La Guardia Urbana sólo ha multado tres bares por incumplimientos durante el puente
Vecinos y usuarios de las redes sociales han denunciado las malas praxis de muchos establecimientos durante estos días, principalmente en la plaza Corsini
La Guardia Urbana de Tarragona sólo ha sancionado tres establecimientos de hostelería durante este puente de la Purísima por incumplimiento de las medidas de seguridad, que pretenden evitar la propagación de la covid-19. El cuerpo local de seguridad multó un establecimiento de la calle Apodaca «por no cumplir las medidas higiénicas», según fuentes del Ayuntamiento de Tarragona, mientras que el día 7 sancionó dos establecimientos de la calle Felip Pedrell, uno «por exceso de aforo» y otro «por no respetar las medidas de seguridad».
Han sido pocas las sanciones teniendo en cuenta la cantidad de denuncias que se han visto a través de las redes sociales, en las cuales los usuarios lamentaban que, principalmente en la plaza Corsini, no se cumplía con la normativa de máximo cuatro personas por mesa, ni la distancia entre mesas y con los clientes sin mascarilla. Uno de estos usuarios es Eloy Gaspar, que asegura que «me avergüenza como ciudadano ver que hay restauradores que no cumplen las normas que nos han impuesto como, por ejemplo, que haya cuatro personas por mesa» y añade que «me sabe mal que haya población en Tarragona con negocios cerrados por las restricciones, como los centros comerciales, y que los que pueden abrir, algunos, no todos, incumplan normas». Gaspar finaliza remarcando que «estoy a favor que, si estamos cumpliendo, podamos abrir, ya que nos beneficia en todos, pero no incumpliendo las restricciones, porque al final es perjudicarnos entre nosotros».
En esta misma línea, Eulàlia Lozano, miembro de la junta de la Asociación de Vecinos Tarragona Centre, reconoce que han recibido muchas quejas de vecinos de la zona sobre el mal comportamiento de algunos establecimientos de restauración. «A toda esta zona del centro de la ciudad, la calle Lleida, plaza Corsini, etc., en muchos negocios no cumplen las distancias de seguridad, ni muchos clientes llevan la mascarilla puesta ni hay la posibilidad de que los peatones puedan andar por la acera», lamenta Lozano, que pone el ejemplo de la calle Governador González, «dónde hay un espacio muy estrecho a cada lado de la calle, ya que en medio hay las terrazas de bares, y no puedes pasar porque los clientes lo ocupan todo.»
Lozano se muestra impotente asegurando que «la Guardia Urbana no está, vivo en esta zona y no les he visto pasearse por aquí ni un solo día». Al respecto, apunta que no es necesario que los agentes vayan con la libreta de multas en la mano y empiecen a sancionar a todo el mundo, pero al menos que hagan acto de presencia en esta zona «para intimidar». La miembro del AVV Tarragona Centre, sin embargo, no quiere generalizar. «Es cierto que hay establecimientos que cumplen todas las medidas y limitaciones marcadas por la Generalitat, como uno que hay en la calle Fortuny, que cada vez que se levantan unos clientes incluso desinfectan las patas de las mesas, en las que sólo colocan cuatro sillas». Al respecto, Lozano critica que «después tengan que pagar justos por pecadores».
La vecina del centro de Tarragona lamenta que, «por descontado, esta es la zona de la ciudad que más sufre esta problemática, ya que te paseas por otras zonas y no ves estos malos comportamientos.» Es más, Lozano defiende que no hay ningún otro sitio en Tarragona tan masificado como el centro, y si añades las terrazas de bares sin cumplir las medidas ni te explico». La miembro de la junta de la entidad vecinal reconoce finalmente que «lo vivimos fatal, recibimos quejas constantemente y quieren que la AVV hagamos de policía, pero no es nuestra tarea, sólo podemos hacer lo que hacemos, que es trasladar todas estas denuncias a la concejalía de Dominio Público del Ayuntamiento».
Por su parte, el concejal de Seguretat del Ajuntament, Manel Castaño, defiende que la Guardia Urbana «ha estado muy atenta a qué las terrazas de bares cumplieran las condiciones de seguridad». En este sentido, el edil de ERC explicó que el cuerpo de seguridad local hizo un operativo planificado por las zonas de más actividad y, aunque reconoce que muchas de las quejas provenían de la calle Lleida, se hicieron inspecciones, pero ningún establecimiento incumplía las normas.
Al lado de los que cumplen
Por su parte, Javier Escribano, presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Tarragona Ciudad (AEHTC), asegura que desde la entidad «siempre estaremos al lado de los que cumplen la normativa, sin entrar a valorar si las medidas impuestas son justas o no». En este sentido, Escribano denuncia que los establecimientos que saltan estas normativas están haciendo una «competencia desleal» al resto. Lo que sí que hacen es «luchar para que mejoren las ayudas», dice Escribano. «Con el 70% de aforo cubrimos los gastos, si sólo nos permiten que haya el 30%, entonces que nos aumenten las ayudas para sobrevivir», pide.