El Ayuntamiento de Tarragona ha presentado alegaciones al proyecto del tren-tranvía del Camp de Tarragona que impulsa el Departamentde TerritoriiSostenibilitat. La apuesta del consistorio es ganar «intermodalidad» y conseguir que el trazado pase por donde hay más demanda, especialmente los barrios de Ponent y el centro de la ciudad. Por eso, propone que el tren-tranvía conecte la ciudad y Vila-seca en paralelo a la N-340. El consistorio ha presentado nueve alegaciones sobre diferentes aspectos técnicos y estratégicos, entre los cuales también hay que el ancho de vía sea de ancho internacional y no ibérico como se ha establecido en la propuesta de la Generalitat. El plazo para presentar alegaciones acaba este viernes.
Las alegaciones presentadas por el consistorio están en el estudio informativo y en el estudio de impacto ambiental. Entre los aspectos que no se ven bien está «la excentricidad de las estaciones», especialmente las de Tarragona y Reus. Por eso, el ejecutivo de Pau Ricomà defiende que el trayecto que vaya por la N-340 acabe en la plaza Imperial Tarraco, donde está también la estación de autobuses que permitiría garantizar la intermodalidad de los sistemas de transporte públicos y privados. Al mismo tiempo, el consistorio defiende que en una etapa temprana del proyecto se conecten Tarragona y Reus por el actual T-11 mediante una vía de nueva creación.
Otra alegación es la «reivindicación de la red de mercancías fuera de los núcleos de población de Tarragona». Una reclamación que también afecta municipios como Reus, Vila-seca, Altafulla o Torredembarra. «Es una gran alegación que haremos en todos los foros que podamos. Las mercancías generan distorsiones en el tráfico de pasajeros», ha indicado el consejero de Territorio de Tarragona, Xavier Puig.
Finalmente, Ricomà ha manifestado que ven con buenos ojos la parte del proyecto que propone unir Cambrils y Vila-seca por el trazado que quedó en desuso con la entrada en funcionamiento del corredor mediterráneo.
