Protesta
Denuncian humedades por no poner aislamiento en el muro de un bloque de Tarragona destruido en el 2001
Vecinos del número 26 de la calle Verge de la Misericòrdia cuelgan una pancarta para hacer pública la situación en que se encuentra su edificio
El año 2001 se desmontó el edificio del número 24 de la calle Verge de la Misericòrdia, que hacía esquina con la calle Lleó. Desde entonces, el solar está vacío, aunque desde hace unos años aparcan vehículos y hay restos de escombros. Esta acción ha repercutido de manera negativa en los propietarios de los pisos del bloque de viviendas que se corresponde con el número 26. El colectivo de vecinos denuncia que, en su momento, cuando se destruyó el edificio del lado, no se aisló la pared medianera. El resultado fue la aparición de humedades en el interior de los pisos, además de la presencia de animales en la zona. La pared medianera es de ladrillo y el grueso de 15 centímetros, según explicaron los vecinos a esta redacción.
Cansados de la situación y de no conseguir un resultado positivo de las gestiones hechas delante del Ayuntamiento de Tarragona, el sábado de la pasada semana colgaron una pancarta con el texto «Se nos cae el bloque, pero contamos con la ayuda de los 4 fantásticos». Ayer lunes la pancarta fue retirada a causa del viento, pero Gustavo Avilés, expresidente de la comunidad de vecinos, dijo que, cuando amaine, la volveremos a poner.
En marzo de los 2019 el Ayuntamiento requirió a Inversiones e Immuebles Tarragó la «pavimentación y cierre de los solar, y la protección o instalación de aislamiento en las medianeras de los edificios colindantes». Ante el incumplimiento, el 13 de junio del año pasado impuso una sanción de 300 euros, una cantidad que Avilés dijo «no sirve de nada, porque para estas empresas es una cantidad que pueden asumir». El expresidente de la comunidad y persona que realizó los últimos trámites anteel Ayuntamiento, afirmó que «insistiremos, entre otras cosas porque los restos que quedaron en la pared del otro edificio, como antiguos alicatados, se pueden desgastar y alguna persona se puede hacer daño». «Por desgracia, siempre tiene que pasar algo para que se arreglen desperfectos y, en nuestro caso, para que se proceda a poner aislamiento en un muro que quedó al descubierto cuando se tiró al suelo el edificio que había al lado del nuestro».
Por su parte, Albert González, también vecino del inmueble del número 26 de Verge de la Misericòrdia, lamentó el hecho de que los decretos del Ayuntamiento no hayan tenido ningún tipo de efecto positivo y que la situación en que se encuentran se alargue en el tiempo. «La solución sería que el Ayuntamiento actuara de manera subsidiaria, ya que hasta ahora el propietario no ha hecho caso a las demandas que planteamos», subrayó.
«Todos los años tengo que pintar»
La humedad se filtra en el interior del inmueble, lo cual perjudica el edificio y a las personas que viven allí. Avilés comentó a este medio que «cada año tengo que pintar mi casa para, al menos, tapar las manchas que aparecen». Los vecinos no tienen ninguna intención de desistir. Al contrario, «contrataremos los servicios de un arquitecto a fin de que realice un informe sobre la situación en que se encuentra la pared medianera».
El inmueble dispone de seis pisos y dos bajos. «Somos pocos, pero estamos dispuestos a llegar hasta el final porque pensamos que es de justicia», apuntó al expresidente de esta comunidad de vecinos de Verge de la Misericòrdia.