Pintura
Tapiol, el pintor que retrataba almas
El 26 de febrero ocurre el centenario del nacimiento del retratista tarraconense Joan Tapiol
El 11 de enero de 1968, el diario La Vanguardia publicaba en portada una noticia titulada El pintor Tapiol expone en Barcelona. El texto se acompañaba de una fotografía donde se veía al pintor tarraconense durante la inauguración de la exposición, y se detallaba que habían asistido personalidades como el entonces alcalde de Barcelona Josep Mi de Porcioles.
Este mes de febrero ocurrirá el centenario del nacimiento de Joan Tapiol (Tarragona, 1921-Barcelona, 2015), artista fuertemente arraigado en la ciudad de Tarragona y conocido sobre todo por sus retratos y acuarelas. «En sus retratos plasmó figuras tan relevantes como el futbolista Kubala, el presidente de la Generalitat Josep Tarradellas, el arzobispo Pont i Gol, o alcaldes como Recasens. Incluso el Ayuntamiento de Tarragona le encargó el retrato del entonces rey Juan Carlos», explica Sylvia Tapiol, hija del artista. El pintor, que el escritor y eclesiástico Miquel Melendres Rué describió comoManos pintando manos, era conocido tanto por la perfección de sus retratos como por su capacidad de captar la esencia de las personas que tenía en frente. «Era una persona que sacaba el alma del retratado. Era como un fotógrafo del alma, penetraba dentro de los personajes», asegura su hija.
Joan Tapiol estudió a la Escuela de Bellas Artes SantJordi de Barcelona y celebró su primera exposición individual en 1945, año en que obtuvo la medalla Tapiró en Tarragona. Durante su vida profesional expuso en numerosas salas, llegando a hacer incluso salidas fuera del país: el año 1953 mostraría sus pinturas al Hogar Americano y el Contry Club de Caracas. Tapiol dominó la técnica del aceite y trabajó los bodegones, los paisajes, las marinas o las flores, pero el retrato fue su gran pasión.
«Mi padre era una persona seria, que no decía una palabra más allá de la otra. Pero cuando pintaba se transformaba en un alma completamente feliz: vivía, disfrutaba, volaba», explica Sylvia Tapiol. La hija lo recuerda como una persona «enamorada de su ciudad y de sus paisajes, que vivía para ver una Cataluña libre, aunque acabara pintando gobernadores civiles y militares.»
Tapiol estuvo trabajando hasta bien avanzada edad y sólo la muerte de su querida esposa, Josefa Úbeda, hizo que perdiera las ganas de pintar. Ahora, su obra se encuentra repartida entre los clientes para los cuales trabajó, pero mayoritariamente la conserva la familia, su hija y sus cuatro nietos. Una muestra de sus pinturas se puede contemplar a la página web que puso en marcha a uno de sus nietos (www.tapiol.cat ). Tapiol también hizo donaciones, como la del mural de Sant Pere Nolasc y la Mare de Déu de la Mercè a la Diputación de Tarragona.
Sylvia Tapiol explica que, de momento, la familia no tiene previsto celebrar ningún acto de conmemoración del centenario: «Teniendo en cuenta como está todo, y que no nos podemos desplazar, no nos hemos querido mover», confirma.