«Los médicos asumimos roles que no nos corresponden, como los burocráticos»

—¿Qué objetivos se ha marcado como nuevo presidente del Col·legi Oficial de Metges de Tarragona?

—Lo dijimos durante la campaña. Representar todos los colegiados del territorio, de todos los ámbitos, ganar liderazgo institucional, ser muy visibles y comunicar aquello que hacemos. Nos apoyaron casi 1.500 colegiados, de los 3.500 que hay en el territorio. Queremos consolidar nuestros compromisos.

—¿Si se tiene que ganar liderazgo institucional, es porque el que hay no es suficiente?

—Detrás de esta frase se encuentra el hecho de que hay médicos con que nos dicen que el colegio tiene que llevar su voz a las instituciones y los proveedores, que consideran que no es lo bastante fuerte para llevar la voz del colegiado allí donde haga falta, como las mesas de negociaciones. Allí donde el médico necesite tener representación, tiene que estar el colegio. Entendemos que no lo estaba ejerciendo y, por lo que sabemos, los colegiados están de acuerdo con esta apreciación.

—¿El colectivo que representa se siente lo bastante apoyado, más ahora en tiempo de pandemia?

—El médico es, en general, un profesional poco reconocido ya antes de la pandemia y esta lo ha puesto de manifiesto todavía más. No está lo bastante reconocida la labor que hace, comparando con países de los alrededores. No hablemos sólo de salarios, también de recursos para atender al paciente. Es un déficit crónico.

—Hace unas décadas el médico era uno de los profesionales más reconocidos de la sociedad.

—Probablemente, el reconocimiento y el prestigio no lo hemos dejado de tener. El problema es de recursos, de financiación de la sanidad. ¿El motivo? Es una buena pregunta que no nos corresponde a nosotros contestar y sí a los responsables políticos que han ido pasando y que cada vez han dado menos recursos. Hubo un recorte y la sanidad tiene falta de inversiones. También lo dicen las personas que se manifiestan en los CAP. Si se compara el presupuesto de Defensa con el de Sanidad, veremos la diferencia.

—En un país como Portugal, las enfermeras cobran mucho más que en España. ¿Pasa lo mismo en el caso de los médicos?

—Los médicos en Portugal están mejor pagados que nosotros, a pesar de ser de los que están peor pagados de Europa. Estamos a un cincuenta por ciento de la media del médico europeo. Cuando atendemos a un paciente, lo que menos nos preocupa es el salario. Lo que nos preocupa son los recursos que tenemos. Es necesario y fundamental invertir en tecnología. En mi especialidad, el dolor crónico, en el hospital de referencia de Tarragona hay tratamientos que me cuesta ofrecer a mis pacientes. Son caros. Un tratamiento puede costar 25.000 euros, pero puede cambiar la vida del paciente. Me refiero a eso cuando hablo de déficit de recursos. Explico mi caso, pero todos los especialistas tienen problemas similares.

—Si hay falta de recursos en un hospital de referencia como es el Joan XXIII, ¿qué puede pasar en los de ámbito comarcal?

—Creo que el Joan XXIII y el Sant Joan de Reus tienen que poder ofrecer todos los servicios para que un paciente no tenga que desplazarse a Barcelona. En algunas especialidades es difícil, pero tendríamos que ir hacia el hecho de poder ofrecer toda la asistencia.

—¿La vacuna de la covid-19, será segura?

—No soy experto y no puedo entrar en detalles, pero está claro que la población tiene que estar tranquila porque las vacunas habrán pasado todos los tests posibles. La eficacia puede variar en pequeños porcentajes entre unas y otras, pero es seguro que se ha hecho una investigación bestial. Todo el mundo ha tenido en cuenta la seguridad, que es el tema principal. Se está haciendo un gran trabajo.

—¿Qué piensa de la gestión que se hace de la pandemia?

—Quiero dejar claro que la gestión de la pandemia no es fácil para nadie. No tenemos una varita mágica. Países que lo estaban llevando muy bien, ahora están peor. Se ha instrumentalizado políticamente. En la primera fase de la pandemia se hizo lo que se pudo y la gestión ha ido mejorando. La mejora de la situación y la gestión van en paralelo.

—Usted insiste en el hecho de que faltan recursos

—Se tiene que tener claro que se tienen que destinar más recursos a la sanidad. Lo que digo, lo engloba todo. Si políticamente se apuesta por la sanidad, con más recursos, los médicos los sabremos administrar porque nosotros sabemos que se necesita en nuestro ámbito. Hay un comité de expertos para la transformación de la sanidad pública que ha definido treinta criterios por proporcionar al Gobierno. Nuestros problemas están diagnosticados y, también, hacia donde tenemos que ir.

—¿Hacen falta más profesionales de la medicina en nuestro sistema sanitario?

—Son necesarios más especialistas y planificar cuáles faltan. Cada año salen 7.000 licencias de medicina, se presentan 14.000 médicos al MIR y, de estos, se dan 6.000 plazas. El resto, se vuelve a presentar, hacen tareas no especializadas o se marchan al extranjero a trabajar.

—Muchos médicos también hacen tareas administrativas, lo cual supone menos tiempo para atender a los pacientes.

—Asumimos roles que no nos corresponden, como los burocráticos. En atención primaria hay médicos que tienen que cambiar las sábanas para explorar al enfermo. Pedimos que esté la figura del auxiliar clínico, que dé apoyo al médico a fin de que este se pueda dedicar a su trabajo. No nos caen los anillos por cambiar sábanas, pero podemos ser más útiles si nos dedicamos todo el tiempo al paciente. Ya se está trabajando en la creación de la figura del asistente clínico. Se hacen tareas formativas. Es importante, sobre todo para hacer trabajos administrativos en la primaria y descargar al médico.