Delincuencia
Las estafas se han multiplicado por más de cinco en la última década en el Tarragonès
Los Mossos registraron más de 2.100 denuncias por este delito durante el 2020, del cual en torno al 70% se producen a través de Internet
Los delitos de estafa han crecido considerablemente durante los últimos años en el Tarragonès, de la misma manera que en el resto del país. En el 2011 los Mossos registraron un total de 394 denuncias por este delito en la comarca (9.321 en Cataluña), una cifra que se ha multiplicado por 5,4 hasta este 2020, cuando se presentaron un total de 2.154 hasta el mes de noviembre en el Tarragonès (61.460 en Cataluña). Unos delitos que, además, han ido cambiando su naturaleza durante esta década. Según el cabo de los Mossos de Investigación Tarragona-Grupo de Estafas del Área Básica Policial del Tarragonès, hace diez años el 70% de las estafas eran las tradicionales, en las que básicamente robaban la tarjeta de crédito a alguien habiendo visto previamente el número de seguridad y la utilizaban, mientras que el 30% eran estafas a través de Internet. Ahora, esta tendencia se ha invertido, de manera que el 70% de este tipo de delitos se producen de manera electrónica, mientras que el 30% restante todavía se comete con el método clásico. Según explica, este cambio va ligado al aumento del comercio electrónico, que se ha disparado durante estos últimos años. «Cuanto más compremospor Internet, utilizando las tarjetas de crédito en línea, más casos de estafa electrónica hay, y eso va creciendo, aunque confiamos también en que las medidas de seguridad que cada vez van implementando las entidades bancarias dificulten este tipo de delitos,» señala el cabo.
Hace falta tener en cuenta que, en general, el número de delitos cayó drásticamente durante el confinamiento total por la pandemia de covid-19, en marzo y en abril, pero la reducción no fue tan fuerte con respecto a las estafas, que en el Tarragonès se denunciaron 95 y 70, respectivamente, cuando la media del resto de meses de 2020 está sobre las 200. En este sentido, el cabo defiende que cuándo empezó la nueva normalidad la cifra aumentó, hasta «recuperar la estadística anual, con unos números muy parecidos a los de 2019». Al respecto, cree que el aumento de estos casos que se hace evidente año tras año se verá reflejado durante el 2021.
Según explica, las estafas más comunes actualmente están relacionadas con la captación de los datos bancarios de la víctima, principalmente, a través de mensajes que envían por correo electrónico, WhatsApp o SMS. «Las organizaciones que se dedican a estos delitos te envían un mensaje haciéndose pasar por una empresa reconocida, por un banco o por una compañía de mensajería y te dicen que tienes que hacer un pago con cualquier excusa. Entonces la víctima introduce los datos bancarios y los delincuentes ya las tienen para sacar dinero o hacer compras», explica al cabo de investigación de los Mossos, que añade que «también es posible que te envíen un enlace a través del cual te descarguen un programa espía en tu ordenador o al teléfono móvil y con este pueden copiar y clonar todas las operaciones que haces tú con tu dispositivo, consiguiendo también mucha información». Lo que hacen, al fin y al cabo, es simular que son una empresa conocida, por lo cual difícilmente la gente desconfía. No obstante, el cabo insiste en la importancia de comprobar la dirección de correo electrónico de origen, que normalmente suele ser muy extraña. Reconoce que a menudo este tipo de correos van directamente en la bandeja de «correo no deseado».
El cabo del Grupo de Estafas califica a estas organizaciones de «piratas internacionales». En la mayoría de casos son de otros países, como Pakistán o del este, principalmente, pero también de España, que después acaban vendiendo estos datos a terceros, que son los que finalmente acaban cometiendo la estafa, ya que realizan compras con el dinero de la víctima. Explica que desde su unidad suelen llegar a los que utilizan estos datos cuándo es de por aquí. «A veces vemos que con la información bancaria de la víctima se realizan compras en tres lugares diferentes del mundo en cuestión de horas», explica el cabo, que señala que en este caso se pasa la información a otros grupos de investigación otros cuerpos policiales que se dedican a investigar estas organizaciones conjuntamente con policías internacionales. El investigador, que asegura que por el simple hecho de tener tarjeta de crédito ya es suficiente para ser una posible víctima de estas estafas, explica que «nosotros hacemos la primera detección del delito, hacemos de filtro, y después la Interpol ya trata de llegar al fondo de estas organizaciones». Además, sostiene que «quien acaba utilizando los datos para hacer compras puede ser de por aquí cerca y lo podemos pillar, pero muchas veces también cometen el delito de usurpación de identidad, aprovechándose que alguien ha perdido el DNI, por ejemplo, y se hacen pasar por otra gente, con otras direcciones, para dificultar nuestra investigación».
Finalmente, comenta que, entre las estafas actuales hay una con un sistema complicado de detectar. Investigan cómo una persona llega al banco y, con un código que se genera automáticamente, consigue sacar dinero de la cuenta de la víctima sin tarjeta ni cartilla, sólo con el código, que puede ser numérico o con uno QR. También explica que con el Bizum, como también puedes solicitar que te envíen dinero, «te dicen que te los envían, pero cuando aceptas, realmente los estás dando».