El cambio de los contenedores en Tarragona no se acabará a corto plazo por falta de presupuesto

La sustitución de los contenedores soterrados de Tarragona se encuentra en un punto muerto desde hace casi tres meses. El Ayuntamiento no prevé acabarla de forma inmediata y mantendrá la operación en cartera, ya que se ha encontrado dos elementos que han interrumpido el cambio de los depósitos de basura bajo tierra por unos nuevos de superficie. Por una parte, la falta de presupuesto de más de dos millones de euros y la vigencia del contrato. Por la otra, una complicada logística de la tutela de la amortización de los contenedores que quedan por cambiar.

El consistorio había previsto el reemplazo de los contenedores en dos fases. La primera, que suprimió 119 islas de contenedores soterrados, se completó sobre los plazos, en octubre. El coste de la acción subió hasta los 300.000 euros, invertidos en llenar los agujeros en el suelo dejados por los antiguos depósitos, y la instalación de los nuevos contenedores de superficie –cinco en cada isla– y de los módulos de recogida. De momento, con este primer cambio, se ha conseguido pasar de tres a dos sistemas de recogida de basura, «mejorando así la logística y la efectividad», en palabras del conseller de Neteja, Jordi Fortuny. Se han tenido que reconvertir camiones, ya que se han eliminado contenedores soterrados y ha crecido el número de depósitos de superficie. Paralelamente el Ayuntamiento estuvo «en contacto con los vecinos de las zonas donde se actuó para acordar el emplazamiento más adecuado para las nuevas islas», explicaba Fortuny.

Cuando menos, ahora el proceso se encuentra parado. De las 250 islas de contenedores soterrados que había en Tarragona, todavía quedan para cambiar un poco más de la mitad: 131. Los tanques de esta segunda fase son también soterrados, pero con un diseño diferente respecto de los de la primera. Estos 131 depósitos metálicos de basura no se encuentran en ningún lugar concreto de la ciudad, sino que conviven con los nuevos contenedores de superficie: «Los tres sistemas de contenedores antiguos se repartieron aleatoriamente en su momento para dejar a todo el mundo contento», según Fortuny. Eso ha hecho que ahora sea habitual ver islas nuevas a pocos metros de las todavía soterradas.

Hacen falta dos millones de euros

El Ayuntamiento no se aventura a poner plazos para completar la sustitución de contenedores, pero es consciente de que no se podrá hacer inmediatamente. La cifra de la actuación está prevista en más de dos millones de euros que todavía no se han presupuestado. El consistorio hoy por hoy no puede asumir la compra de 655 contenedores, con un coste de 3.000 euros cada unidad, haciendo subir la cantidad total hasta casi los dos millones previstos. Se tiene que sumar la reconversión de camiones y las obras a cada isla de depósitos de basura. Además, hay otros factores que hacen que el cambio de contenedores se retrase.

Las unidades que quedan por sustituir fueron subvencionadas en su momento por el Fondo de Cohesión de la Unión Europea, y por eso se tiene que esperar que «pronto se complete la amortización de los contenedores» con el fin de proceder al reemplazo y deshacer el bloqueo legal, detallaba Fortuny. El conseller de Neteja también indicó que el contrato actual tiene una vigencia de dos años, así que se tendría que esperar «a cambiarlo» para acabar de sustituir las 250 islas de contenedores.