Comercio
Una docena de locales comerciales abandonados en Tarragona, expedientados
El Ayuntamiento requiere a los propietarios que limpien los establecimientos y se exponen a multas de 300 a 3.000 euros si no lo hacen
El Ayuntamiento de Tarragona ha abierto expediente a una docena de locales vacíos en la ciudad que se encuentran en estado de abandono. La Guardia Urbana ha realizado hasta 29 inspecciones desde finales del 2020, 12 de las cuales han acabado con el expediente por aquellos locales que se encuentran en estado de abandono, acumulan suciedad y empeoran la imagen de la vía pública tarraconense. El consistorio ha requerido a los propietarios de los establecimientos que no acogen ningún negocio que les limpien. En caso de no llevarlo a cabo, se impondrán multas por incumplimiento que pueden ir de los 300 a los 3.000 euros.
Los expedientes son la primera de las fases de esta nueva acción por parte del Ayuntamiento. Las inspecciones han ido a cargo de varios agentes de segunda actividad de la Guardia Urbana. Con esta iniciativa, el consistorio perseguía un doble objetivo: mejorar la salubridad del espacio público e incentivar que los locales sean alquilados para acoger nuevos negocios y reactivar la vida comercial de Tarragona.
Un punto de partida
La apertura de los expedientes a los propietarios de los doce locales en estado de abandono ha estado bien recibida por comerciantes y vecinos de la ciudad, especialmente los del centro, una de las zonas con una degradación más acelerada en Tarragona. La pandemia ha empeorado la agonía de que ya sufrían los negocios del centro y el número de locales comerciales vacíos en calles como la Rambla Nueva, Augusto, Sant Agustí, Cuenta de Ríos, Unión o Governador González no para de subir.
La última iniciativa del consistorio ha gustado a Salvador Minguella, presidente de la asociación de comerciantes Vía T. Minguella aseguraba que «es una buena medida que tiene que servir para incentivar a los propietarios de los locales a bajar los precios de alquiler», además de mantener los espacios en buenas condiciones. El presidente de la Vía T explicaba que la asociación está estudiando la apuesta por el arte urbano: «Hay locales muy estropeados. Si decoramos las persianas, haremos mucho más agradable el centro de la ciudad». Cuando menos, Minguella pedía al Ayuntamiento que las medidas no acabaran con los expedientes y posteriores posibles multas, y sugería que el consistorio aplicara «subvenciones con el fin de bajar los alquileres».
La Associacióde Veïns Tarragona Centre también veía con buenos ojos la acción recientemente llevada a cabo. Eulàlia Lozano, vocal de la junta de la entidad, admitía que la iniciativa «es perfecta», aunque advertía que «no es suficiente». Lozano detallaba que ya hacía tiempo que requerían al Ayuntamiento que plantara cara a la degradación comercial del centro de Tarragona. «Los locales abandonados y vacíos suponen una vergüenza», denunciaba la vocal de la asociación vecinal, y añadía que «el centro es la cara visible de la ciudad, y ahora está cada vez más desertizado de pequeño comercio».
Aun así, Eulàlia Lozano creía que el Ayuntamiento tiene que ir más allá: «Hay que hacer una política de regeneración del comercio local» y, como Salvador Minguella, identificaba los alquileres como la raíz del problema: «Mucha gente querría acceder a un local para empezar un negocio y no se lo pueden permitir». Lozano manifestaba que a algunos comerciantes los propietarios los habían «doblado el precio del alquiler a la hora de renovar los contratos». La vocal de la asociación de vecinos indicaba que las sanciones no iban al fondo de la cuestión: «Si los alquileres tuvieran un precio razonable, no habría multas por locales sucios».