El sector de la música en la calle de Tarragona prevé un paro de más de medio año

El sector de la música en la calle prevé un paro de más de medio año. Las formaciones tarraconenses, que tuvieron un verano de mínimos, casi no han podido tocar delante del público desde que acabó Santa Tecla, que representó un pequeño oasis en medio de la pandemia. Con las actuaciones navideñas reducidas a la mínima expresión y con la anulación de las actividades presenciales de Carnestoltes, los músicos de la ciudad ya han empezado a centrar su mirada en verano. Aun así, el optimismo hacia el clásico circuito estival de fiestas mayores en el Campde Tarragona brilla por su ausencia. Xarangues y grupos de gralles de la ciudad han decidido aprovechar estos meses de forzada inactividad para actualizar sus repertorios.

Para muchos de los músicos, las actuaciones en la calle suponen un ingreso extra a final de mes. Este cojín les ha desaparecido desde hace casi ya un año. La Charanga Tocabemolls realizó 23 salidas en el 2020 –nueve de las cuales antes del inicio de la pandemia–, y en verano registró un 75% menos que en años anteriores. «Desde el concierto en el Camp de Martde Santa Tecla, sólo hemos tocado por Navidad, una vez en el Morell y dos en Tarragona», explicaba Guillem Bas. El saxofonista de la Tocabemolls no se mostraba esperanzado de cara a los próximos meses, condicionados especialmente por la ausencia de actividades de Carnaval: «La siguiente actuación que tenemos prevista no es hasta mayo, por el que estaremos más de medio año casi del todo inactivos».

Cuando menos, la Xaranga Tocabemolls, reconocida por toda Cataluña y que incluso ha llegado a tocar en Andorra o Francia, no se ha detenido: «No podemos ensayar presencialmente, el último que hicimos fue por Santa Tecla, pero una vez al mes hacemos un ensayo online», razonaba Bas. Los últimos meses la formación tarraconense ha aprovechado para centrarse «en hacer piezas nuevas, ya que ahora tenemos más tiempo para reinventarnos», aseguraba al saxofonista de la Tocabemolls. Con la mirada ya puesta en verano, Bas pedía a las instituciones que no retrocedieran a la hora de contratar y que, en todo caso, cojan ejemplo «del festival Walking Street de Andorra, que del 2020 se pasó al 2021, y ahora en el 2022», manteniendo el compromiso con las formaciones. En todo caso, desde la Xaranga Tocabemolls avisaban de su máxima disponibilidad: «Nosotros trabajamos para estar a punto siempre, y para tocar sólo nos hacen falta nuestro instrumento y la calle», indicaba Bas.

La gralla, acondicionada

Los grupos de grallastodavía tienen su ámbito de actuación más limitado, muy ligado a las fiestas mayores, por lo que los meses invernales ya son de poca actividad de por sí. La agrupación Zonagralla –que comprende el grupo So Nat, un grupo de ministrers y otro de fabiolaires- vio como las aproximadamente 150 actuaciones del 2019 pasaban a ser sólo 23 en el 2020. Su presidenta, Roser Olivé, explicaba cómo los últimos meses «casi todo ha saltado por losaires», pero agradecía que algunos ayuntamientos, como el de Badalona, hubieran mantenido el contrato y lo hubieran redirigido hacia una grabación de estudio. Los gralleros So Nat, músicos profesionales que siguen ensayando manteniendo las distancias, han visto como este Carnaval no hará «ninguno de las cuatro o cinco salidas habituales, ni nos han llamado», lamentaba Olivé. La grallera aseguraba que el panorama «pinta fatal», por lo que los músicos de la formación han tenido que apoyarse en la pedagogía, aunque las restricciones los han «amargado».

El impàs entre Santa Tecla y las fiestas mayores de verano será aprovechado por muchos grupos «para hacer arreglos nuevos», tal como explicaba Gerard Roca, grallero de los Tocaferro. Su última aparición en público fue por el Baile de Grallesen Tarragona y, aunque lo han intentado, no están ensayando. «Este verano todavía no tenemos ninguna actuación confirmada, la incertidumbre es absoluta», admitía Roca delante del negro futuro.