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Patrimonio

Empieza la recuperación del sistema de drenaje de agua de la arena del anfiteatro de Tarragona

Es una de las actuaciones que permitirá abrir el monumento al público de cara al verano

Se arreglará el sistema de recogida de aguas superficiales actualmente estropeado.

Empieza la recuperación del sistema de drenaje de agua de la arena del anfiteatro de TarragonaManel R. Granell

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ACN

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El sistema original de drenaje de agua de la arena del anfiteatro romano de Tarragona se ha empezado a recuperar este miércoles. Se trata de unas actuaciones que durarán unas semanas y que permitirán garantizar la conservación del monumento. Tal como ha explicado el conseller de Patrimonide Tarragona, Hermán Pinedo, «el agua hace mucho daño a la roca del anfiteatro» y hasta ahora los canales de época romana estaban cubiertos por escombros fruto de la falta de mantenimiento. Eso provocaba que cuando había lluvias intensas el agua se acumulara y estropeara el monumento. Al mismo tiempo, se mejorará el pavimento de la puerta Triumphalis que permite a los visitantes acceder a la arena. Las obras cuestan globalmente casi 13.000 euros y se prevé que acaben antes del verano.
El sistema de drenaje romano evacua el agua de lluvia en el exterior del edificio en dirección al mar. Actualmente se encuentra cubierto de áridos que la lluvia ha ido arrastrando con el paso de los años. Pinedo ha lamentado que el espacio «no ha tenido mantenimiento».

Esta actuación y la de la puerta Triumphalis se harán en paralelo a la segunda fase de refuerzo del inmueble y que corresponde a asegurar la gradería excavada en la roca a fin de que piedras de grandes dimensiones no caigan a la arena. Esta fijación empezará en los próximos días y los trabajos también durarán unas semanas. Pinedo se ha mostrado convencido de que de cara al verano los visitantes ya podrán volver a acceder a la arena del anfiteatro. En este espacio, además, también se modernizarán los paneles informativos.

Allí donde todavía no se podrá acceder está en las graderías de los años 70, en las cuales los últimos años se sentaba el público. Su estado de conservación no es bueno y presentan varios problemas estructurales, que en parte se han agravado por la proximidad del monumento con la vía del tren y el vial Bryant. En este ámbito se está haciendo una monitorización para conocer el alcance real del problema y buscar soluciones.

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