Deporte
Los gimnasios, contentos de reabrir pero con el miedo de sufrir un nuevo cierre
Defienden la importancia del deporte para la salud y lamentan que el aforo del 30% no es suficiente para recuperarse
El de los gimnasios, junto con los bares y restaurantes, es uno de los sectores que se ha visto beneficiados por el aligeramiento de las restricciones que entró en vigor ayer. Los centros se muestran contentos para poder volver a la actividad, pero con mucho miedo e incertidumbre encaran el futuro, ya que han tenido que bajar la persiana varias veces desde el inicio de la pandemia y no saben realmente si, tarde o temprano, lo tendrán que volver a hacer. Por otra parte, los empresarios de la hostelería, viven con una especie de satisfacción contenida el hecho de poder abrir una hora más por la mañana y otra por la tarde.
Francesc Bordas, gerente del Club NatacióTarraco, que tiene la piscina, pero también gimnasio, sostiene que «la situación ha sido y sigue siendo complicada», a pesar de la reapertura. Critica que el aforo es «muy limitado» y hemos mantenido los gastos pero sin los ingresos». Bordas defiende que «la somos la medicina ideal, hemos vivido una situación por la cual no estábamos preparados, que ha tenido efectos psicológicos y el deporte es la mejor vacuna», a la vez que tiene claro que «el número de contagios en centros deportivos ha sido muy bajo por no decir anecdótico». Finalmente, calcula que, teniendo en cuenta la reducidaocupación permitido, cerca de un 25% de la masa social del club ha vuelto a la actividad, y considera ser una entidad afortunada por tener una clientela muy «fiel» y que «con mucha paciencia nos ayudarán a salir de esta».
Por su parte, Marco Tanco, director del gimnasio Royal Tarraco, se muestra positivo. «La gente que ha venido tenía muchísimas ganas de volver. Teniendo en cuenta las restricciones del 30%, dentro de lo que se permite, estamos bastante llenos», asegura, celebrando que en la mañana de ayer hubo ocho personas que se dieron de alta. Con respecto a la clientela, Tanco sostiene que «los últimos meses hemos tenido de todo, gente que es fiel y no se ha desapuntado, usuarios que han seguido confiando, pero viniendo mucho menos, reduciendo contacto y otros que con miedo e inseguridad se dieron de baja temporalmente». El director del centro defiende también que «somos un sector que fomentamos la salud y el índice de contagios es muy bajo». «Estamos en crisis, ya veremos cómo saldremos adelante», sostiene finalmente.
Todo ha sido un poco más duro por el gimnasio Fitness Beach, y es que Daniel Hortet, su responsable, explica que muchos de los usuarios son personas mayores y, por lo tanto, forman parte de los grupos de riesgo delante de la covid-19. «Hemos perdido entre un 50 y un 60% de clientes desde que empezó la pandemia», lamenta Hortet, que critica que «no es aceptable que hayamos tenido que seguir pagando gastos e impuestos sin ingresar nada y que ahora sólo nos dejen tener un 30% del aforo, que con eso no cubrimos nada». «No sabemos si esta gente –en referencia a los políticos– son conscientes que el deporte es salud y terapia», critica el empresario, que finalmente reconoce que «no tenemos la seguridad de que en unmes nos vuelvan a cerrar, es una incertidumbre total».
Alejandra Santos, responsable del gimnasio Curvas Tarragona Centro, recuerda que «es el tercer cierre, y cada vez la vuelta se hace más dura». Como el resto, tiene dudas sobre si los gimnasios se mantendrán abiertos o tendrán que volver a bajar la persiana. Explica que los clientes más fieles han vuelto, pero cuantifica en un 40% el número de usuarios que han perdido desde marzo de 2020.
Con respecto a los gimnasios municipales de Tarragona, estos también reabrieron ayer siguiendo las indicaciones del Procicat. Tal como detallaron desde el PatronatMunicipal d'Esportsde Tarragona, «en este primer día, el recibimiento ha sido muy positivo y a falta de tener las estadísticas de todo el día, se calcula que la ocupación será superior al 80% del aforo permitido».
En Torredembarra, Joel Ramírez y Edgar Segurana, responsables del Apolo Club, con gimnasio y pistas de pádel de interior, se muestran resignados a tener que acatar las restricciones impuestas. No obstante, aseguran que «queremos pensar que nos mantendrán abiertos, pero tenemos miedo de sufrir un nuevo cierre». Además, en su caso, lamentaban también el agravio comparativo que supone que las pistas de pádel al aire libre se hayan mantenido abiertas, ya que muchos de sus clientes han ido a la competencia, y «ahora tenemos que recuperarlos».
Desde la Associació Reusenca de Centres d'Esport i Salut (ARCES), el vicepresidente Artur Alabart lamenta que «el hecho de que nos tengan abriendo y cerrando no ayuda a generar confianza» y pide «continuidad en la actividad» porque que «como más haya, más tranquilidad damos al cliente». La entidad, que agrupa 18 establecimientos de la ciudad, ha detectado que «un 82% de los centros perdieron más del 40% de su facturación en el 2020» y que la diferencia entre este enero y el del año anterior «es en casi un 60%», y por eso reclama «ayudas directas». En general, sin embargo, «los socios habrán caído cerca de un 50%». Se han tenido que hacer algunos ajustes como «reducir la cantidad de personas en las clases dirigidas», cosa que ha obligado a «poner más franjas para repartir a los alumnos», explica Alabart.
«Migas de pan»
Por otra parte, satisfacción contenida entre los restauradores en el primer día de alargamiento del horario de apertura, que los permite trabajar una hora más tanto en el servicio de desayuno como de comida. Los propietarios señalaban que a primera hora tuvieron un volumen de clientes similar al de los últimos días, pero constataron que llegaron más escalonadamente. Desde la Associació d'Empresaris d'Hostaleria de Tarragona (AEHT) consideran que el nuevo horario son «migas de pan». «Es uno pequeño paso adelante, pero eso y nada es prácticamente lo mismo», defiende al presidente de la AEHT, Francesc Pintado. La AEHT ha pedido poder abrir desde la mañana hasta la noche.