Educación
Los alumnos de la URV se quejan de que algunos exámenes sean presenciales
Los estudiantes denuncian que el criterio haya recaído sobre cada profesor, produciéndose incoherencias
Los alumnos de la Universitat Rovira i Virgili se quejan de la presencialidad de algunos exámenes en plena tercera ola de la pandemia de covid-19. El centro educativo puso en manos de cada profesor la decisión de hacer las pruebas de forma presenciales o bien telemáticas. Este hecho ha provocado que en la evaluación del primer cuatrimestre, que se está llevando a cabo después de las vacaciones de Navidad, haya alumnos que se enfrenten a las dos modalidades diferentes de exámenes, ya que las opciones escogidas por cada asignatura han diferido las unas de las otras. La principal preocupación radica en la probabilidad de contagiarse en la universidad, además de las dificultades en poder superar las actuales restricciones de movilidad.
Muchos alumnos de la URV no acaban de entender el criterio seguido, que ha dejado escoger a los profesores si preferían hacer los exámenes en la facultad o bien desde casa. La segunda opción conforma buena parte del grueso y es como se han hecho la mayoría de parciales durante la primera mitad del curso. Además, los estudiantes denuncian que la mayor parte de los exámenes presenciales «se hubieran podido hacer desde casa», lamentaba Pau Melero, estudiante de tercero de Educación Infantil y Primaria, impartido en el campus Sescelades. «La semana pasada hicimos un test presencial de 20 preguntas con los ordenadores de la facultad», detallaba a modo de ejemplo Melero.
El futuro maestro explicaba que los profesores aseguraban no poder controlar el comportamiento durante los exámenes telemáticos, «mientras que en otras universidades tienen un software para poder controlar la pantalla», o en otros grados los estudiantes tenían que habilitar alguna cámara extra para mostrar su entorno. La «falta de coherencia» entre asignaturas de un mismo grado también ha molestado a varios universitarios. Melero aseguraba que el examen presencial de flauta que finalmente se hará en casa, mientras que mañana sí que harán el de canto desde las clases del campus Sescelades.
Miedo de aglomeraciones
Las quejas sobre la gestión de los exámenes finales del primer cuatrimestre también llegaban desde Reus. Eva Gonzàlez, estudiante de cuarto de Finanzas y Contabilidad, denunciaba la posibilidad de contagios dentro y fuera de la facultad: «Hay mucha gente que tiene que venir a hacer los exámenes en transporte público, donde se junta mucha gente». Gonzàlez explicaba que dentro de las aulas los exámenes se hacían manteniendo la distancia, pero que entre «prueba y prueba no se limpian las clases» a pesar del cambio de alumnos de un examen al siguiente. Además, según la alumna de Finanzas y Contabilidad, el mayor riesgo llega antes y después de cada prueba, ya que «la URV traslada a los alumnos la responsabilidad del comportamiento fuera del aula», donde los encuentros para comentar el temario o como ha ido el examen son habituales.
Una de las características principales de las universidades es que son lugares de encuentro de gente venido de toda Cataluña. Ahora, para Eva Gonzàlez, eso es un problema: «Aparte de la gente de aquí, hay compañeros de clase de Lleida, de Vilanova i la Geltrú, de Barcelona o de las Terres de l'Ebre. Hace mucho que nos vemos, es inevitable que vayamos a hablar». La alumna tarraconense lamenta que no se hayan hecho «tests desde casa o trabajos de evaluación continua». Además, los estudiantes de la URV aseguran que, en caso de no poder asistir a los exámenes por ser positivos de covid-19, tener síntomas o haber estado en contacto con un enfermo, la universidad no les ha concretado ninguna alternativa y muchos profesores no han resuelto sus dudas. «Eso ha hecho que haya algunos alumnos que tendrían que estar aislados y se arriesguen a venir a la facultad», advertíaEva Gonzàlez.