Mediterrània investiga si el cangrejo azul ha iniciado la colonización del Francolí

La Fundación Mare Terra Mediterrània ha iniciado una investigación por comprobar si el cangrejo azul, muy voraz y apreciado en el ámbito culinario, ha iniciado la colonización del río Francolí. Esta redacción ha podido saber que una persona hizo entrega de un esqueleto de cangrejo azul encontrado en un sector de este río tarraconense que no ha trascendido. Esta especia arrasa con las autóctonas, ya muy castigadas por el cangrejo rojo que se introdujo hace unos años.

La irrupción del cangrejo azul en las Terres de l'Ebreestá documentada desde el año 2016 y, hasta enero del pasado año, ya se habían capturado 2,2 millones de ejemplares, segundo informó al Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (DARP) el pasado febrero.

La investigación de Mediterrània está en mantillas, pero todo apunta en el hecho que el cangrejo azul habría iniciado la conquista del río Francolí, lo cual es una mala noticia para las especies autóctonas, pero beneficiosa para posibles pescadores furtivos que puedan surgir, ya que se trata de un crustáceo que tiene un buen precio de venta.

En poco más de tres años, en las lonjas catalanas se han comercializado cerca de 600.000 kilos de cangrejo azul, lo cual ha reportado en el sector pesquero unos beneficios de más de un millón y medio euros. La pesca de este crustáceo por parte de los pescadores profesionales catalanes es la manera más efectiva de control de las poblaciones de esta especie alóctona, de origen americano, según defiende el DARP.

Esta especie es especialmente apreciada en los Estados Unidos, tanto por su calidad gastronómica como por la riqueza económica que supone su comercialización. Maryland ha declarado el cangrejo azul el crustáceo oficial de este estado del norte de los Estados Unidos que está junto a Washington DC.

Invasor y agresivo

El cangrejo azul es una especie invasora que coloniza un territorio con gran rapidez, ya que prácticamente no tiene enemigos. Según explicó una persona experta a esta redacción, «sólo por contacto hace que enferme el cangrejo autóctono o el rojo», con lo cual «se carga su hábitat» de manera que casi es imposible reintroducir la especie originaría. Su introducción artificial al río Francolí puede suponer una catástrofe ecológica de primer orden.

Como sucedió con el cangrejo rojo, el azul se introduce por sus características culinarias. Además, un ejemplar adulto puede llegar a pesar más de un kilo y desplazarse tres kilómetros en una noche. Su capacidad para convertirse en especie dominadora de un territorio específico en un corto periodo de tiempo la convierte en un elemento peligroso para el equilibrio ecológico de un río sensible como el Francolí.

Aunque su hábitat nativo eran sólo las costas atlánticas de América, la actividad humana amplió sustancialmente su distribución por todo el mundo. Se ha introducido en las costas de Japón y la Europa, y se ha encontrado ejemplar en el Mediterráneo, el Mar Negro, el mar Báltico y el Mar del Norte. En ámbitos fluviales, es fácil encontrarlos en estuarios y en las desembocaduras de ríos, como es el caso, en Cataluña, del Delta del Ebro.