Un Domingo de Ramos de palmas y viacrucis de la Sangre en el interior de la Catedral de Tarragona
La parte más litúrgica de la jornada se mantiene y se adapta a las restricciones por la pandemia
La Semana Santa del 2021 ha levantado el telón oficialmente ayer a Tarragona. A diferencia de la del año pasado, cuando a causa del confinamiento no se ha podido celebrar ningún acto, este año las diferentes cofradías se han tenido que reinventar y adaptar a las restricciones de la pandemia. Ha sido el caso de la bendición de las palmas y el viacrucis de la Sangre del Domingo de Ramos. Dos actos que han mantenido la parte más litúrgica, ya que encontraron en la Catedral y la capacidad de controlar el aforo a su mejor aliado, dejando de mala gana la actividad en las calles de la ciudad.
La tradición manda que la bendición de las palmas se hace desde las escaleras de la iglesia de la escuela Lestonnac-L'Ensenyança, para hacer posteriormente el oficio en la Catedral. Cuando menos, este año todo se redujo al interior de la sede metropolitana. Allí, unas 300 personas se han reunido al mediodía de este domingo para celebrar el Domingo de Ramos. Después de una bendición de palmas simbólica, el arzobispo de Tarragona, Jaume Planellas, ofició una misa en la cual la lectura de la Pasión según Sant Marc tomó el protagonismo, narrando desde el Sant Sopar de Jesús con los apóstoles hasta su muerte en la cruz. El arzobispo Planellas destaca el lado positivo de la jornada que marca el inicio de la Semana Santa: «A pesar de la pandemia hacemos fiesta, es un día de fiesta. Hace una semana estrenamos la primavera y nos acompañáis a muchas familias a pesar de las limitaciones y aunque no podremos hacer procesiones». La máxima autoridad religiosa en Tarragona celebra que la gente llenara la Catedral «con la ilusión en el fondo del corazón, hoy que parece que todo renace y que el día acompaña».
La sede metropolitana ha acogido a muchas personas con ganas de Semana Santa. Había muchas familias con criaturas pequeñas. «Nos hemos reunido nuestra burbuja para poder celebrar el día a pesar de la situación», explicaba Judit Aliaga, acompañada de su marido y los dos hijos, de nuevo y seis años. «Supongo que la gente se ha marchado fuera y ha sido un Domingo de Ramos muy tranquilo, muy bien organizado, lo hemos disfrutado». También estaban los más veteranos, como Roser Mas, congregante de la Soledad: «La organización ha sido perfecta».
El Sant Crist en la Catedral
En un Domingo de Ramos tradicional, la Congregación de la Puríssima Sang habría hecho pasear en viacrucis el Sant Crist por el Paseo Arqueológico y las calles de la Parte Alta, llegando a la Catedral. Este año se han conformado tan sólo con la última parte del acto. Delante de casi dos centenares de personas, el Sant Crist de la Sang completó el viacrucis adaptado por el interior de la sede metropolitana, con los asistentes sentados en los bancos y sin poder seguir la figura en su recorrido. «Tenemos una iglesia muy pequeña y no nos permite hacer un acto de estas características. Hablamos con el capítulo de la Catedral para tener un lugar más ancho», explica Rafel Pintado. El subprefecto de la Sangre recordaba que el Viernes Santo, el centro neurálgico de la Semana Santa, el Sant Crist de la Sang volvería a hacer un viacrucis por el interior de la Catedral.
Por otra parte, ya hace días que se pueden ver en varias fachadas y balcones de la ciudad las lonas que la Agrupación de Asociaciones ha elaborado conjuntamente con las diferentes cofradías. Las sábanas, con imágenes a medida real de los pasos, servirán para recordar los grandes ausentes de este año.