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La FAV Segle XXI denuncia la gran presencia de pintadas en Tarragona

La federación vecinal pone el foco sobre el tramo de la calle Rovira i Virgili que va desde el cementerio hasta la avenida Catalunya

El tramo de la calle Rovira i Virgili que va del cementerio hasta la avenida Catalunya tiene las persianas y las paredes llenas de pintadas.

La FAV Siglo XXI denuncia la gran presencia de pintadas en la ciudadGerard Martí

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La gran presencia de pintadas en persianas de comercios, cristales de bajos y paredes de calles de Tarragona es un problema que preocupa a la Federació d'Associacions de Veïns Segle XXI. La entidad vecinal pone el foco en varios puntos de la ciudad donde los grafitis abundan más, como la calle Rovira i Virgili, especialmente el tramo que va desde el cementerio hasta la avenida Catalunya. Aun así, desde Segle XXI aseguran que es un problema que se extiende a toda la ciudad. De hecho, otras asociaciones de vecinos también apuntan a la gran presencia de pintadas. Para poner remedio y satisfacer las necesidades artísticas de los jóvenes tarraconenses, la FAV Segle XXI propone habilitar un espacio regulado en el Parc de la Ciutat.

La preocupación hacia «el mal estado de las fachadas y el mobiliario urbano por culpa de las pintadas» va en aumento, tal como asegura a Jacinto Moreno. El presidente de la Federació d'Associacions de Veïns Segle XXI asegura que «es un problema que se extiende por toda la ciudad y que contribuye a la degradación». Así pues, entre los puntos más conflictivos, según Moreno, hay la calle Rovira i Virgili o el aparcamiento al aire libre de la calle Doctor Battestini. «No hay persiana en la ciudad que no esté pintada, incluso los camiones ni las furgonetas se salvan», enfatiza Moreno.

Por este motivo, el representante vecinal emplaza al Ayuntamiento a endurecer el control, la limpieza y las sanciones hacia las pintadas que afectan mobiliario urbano y propiedades privadas: «Queremos que haya más vigilancia y más mano dura, los vecinos y los comerciantes estamos muy fastidiados». Moreno destaca que «ya nos cuesta bastantes impuestos limpiarlo en el centro de la ciudad y en los barrios» e, incluso, emplaza a «la colaboración ciudadana para desenmascarar a los grafiteros». «Ante la pasividad de la administración no nos queda más remedio que mostrar nuestra preocupación», admite el presidente de la FAV Segle XXI.

Ante la problemática de las pintadas por toda la ciudad, Moreno exige en el Ayuntamiento que se destine «una brigada especial para limpiarlas», a la vez que avisa de que «ha llegado un momento que esta gente puede hacer lo que quiere y eso es sálvese quien pueda». Para hacer frente y al mismo tiempo poder dar salida a la necesidad de pintar para mucho jóvenes, Moreno propone que «el Parc de la Ciutat sea un lugar donde los grafiteros puedan expresarse, que allí lo tengan fácil y que sea un sitio regulado», aunque no cierra la puerta a otros lugares de Tarragona. «Una vez dispongamos de este espacio adecuado, el Ayuntamiento tendría que empezar a endurecer las sanciones», opina al representante de la federación vecinal.

También en|a los barrios

La presencia de pintadas en el mobiliario urbano y en paredes, persianas y cristales no es una queja estrictamente del centro de la ciudad, ya que también llega desde otros barrios. En Ponent, Francisco Rosillo explica que «estamos muy descontentos en todo el barrio con lo que el Ayuntamiento está haciendo, que es muy poco, no nos hacen ni caso». El presidente de la Associació de Veïns de la Granja detalla que en su zona la mayoría de pintadas se concentran en el concurrido parque de la Salut. «Estoy muy cansado de quejarme y a veces tengo ganas de terminar», lamenta Rosillo. El representante de la Granja asegura que a menudo envía fotografías de las pintadas y otros problemas en varios espacios públicos de la Granja al conseller de Neteja Jordi Fortuny: «Hace una semana que envié fotografías de las pintadas al concejal y a la brigada, pero arreglan muy poca cosa». Rosillo detalla que ha observado un incremento de pintadas las últimas semanas, a pesar de que muchas «hace meses que están hechas, ¿quieres decir que la brigada no lo ha visto en ningún momento? Tendrían que hacer más para la ciudadanía». La indignación de Rosillo va de la mano de las quejas genéricas sobre el estado de la Granja, y avisa: «Cuando falte medio año para las elecciones ya aparecerán por el barrio».

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