Las nuevas medidas anticovid
El sector de la estética de Tarragona considera «injusto» que les obliguen a cerrar
El presidente del gremio, Pere Salcedo, dice que «no entendemos por qué unos lo tienen que hacer y otros no»
La decisión adoptada por el Gobierno de la Generalitat, de obligar a cerrar los establecimientos dedicados a la estética, como medida para frenar la proliferación de la pandemia de la covid-19, ha caído como una jarra de agua fría en el sector. El presidente del Gremio Artesano de Peluquerías y Belleza de Tarragona, Pere Salcedo, manifestó ayer jueves que es «injusto». De la misma opinión es Sílvia Manzano, que duda de que pueda reabrir el establecimiento dentro de quince días.
Salcedo afirmó que «la mayoría de los centros de estética han utilizado todos los protocolos de la covid-19, han efectuado inversiones para garantizar la seguridad del servicio, y ahora los hacen cerrar». Salcedo puso un gran interrogante al hecho de que «las peluquerías puedan abrir y los centros de estética no, cuando el contacto entre los profesionales y los clientes es el mismo». «No sabemos por qué unos sí y otros no», remarcó.
El presidente del gremio recordó que, cuando el virus se convirtió en una preocupación social a causa de su rápida expansión, «nuestro sector fue el primero a tomar medidas», para lo cual tuvo que hacer frente a unos gastos inesperados. Además, Salcedo lamentó el hecho que «cuando el Gobierno decidió ampliar los ERTO, excluyó en el sector de la imagen personal, lo cual ha supuesto un nuevo inconveniente». Según el presidente del gremio, hay medidas que cuesta entender.
Salcedo afirmó que las medidas adoptadas por el Govern «pueden afectar a todo el mundo, no sólo a nosotros», como es el caso «de los bares y de los comercios». Estos sectores «arrastramos el problema, ya que fuimos de los primeros que tuvimos que adoptar medidas a causa de la pandemia». El presidente del Gremio dijo que «si una peluquería o un centro de estética no lo hace bien, no cumple las normas, que lo cierren, pero que no perjudiquen a todos, también a los que lo están haciendo bien desde el primer día».
Afectación emocional
Silvia Manzano, del establecimiento de belleza Estetic 21, puso todos los medios para garantizar su seguridad sanitaria y la de sus clientes, hasta el punto que la persona que accede al establecimiento se tiene que poner desinfectando en las suelas de los zapatos. Manzado manifestó que «emocionalmente estoy de baja» y apuntó que el sector «se siente discriminado». «No confío en que sea quince días de cierre, pienso que serán más», afirmó, para remarcar qué ayer, último día de trabajo hasta nueva orden, se sentía «fatal».
Manzano, quien se mostró muy crítica con la decisión del Govern de la Generalitat, comentó a este medio que «ya tenía completos los últimos quince días de octubre y, por lo tanto, no poder atender a las clientes me supone unas pérdidas económicas importantes, más cuando venimos de un primer cierre del cual no nos hemos recuperado». La esteticista lamentó el hecho de que «ya he comprado todos los productos que necesito para la campaña de Navidad, estando todos en las cajas y pienso que allí seguirán porque no descarto que nos hagan cerrar, pero el día 20 de este más me cobrarán el IVA».
Esta profesional de la estética recordó que cuando se reabrió el establecimiento en primavera «hice una inversión en medidas de seguridad, sin aumentar el precio de los servicios y, en este tiempo, ni yo ni ninguna de mis clientes se ha contagiado».
El caso de Manzano no es único. De hecho, la preocupación se ha hecho extensible a todo el sector. Una esteticista que prefirió mantener el anonimato apuntó que «hoy –por ayer– estamos llenos, porque cuando se anunció que nos cerrarían a las clientes nos empezaron a llamar para aprovechar el último día de apertura».