Diari Més
Laia Estrada

Candidata de la CUP en Tarragona a las elecciones autonómicas

CUP

«Si no avanzamos hacia un modelo público, el clasismo en la sanidad irá a más»

La cabeza de lista admite que a corto plazo «no se puede cambiar la petroquímica por el hidrógeno verde» y avisa de que no entrarán en el Govern «para gestionar migas»

Laia Estrada, cabeza de lista en Tarragona de la Candidatura de Unitat Popular en las autonómicas.

«Si no avanzamos hacia un modelo público, el clasismo a la sanidad irá a más»Gerard Martí

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—¿Cuál será la primera acción en Tarragona si la CUP gobierna?

—Hay que romper con la opacidad y la impunidad de la petroquímica. Empezaríamos a llevar a cabo los estudios independientes de la calidad del aire y endurecer la legislación medioambiental y de seguridad industrial. Eso es más urgente que nunca, viendo el auto de la explosión de IQOXE.

—El Govern dará apoyo en el valle del hidrógeno verde. ¿Es viable un desmantelamiento de la petroquímica?

— A corto plazo no podemos hacer el cambio, pero tenemos que empezar a trabajar ya. No se puede sustituir de manera rápida la dependencia de los combustibles fósiles por el hidrógeno verde. Además, acabaría siendo una macroinfraestructura y las grandes empresas harían negocio. También hablamos de las nucleares, a las cuales se les ha alargado su actividad.

—¿Cuál es la solución a corto plazo, pues?

— Tener una garantía real de seguridad con la petroquímica: condiciones laborales para los trabajadores, controlar qué se emite y estudiar como afecta la salud. Se tiene que abrir un debate con todos los actores sobre qué modelo de desarrollo económico queremos para nuestras comarcas. Eso pasa para desmantelar petroquímica y nucleares, pero también para dar una alternativa al turismo de sol y playa.

—Ha sido un año difícil para las comarcas de Tarragona. También han tenido el Glòria o el Filomena, además de la pandemia.

— El cambio climático es consecuencia de la acción humana y del capitalismo. Cuando hablamos del Glòria tenemos que poner énfasis en el Delta. El cambio climático hace que aumente el nivel del mar, y además faltan sedimentos, secuestrados en diferentes embalses. La primera ola de la pandemia era previsible mirando Asia e Italia. Se demostró que no tenemos soberanía productiva ni voluntad política para poner bajo control público todo el tejido industrial del Estado español. El verano y la Navidad tampoco se gestionaron bien.

—Ahora, unas elecciones en plena tercera ola.

— Las hacemos el 14 de febrero por imposición del Estado español, pero la situación es a causa de la mala gestión de la pandemia, también culpa de la Generalitat.

—¿Si gobernáis, como gestionará la CUP la pandemia?

— Se tienen que aplicar las medidas aconsejadas por los expertos y al mismo tiempo hacer un plan de choque a fin de que sus consecuencias no empobrezcan todavía más la clase trabajadora. Y si viene un nuevo confinamiento, que haya acompañamiento con moratorias de alquileres e hipotecas. Afrontar mejor esta pandemia y las futuras significa hacer cambios estructurales en el modelo sanitario para que sea de titularidad, gestión y aprovisionamiento públicos. Ahora ha pasado lo contrario. Cuando no había PCR, te lapodías pagar en la privada.

—¿Es viable esta conversión de forma inmediata?

— No, es difícil. Como mínimo, en aquellas concesiones que se acaben, en vez de crear nuevos entramados empresariales, que las pase a gestionar el InstitutCatalà de la Salut, como el hospital Pius de Valls o el Sant Joan de Reus. Si no avanzamos hacia este modelo público, el clasismo en la sanidad irá a más.

—Tenéis tres ejes principales: económico, social e independentista. ¿Alguno es prioritario?

— Tienen que ir en paralelo. Necesitamos desplegar ya un plan de choque con una renta básica universal, parando desahucios, asegurando puestos de trabajo y prestando ayudas. Tenemos que tener sectores estratégicos públicos, como la banca, el farmacéutico, el sanitario o el educativo. El independentismo tiene que liderar el plan de choque y los cambios estructurales, pero no son posibles dentro del régimen del 78. La manera más efectiva es la independencia. Eso es lo que te permite sumar más gente al proyecto, y no regalar 17 millones a Ferrovial o 120 millones a CaixaBank por los terrenos del BCN World.

—Conseguir esta renta básica universal no sería fácil.

— Necesitamos una reforma fiscal a fin de que sea viable.

—Buscad un nuevo referéndum. ¿Qué ha cambiado del 2017?

— Entonces lo pusimos sobre la mesa nosotros y aprobamos unos presupuestos a cambio. Cuando la CUP está, pasan cosas. Un referéndum en 2025 tiene que ser el resultado de haber desplegado un nuevo ciclo de movilizaciones y de confrontación con el Estado, que haga inevitable no sólo el referéndum, sino hacer efectivo el resultado.

—A pesar de las ofertas, no habéis entrado ni enla Generalitat, ni en el Ayuntamiento de Tarragona. ¿Estáis más cómodos a la oposición?

— Es cuestión de coherencia. En Tarragona tomamos la iniciativa y liquidamos las negociaciones porqueEsquerra y En ComúPodemno tenían un interés real. Si nos ayuda más desplegar el programa desde la oposición, lo hacemos desde allí. Ahora, si hay un entendimiento posible, no tenemos miedo de asumir responsabilidades, pero tiene que haber claridad.

—Las encuestas os sitúan al nivel del 2015.

— Se tienen que coger con pinzas. Las elecciones del 2017 fueron muy particulares por la altísima participación, y con una más baja seguramente habríamos sacado diputado en Tarragona. Además, veníamos del 1 de octubre, con el factor emocional de los presos políticos. Ahora nos enfrentamos a la amenaza de una abstención muy elevada, y eso sería un problema para la salud democrática. Tenemos opciones de mejorar sustancialmente los resultados y poder recuperar la representación en Tarragona.

—¿Entonces ahora os beneficiaría una baja participación?

— Quizás sí, pero este tipo de cuestiones dejan un sentimiento agridulce, porque queremos que la gente participe masivamente.

—¿Qué aportará para Tarragonala CUP y en el Parlamento?

— La gente del Campde Tarragona y las Terres de l'Ebre es consciente de la necesidad de acabar con el modelo del desarrollismo franquista. Tenemos que pasar a ser un punto prioritario de la agenda política del país. El Baix Penedès es la comarca con más paro de Cataluña. Tenemos que plantear un nuevo modelo de desarrollo económico en consonancia con la emergencia climática y la crisis económica, y revertir así el desequilibrio territorial.

—Hace unos días no compareció en los juzgados, enfrentándose así a una posible detención en las puertas de las elecciones.

— El objetivo es visibilizar el carácter político de la represión y la criminalización sistemática de la CUP por parte de la justicia española. Ya lo utilicé en las causas del 3 como octubre y el 8 de noviembre, y se archivaron.

—El papel del Gobierno como acusación en las causas independentistas es una línea roja a la hora de pactar. ¿Cuántas líneas rojas tiene la CUP?

— Se tiene que garantizar que el nuevo Gobiernono siga siendo una muleta del autonomismo. La CUP no entrará en un gobierno para gestionar migas ni para aplicar las medidas neoliberales impuestas desde Europa.

—¿Con quien os sentiríais más cómodos pactando, pues?

— Con quién podamos desplegar con mayor efectividad el programa independentista y social.

—¿La posible entrada de Vox potenciará vuestros valores?

— La izquierda independentista es el bastión contra el avance de la extrema derecha y el fascismo. No nos encogeremos ni un palmo, seguiremos planteando con más firmeza que nunca las tres patas de nuestro ideario: feminismo, socialismo e independencia.

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