Bonavista y Sant Pere i Sant Pau lamentan que Sant Jordi no se haya descentralizado
La diada se ceñirá a seis paradas de libros y 13 de floristerías en la Rambla Nova, mientras que las entidades no podrán vender
Varias entidades vecinales de la ciudad lamentan que la festividad de Sant Jordi de este año no se haya descentralizado. En el marco de las medidas para evitar contagios de la covid-19, el Ayuntamiento de Tarragona ha optado por centrar la celebración en la Rambla Nova. En este céntrico espacio, se encontrarán seis paradas de librerías y de 13 floristerías de la ciudad, con un formato muy similar al del Sant Jordi d'estiu del año pasado, que se llevó a cabo el 23 de julio. En este sentido, librerías y floristerías sí que estarán autorizadas a colocar chiringuitos delante de la puerta de entrada de sus locales. Cuando menos, las entidades no profesionales del sector no podrán vender ni rosas ni libros este 2021. Este hecho ha ocasionado que, sobre todo desde los barrios alejados del centro de la ciudad, haya surgido malestar para no poder celebrar una diada con normalidad.
«La gente no irá al centro de Tarragona desde Bonavista para comprar la rosa, nos pilla lejos, sobre todo a las personas mayores, que está acostumbrada a venir a nuestra plaza», explicaba Loli Gutiérrez. La presidenta de la Asociación de Vecinos de Bonavista aseguraba que «ya en enero pedimos los permisos, y a tres días de la celebración nos han dicho que no nos lo dan porque se ha hecho un decreto», lamentaba. La entidad vecinal y otras asociaciones del barrio se encargaban tradicionalmente por Sant Jordi de hacer llegar rosas y libros en Bonavista, ya que esta no cuenta ni con floristerías ni con librerías. Este año, como la venta está restringida a los establecimientos profesionales, sus vecinos se tendrán que desplazar hasta el centro de Tarragona.
No haber descentralizado Sant Jordi es, para Gutiérrez, una oportunidad perdida, ya que se hubieran podido reproducir otros modelos utilizados durante el año pasado: «Por SantMagí se vino al barrio a repartir agua. Se tiene que descentralizar más, ya que queremos celebrar las mismas fiestas». La presidenta vecinal de Bonavista recalcaba que la descentralización de fiestas, como también pasa por Santa Tecla, es un problema endémico, y se preguntaba el sentido de la diada: «Los que vivimos en el barrio o vamos al centro, o nos quedamos sin rosa. ¿Donde queda la tradición de Sant Jordi y la cultura de cada año?». «Si se tienen que concentrar todas en la Rambla Nova y se tienen que cortar calles, y quizás ni se cumplen las medidas, como mínimo podrían venir aquí a vender rosas», concluía Gutiérrez.
La venta cada 23 de abril de libros y, especialmente, de rosas, no es la principal fuente de ingresos para las entidades de los barrios, pero ayudan a financiar otras actividades o a hacer caja, «como la Cultural Torreforta, que les sirve para recaudar dinero para el fútbol base», detallaba Gutiérrez.
Las quejas también llegaban desde Sant Pere i Sant Pau, donde el presidente de la asociación de vecinos del barrio, Lluís Trinitat, aseguraba que «nos solidarizamos con los compañeros de Bonavista». Trinitat explicaba que la entidad que él dirige también «queríamos hacer un chiringuito por Sant Jordi, pero viendo lo que explicaba Loli Gutiérrez, ya no lo hemos ni intentado». El presidente de la Asociación de Vecinos de Sant Pere i Sant Pau explicaba que no entienden «por qué en el centro sí que se puede hacer, y no en los barrios, cosa que nos sabe muy mal». Trinitat entendía en cierta manera «la postura del Ayuntamiento siguiendo las restricciones por la covid», pero se cuestionaba el hecho de que no se hubiera intentado descentralizar la diada. El representante vecinal detallaba que los últimos meses, la asociación ha intentado organizar «la feria o un autocine al aire libre al parking de camiones del barrio, pero el Ayuntamiento no nos ha dejado», y ponía énfasis en el hecho que «en Tarragona se puede hacer todo, pero en los barrios no». Cuando menos, a diferencia de Bonavista, Sant Pere i Sant Pau dispone de una librería y un par de floristerías.
Sant Jordi en la Rambla
La festividad de Sant Jordi tendrá el protagonismo en la Rambla Nova. De 9 h. a 21 h., los tramos centrales entre el monumento en los Despullats y la calle Adrià acogerán las paradas de libros y rosas en un formato reducido. Habrá seis paradas de libros y 13 de flores, todas ellas de establecimientos y quioscos profesionales de la ciudad. Siguiendo las indicaciones del Procicat, en los accesos se indicará el aforo máximo permitido y habrá gel hidroalcohólico para el público. En cada uno de los dos puntos de acceso a la feria, habrá una persona realizando las tareas de control de aforo y comprobación de la temperatura a los visitantes. Aun así, algunas librerías expresaron ayer su desacuerdo con el formato. Adserà, a través de las redes sociales, criticaba que se enganchen «las dos mesas de autores a la parada y se bloquea la venta». El establecimiento se preguntaba: «¿Y por donde entramos, saltamos?». Además, la librería Adserà lamentaba el poco plazo con el cual se les comunicó que podían hacer parada delante de la librería.