Salud
Las farmacias del centro de Tarragona sufren una bajada de la venta de medicamentos
Los establecimientos próximos a espacios comerciales y turísticos se han visto más afectados que los de los barrios periféricos
Las farmacias del centro de Tarragona han sufrido una bajada de clientes desde el inicio de la pandemia. Si bien puede parecer un hecho contradictorio, los establecimientos del núcleo urbano de la ciudad se han visto afectados de rebote por el descenso casi total del turismo y el difícil momento que sufre el comercio, con bares y restaurantes a medio gas y la imposibilidad de abrir los sábados. Cuando menos, las farmacias de los barrios periféricos han registrado un ligero aumento de venta de medicamentos. La ciudad de Tarragona cuenta con 57 farmacias y 122 farmacéuticos.
Desde el inicio de la pandemia, las farmacias han sido establecimientos esenciales. En Tarragona, sin embargo, no todas han registrado la misma actividad desde el pasado marzo. «Las farmacias del centro han perdido clientela, ya que la gente no ha ido de rebajas o ha salido menos a pasear por la Rambla Nova, por ejemplo», aseguraba Toni Veciana, presidente del Col·legi Oficial de Farmacèutics de Tarragona. Este patrón se acentuó por el hundimiento del turismo, y la problemática se notó especialmente en otras localidades del territorio, como Salou o Cambrils. Cuando menos, Veciana detallaba que, aunque algunos establecimientos han tenido que recurrir a hacer ERTE, «no han llegado a sufrir por su futuro». El balance no ha sido en todas partes igual en la ciudad, sin embargo, ya que la situación ha sido diferente en «las farmacias de los barrios periféricos, que han subido las ventas ligeramente», en palabras del presidente del Col·legi Oficial de Farmacèutics de Tarragona.
La demanda cambia
El contexto pandémico ha hecho que la ciudadanía siga yendo a las farmacias a buscar medicamentos para paliar todo tipo de dolencias. La covid, sin embargo, ha hecho variar la demanda de los fármacos. Las farmacias tarraconenses se han guiado por la reducción de enfermedades contagiosas a través de las vías respiratorias gracias al uso de las mascarillas, y han captado los estragos psicológicos de la pandemia. «La compra de medicamentos antigripales, antibióticos y antitusivos ha bajado», recalcaba Toni Veciana, que también indicaba el retroceso de cremas de protección solar «en un año en que la gente ha salido mucho menos de casa»
En contraposición, el presidente del colegio farmacéutico exponía el aumento de demanda de «productos de autocuidado», ya que se ha multiplicado la venta de relajantes, hipnóticos o medicamentos para dormir. La aparición de los geles hidroalcohólicos en la vida cotidiana también ha hecho que el uso de cremas hidratantes se haya disparado, ya que «los geles sanitarios secan la piel», según Veciana. «Todo lo que se ha perdido, se ha compensado», concluía al presidente.
Las FFP2 se abren paso
El producto estrella de las farmacias los últimos meses han sido las mascarillas. Si bien el uso de las quirúrgicas ha sido el más generalizado, desde hace unos días las protagonistas han sido otras. «La venta de mascarillas FFP2 se ha multiplicado las últimas semanas y ahora ya rondan el 60% del total de mascarillas adquiridas», detallaba Toni Veciana. El presidente del Col·legi Oficial de Farmacèutics de Tarragona estaba convencido de que su incremento se debe «a las noticias llegadas los últimos días desde países como Alemania». Mientras que las quirúrgicas son eficaces para evitar la propagación del virus por parte de una persona contagiada, las FFP2 también sirven para prevenir contagiarse.