuentran en la misma situación y personas voluntarias.
De hecho, según explica Cervantes, ya hay 12 voluntarios para empezar con la misión de Betània. «Hay personas que quieren dar clases de catalán, de otros que quieren hacer teatro y de otros que tienen formaciones diversas, pero muy orientadas a hacer un acompañamiento no tan psicológico sino emocional». La miembro de Càritas Interparroquial lamenta que «cuando vemos a un sin techo por la calle, como mucho damos dinero, pero nadie habla ni se sienten escuchados», y añade que «con nuestro proyecto queremos que crean que pueden salir adelante de la situación que viven». En este sentido, Cervantes reconoce que «vamos a hacer el más difícil, las cuestiones más complicadas, pero tenemos mucha ilusión, sólo con que una persona ya salga adelante, estaremos contentos», y finalizaba, «mucho trabajo a hacer y poco a cobrar».
Cervantes recuerda, para acabar, que la situación de covid-19 hace que sea más necesario que nunca cuidar a las personas vulnerables y en Betània cumplirán con todas las medidas de seguridad.