Tarragona: El Descendimiento, los Maginets y la Salle llevan el viacrucis a Sant Pau
La Catedral acoge la misa crismal del Lunes Santo y la banda|lado del paso de la Flagelación hace un ensayo simbólico de reencuentro
El Lunes Santo tarraconense mantuvo ayer su esencia. Tradicionalmente, la Congregación del Descendimiento de la Cruz, la Cofradía de Sant Magí Màrtir de Barcelona y la Asociación la Salle organizan un viacrucis por las calles de la PartAlta de Tarragona, con origen en la ermita de Sant Magí, al Portal del Carro. Cuando menos, ayer el escenario se tuvo que adaptar a las restricciones por la pandemia. La iglesia de Sant Pau, en la Rambla Lluís Companys, acogió el acto coorganizado por las tres entidades. Por otra parte, la Catedral acogió la misa crismal, en la cual una setentena de sacerdotes de la archidiócesis recibieron los aceites de los catecúmenos. Fue una emotiva jornada también para los miembros de la banda de timbales del paso de la Flagelación, que llevaron a cabo un ensayo simbólico para reencontrarse.
El Descendimiento, los Maginets y la Salle encontraron rápidamente una alternativa con el fin de poder llevar a cabo el viacrucis del Lunes Santo. La iglesia de Sant Pau, sede del Descendimiento, tenía un aforo de 170 personas y garantizaba las medidas de seguridad. «La ermita de Sant Magí es muy pequeña y las instalaciones de la Salle quedan demasiado lejos», razonaba Jordi Folch. El presidente de la congregación explicaba que, en vez de hacer desfilar el Sant Crist de les Set Paraules –propiedad de la Salle- o el de Sant Pau, se utilizaría «uno más pequeño de la misma parroquia, que no pesa tanto, por lo que el costalero hará menos esfuerzo y se asegurará de lo que tenga que haber tanta gente pendiente cerca». De esta manera, un centenar de personas, sentadas en los bancos y algunas de ellas con túnica, vieron cómo la completaba las diversas estaciones en torno a la iglesia.
Cuando menos, no era la primera vez que la iglesia en el eixample tarraconense acogía un viacrucis, tal como explicaba Quim Julià, presidente de la Asociación la Salle: «Hace muchos años, cuando el colegio todavía estaba en la plaza Imperial, el viacrucis salía de Sant Pau, pero después estuvo una temporada sin hacerse hasta que lo recuperamos». Quien lo tuvo difícil ayer para asistir al viacrucis fueron los cofrades de Sant Magí Màrtir. La mayoría de maginets son tarraconenses residentes en Barcelona, hecho que dificultó su presencia. tal como detallaba a su presidente, Joan Rossell: «La gente que no tiene dónde dormir no ha venido, a causa del toque de queda».
Otro de los actos del Lunes Santo fue la misa crismal en la Catedral de Tarragona. Presidida por el arzobispo Joan Planellas y con la presencia de Octavi Vilà, abad de Poblet, y una setentena de sacerdotes de la archidiócesis, se bendijeron los aceites catecúmenos y de los enfermos –utilizados en los diversos sacramentos cristianos– y se consagró el Sant Crisma.
Vuelven a sonar los timbales
La tarde de ayer fue emotiva para una docena de miembros de la banda de timbales del paso de la Flagelación. La formación de los aspirantes de la Sangre se volvió a colgar las cajas y los bombos de forma simbólica un año después, a pesar de no poder salir en procesión este 2021. «El único objetivo es cuidar la vertiente social», explicaba a Jordi Inglés. El jefe de la banda de la Flagelación aseguraba que «las alternativas virtuales están muy bien, pero hay cosas que no pueden sustituir la presencialidad». Con el fin de poder sacar adelante el ensayo simbólico, la banda «aprovechó el plan de reactivación cultural» que aprobó a la Generalitat el pasado julio y que, después de unos meses parados, se reanudó el 12 de marzo, detallaba Anglès. Una lista cerrada de asistentes, gel hidroalcohólico y distancia fueron las premisas para poder volver a hacer sonar sus timbales en su lugar de ensayo, el Roqueral.