«La Banda Juvenil contribuyó a que me decantara hacia el mundo de la música»

Aleix Vaqué (Tarragona, 1991) estudió en el Conservatorio de Tarragona. Más tarde en la Escuela Superior de Música de Cataluña, donde realizó el grado superior con el flautista Vicens Prats. Ha tocado con orquestas como la Real Filarmonía de Galicia, la Staatsorchester Stuttgart o la Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Catalunya, y ha trabajado con reconocidos directores como Antoni Ros-Marbà, Pablo Gonzàlez, Paul Daniel o Günter Herbig.

—¿Cómo fue la decisión de asumir la dirección de la Banda Juvenil?

—Hace dos años que estoy de nuevo en Tarragona, después de mucho tiempo, y supe que buscaban a un nuevo director. Yo había sido miembro cuando tenía doce años, y me hizo ilusión. Además, me apetecía mucho, así que me dije: ¿Por qué no?

—¿Qué objetivos se ha marcado?

—Cuando empecé, en octubre, los objetivos eran unos, pero han ido cambiando a causa de la situación. En condiciones normales, tendríamos que haber dado dos o tres conciertos, pero no hemos hecho ninguno, porque en noviembre nos cerraron. Ahora estamos trabajando en un concierto que esperamos poder ofrecer el mes de junio, y en un concierto-espectáculo que hemos planteado como una especie de rueda de instrumentos, pero con un formato teatralizado. Era el mejor planteamiento para trabajar online. Más adelante, cuando nos lo permitan, nos encontraremos todos y lo trabajaremos de manera más conjunta.

—Para un conjunto formativo como la Banda Juvenil la presencialidad y la posibilidad de ofrecer conciertos en vivo debe ser importantísima.

—Sí, mucho. No es lo mismo un adulto, que puede estar un mes o dos sin ir a ensayar, pero trabajando online, que un músico más joven, que es más fácil que pueda perder las ganas y la ilusión. Además, también se pierde el factor social, estar en el local de ensayo con los amigos y compañeros.

—A usted personalmente qué le aportó, en su momento, la Banda Juvenil?

—Yo estudiaba en elConservatorio pero tenía compañeros que iban y siempre me explicaban que se lo pasaban muy bien. Cuando fui el director era Jordi Masip y enseguida me gustó. Había muy buen ambiente, hacíamos actividades no sólo musicales, sino también de ocio, y encontraba esa parte social, que en el Conservatorio no está. Pienso que este ambiente fue uno de los motivos que me hizo decantar hacia la música.

—En la Banda Juvenil los músicos están en una edad clave a la hora de decidir su apuesta por la música.

—Exactamente, ahora somos 24 músicos con edades entre los 12 y los 23 años. Los más pequeños todavía no lo tienen claro, pero hay chicos de 15 o 16 que ya empiezan a pensarlo seriamente.

—Usted también tiene una extensa trayectoria como músico profesional. ¿Cómo está siendo este año?

—Este año me estoy dedicando al 100% a la docencia. Otros años lo combinaba con la interpretación, pero con la pandemia hay muchas cancelaciones y cambios de fechas que hacen difícil llevar a término los proyectos. Estoy haciendo una sustitución de profesor de flauta al Conservatorio de Lleida, trabajo en una escuela de música de Reus y con la Banda Juvenil.

—¿Como ve el futuro a medio plazo?

—Lo más importante que tengo es el trabajo con la Banda Juvenil, es un proyecto que me hacía mucha ilusión y que se ha visto restañado por la pandemia. Así que, de cara a la temporada que viene, querría reprender todo lo que tenía en la cabeza para poder aportar mi grano de arena en la banda. Después, obviamente, también me gustaría volver a mi actividad orquestal.

—¿Qué cree que puede aportar, en la Banda Juvenil, fruto de su experiencia como músico profesional?

—Pienso en el efecto espejo, que se puedan ver reflejados y pensar que, si siguen trabajando, se pueden acabar dedicando a la música y hacer su vida.