Vecinal
Preocupación en el Parc Francolí por el retorno de los 'skaters' de noche sin toque de queda
Quieren evitar las molestias y los ruidos del verano pasado en el skatepark a altas horas de la madrugada
Los vecinos del Parc Francolí mostraron la semana pasada a representantes políticos del Ayuntamiento de Tarragona su preocupación por el hecho de que, otra vez sin toque de queda, se vuelvan a producir las molestias y los ruidos causados el verano pasado por grupos jóvenes que patinaban en el skatepark a altas horas de la madrugada.
Según explica el presidente de la Asociación de Vecinos Parc Francolí, Jordi Miguel, no fue una reunión donde se decidió ninguna medida para evitar estos estorbos, pero desde la entidad vecinal sí que se propusieron algunas. Teniendo en cuenta que, según Miguel, en la entrada del equipamiento hay un cartel que indica que se puede patinar hasta las 23 horas, los vecinos plantearon la posibilidad de que la iluminación se apagara a aquella hora, o a las 00 horas durante el verano, pero no hasta más tarde porque, señalaba Miguel, «en verano mucha gente duerme con la ventana abierta por el calor y al día siguiente tienen que madrugar para ir a trabajar y por la noche se escuchan muchísimo losgolpes de los skates, mientras que añadía también que «dejan mucha suciedad y el servicio de limpieza no pasa los fines de semana». Otra de las propuestas de la asociación vecinal para evitar estas molestias es que efectivos de la Guardia Urbana aumenten la presencia en la zona en aquellas horas en las cuales ya no está permitido patinar y que lo recuerden a los skaters para que se marchen. Según Miguel, la respuesta del consistorio a la preocupación vecinal fue que cuando se construya el nuevo equipamiento se marcharán del Parc del Francolí.
Por otra parte, el presidente de la entidad aseguraba que se trataron varios temas relacionados con la seguridad de la zona cuando entre en funcionamiento el Centre PenitenciariObert que se está construyendo. En este sentido, Miguel reconocía que ya se ha mejorado la iluminación de las zonas más oscuras con la instalación de ocho puntos de luz, pero defendía que «todavía hay sitios donde no hay visibilidad y se tienen que poner más». Aparte de eso, también decía que hay una parte del parque, justamente en la entrada del centro penitenciario, donde hay unos árboles más bajos que las farolas, y no tiene sentido, porque aquel espacio sigue quedando oscurecido. No se ha decidido cómo se solucionará, pero entendemos que se tendrán que podar o hacer algo». Finalmente, Miguel explicaba que también pidieron al consistorio que se retiren las cañas «muy altas» de un camino que hay dentro del mismo parque y provoca que aquella zona quede escondida, «creando inseguridad».