Comercio
Las tiendas de disfraces maquillan la campaña con el Carnaval escolar
Con la ausencia de actos en la calle, se han dejado de vender piezas para adultos, llegando así a una bajada del 90% de ventas
La campaña de venta de disfraces de Carnaval está siendo nefasta por las tiendas especializadas del Campde Tarragona. El hecho de que las escuelas estén siendo uno de los escasos espacios donde se celebra el Carnaval estos días, ha propiciado que casi los únicos disfraces y complementos vendidos sean para niños. La ausencia de actos en la calle ha hecho desplomar las ventas entre los adultos, que este año no podrán lucir su originalidad grupal. Además, la cancelación de los desfiles ha hecho que el material para la elaboración de disfraces este año no haya tenido prácticamente salida. Todo ha llevado a una bajada del 90% de ventas con respecto al 2020.
El año pasado, el Carnaval fue una de las últimas celebraciones llevadas a cabo con normalidad, escasas semanas antes del estallido de la pandemia. El contexto actual es bien diferente. «La bajada de ventas de este año está en torno al 90%, y lo entiendo», admitía Maribel Mañé. La encargada de la clásica tienda tarraconense de disfraces, Mercamoda, explicaba que «ya no vienen grupos de cinco o seis personas para buscar disfraces, cosa que demuestra que los adultos se están portando bien» a la hora de seguir las restricciones. Aunque el confinamiento ha pasado de municipal a comarcal, Mañé no creía que hubiera «ninguna diferencia, ya que los sábados seguiremos cerrados».
La encargada de Mercamoda, que en 2019 trasladó su tienda de la calle Jaume I a la Rambla Francesc Macià, también explicaba el agravio que ha supuesto la ausencia de los desfiles: «Los disfraces de la de Tarragona están hechos a mano, y nosotros estamos especializados a la venta de prendas de ropa y complementos para la elaboración de las comparsas». A pesar de todo, según Mañé ha habido un pequeño hilo de esperanza. Por una parte, no esperaban «la demanda de disfraces y complementos por parte de los niños y niñas, que celebran el Carnaval en la escuela». Por otra parte, Mañé se conformaba con «la venta en línea, que ha caído un 60%.»
Las ventas destinadas a los niños también han sorprendido positivamente a Ariadna Fàbregas, que se hizo con la clásica Casa Guasch de la calle del Portalet hace sólo ocho meses. La propietaria aseguraba que «las escuelas nos están ayudando un poco, aunque se venden muchos accesorios y pocos conjuntos». Fàbregas lamentaba que el hecho de que «las familias y los amigos no puedan salir hace daño», aunque se consolaba pensando que «las pérdidas no serán muy grandes porque el pedido ya no fue demasiado grande». Además, en Casa Guasch miran el futuro con resignación, ya que también están especializados en túnicas y accesorios de Semana Santa: «No tenemos previsiones de vender demasiada cosa», admitía Fàbregas.
Situación similar a Reus
Los malos números de la campaña de venta de disfraces de Carnaval también se están repitiendo en Reus, otro municipio del territorio con mucha tradición. «Está siendo complicada, pero tenemos más trabajo de lo que pensábamos», aseguraba Josep Maria Casas. El encargado del Barato confirmaba que el mayor número de piezas que se estaban vendiendo eran «disfraces infantiles para escuelas», pero lamentaba «la gran bajada entre los adultos, sobre todo por la inactividad de los grupos» de este 2021. «No harás ningún gasto para hacer una actividad virtual durante un rato», asentía Casas. Teixits el Barato cifra la reducción de ventas en un 80%.