Salud
La URV busca adolescentes años para un programa de prevención de trastornos de ansiedad y depresión
Para participar sólo hay que responder unos cuestionarios en línea
La adolescencia es un período de vulnerabilidad psicológica en el que se incrementa el inicio de problemas emocionales, pero cuando también se pueden adquirir capacidades de afrontamiento. Las repercusiones negativas que a nivel de salud mental está ocasionando la pandemia del covid-19 entre la población adolescente y jóvenes es un hecho constatado. Detectar aquellos adolescentes más vulnerables a nivel emocional es importante para poder ofrecerles atención y ayuda psicológica que les permita desarrollar estrategias para hacer frente a las dificultades emocionales y entrenar la resiliencia. Este es el objetivo del programa PROCARE, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, en el que participan la URV, la Universidad Miguel Hernández de Elche y la Universidad de Miami de Estados Unidos, con coordinación de la Universidad de Jaén.
El estudio se realizará durante este año y ahora se encuentra en fase de identificar adolescentes en el territorio que estén en riesgo de presentar problemas emocionales como ansiedad y depresión. Las familias y los adolescentes interesados en participar deberán responder una encuesta en línea sobre aspectos emocionales y conductuales.
La Iniciativa PROCARE (Prevención selectiva a través de una intervención transdiagnóstica para adolescentes con riesgo de problemas emocionales), será el primer programa estatal de prevención selectiva y transdiagnóstica dirigido a personas de entre 12 y 18 años con riesgo de ansiedad y depresión . «Esto representa una innovación importante, ya que la mayoría de las intervenciones selectivas están dirigidas a jóvenes con riesgo de desarrollar ansiedad o depresión, separadamente. Sin embargo, la comorbilidad entre ambos trastornos está presente hasta en un 75% de los adolescentes y las dos condiciones mentales comparten factores de riesgo», explican Fina Canals y Paula Morales, investigadoras del grupo de investigación en Nutrición y Salud Mental (NUTRISAM), del Departamento de Psicología de la URV, que participan en la investigación y coordinan su desarrollo en Cataluña.
¿En qué consiste la intervención transdiagnóstica?
La intervención transdiagnóstica se basa en el llamado Protocolo Unificado de Barlow, adaptado a la población adolescente, que ha demostrado su eficacia en los Estados Unidos y se adaptará culturalmente para hacer prevención gracias al apoyo de la principal autora del protocolo, la catedrática Jill Ehrenreich-May de la Universidad de Miami. Se trata de un programa de intervención basado en estrategias cognitivo conductuales apoyadas por la evidencia científica que pretende ayudar a los adolescentes a experimentar sus emociones más fuertes o intensas con menos angustia y desarrollar capacidades de afrontamiento. Por ejemplo, les ayuda a sustituir dinámicas de evitación de las emociones intensas por otras más adaptativas como la solución de problemas, el pensamiento flexible o estrategias de centrarse en el presente y tomar conciencia sin juzgarse a si mismos. Además, las diferentes universidades que intervienen en el estudio han diseñado sesiones adicionales para abordar factores de riesgo específicos presentes en los adolescentes con el fin de personalizar las intervenciones y adoptar un enfoque mucho más personalizado y centrado en la persona. Por ejemplo, se pretende hacer psicoeducación sobre las alteraciones en los patrones alimenticios o de sueño, proporcionar estrategias para gestionar características personales que predisponen a la ansiedad como el perfeccionismo y ayudarles a afrontar de forma más eficaz experiencias adversas relacionadas con la Covid-19, con la exclusión social por parte de sus iguales o la vivencia de situaciones de acoso o de situaciones familiares complejas.
La intervención se hará en línea debido a la situación actual de pandemia y se ofrecerá de forma gratuita a los jóvenes. Antes, sin embargo, será necesario haber obtenido el consentimiento de las familias y haber realizado una serie de cuestionarios específicos. El objetivo final del proyecto es poder dotar a los y las adolescentes de estrategias psicológicas que les permitan afrontar los problemas y dificultades emocionales, y mitigar el efecto negativo que esta situación pueda tener en su desarrollo, tanto a corto como a medio y largo plazo.