Cultura
Tarraco Viva cierra la XXIII edición con casi 8.000 entradas vendidas y la mayoría de los actos agotados
El acto de clausura recrea el juicio ficticio del asesinato de Juli Cèsar que sentencia el público
Valla la XXIII edición de Tarraco Viva de Tarragona, una edición marcada por la pandemia que ha provocado la hibridación del acto con el aforo limitado en los emplazamientos destacados del patrimonio histórico de la ciudad y de poblaciones próximas como Cambrils, Constantí, Vila-rodona o Altafulla, pero también, pero también ha mantenido las charlas, vídeos y talleres en línea que marcaron la anterior edición; y ha incorporado nuevos formados audiovisuales como Cèsar, caso abierto o las Crónicas de la Crisis; propuestas innovadoras que marcan un camino y un futuro lleno de posibilidades.
«Si por alguna cosa ha destacado esta edición ha estado por la fidelidad de nuestros públicos hacia el festival y el enorme interés que ha habido por partes de estos en las propuestas que hemos hecho para esta edición. Se ha notado y mucho las ganas de volver a vivir con una cierta normalidad nuestro festival y recuperar la vivencia completa», señala el director del festival, Magí Seritjol; quien también añade la satisfacción de todo el equipo por el tema escogido: «Creemos que ha gustado y ha sabido captar el interés de muchos espectadores.»
La organización del festival considera que la XXIII edición ha estado un éxito tanto por el objetivo cultural de acercar la historia a la ciudadanía como por la alta ocupación de sus actos, con cerca de 8.000 entradas vendidas y casi todos los actos agotados.
Por segundo año, el festival ha seguido apostando por las actividades online y por contenidos audiovisuales a través del canal en línea de la nueva web de Tarraco Viva que ya ha conseguido más de 10.000 visualizaciones de los actos publicados. Por otra parte, la nueva página web del festival, en los últimos 15 días, ha recibido cerca de 140.000 visitas.
El festival también ha contado con la participación del público, que ha influenciado en algunos actos como por ejemplo las acciones en las redes sociales con Quiz Pro Quo y también la participación mediante Instagram i Twitter para ejecutar el veredicto final del acto de clausura, donde el público ha sentenciado a muerte a los asesinos de Juli Cèsar a la escenificación del juicio que ha servido como acto de clausura.
Por otra parte, las campañas de publicidad creadas a las redes sociales han conseguido hacer llegar el festival además de 150.000 personas de toda España interesadas en la historia; y la apuesta para alimentarlas con contenidos diarios y para fomentar la interacción con el público, se ha visto reflejados en un aumento del 7,5% del número a seguidores y en un incremento del engagement con las publicaciones. Hay que destacar que la red Instagram, ha incrementado en un 44,82% su comunidad.
La organización cierra esta edición con la esperanza de poder ofrecer en las futuras ediciones un festival con completa normalidad y con un espíritu de superación con el fin de mejorarlo y ampliarlo.