Las clínicas dentales de Tarragona empiezan a recuperar a los pacientes más mayores

Las clínicas dentales de la ciudad han empezado a recuperar las últimas semanas a los pacientes de edad más avanzada, hasta ahora bastante reticentes a llevar a cabo visitas. El alto porcentaje de vacunación en esta franja de edad es uno de los motivos para entender este cambio, ya que muchos usuarios han perdido el miedo. De esta manera, el último año se han dejado de hacer muchas intervenciones no urgentes. Por otra parte, cuando hace poco más de un año del fin del confinamiento, los odontólogos tarraconenses han detectado que otros pacientes han decidido iniciar tratamientos de carácter estético, como ortodoncias, implantes o prótesis. Esta situación se debe a una diversidad de motivos, que van desde la economía hasta un mayor cuidado de la autoestima, y con la mascarilla como gran aliada.

«Ahora estamos reincorporando a los pacientes de edad más avanzada, hasta ahora reticentes a venir a la consulta, ya que se sentían más vulnerables», explicaba Dolors Ceperuelo, presidenta de la sede en Tarragona del Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de Cataluña, con relación al ritmo de la vacunación. Conchita Curull coincidía en apuntar este hecho: «El miedo ya se ha vencido». La directora médica de la clínica Curull añadía que «la nuestra ya es la especialidad médica donde hay menos contagios y, antes de la pandemia, ya trabajábamos con mascarilla, guantes, esterilización y materiales de un solo uso, cosas que para nosotros son básicas».

Las clínicas dentistas han tardado en coger ritmo. En este sentido, Ceperuelo recordaba cómo «al principio de la pandemia todo el mundo tenía mucho respeto para venir» y que «se han pospuesto tratamientos como higienes o mantenimientos que no les suponían ninguna prisa». Algunos pacientes que no veían claro ir al dentista incluso han visto como problemas cómo las caries se han agravado hasta el punto de acabar en endodoncias o bruxismo, derivado del estrés pandémico, ha implicado la rotura de dientes.

La mascarilla, aliada

El uso de la mascarilla ha hecho que mucha gente –aparte de niños y adolescentes– haya considerado que era un buen momento para llevar a cabo tratamientos estéticos, como ortodoncias, implantes o prótesis. «Cuando vieron que eso iba para largo, razonaron que podían sacar provecho», detallaba Ceperuelo. La presidenta tarraconense explicaba que, «si quieres hacer un cambio en los dientes de hoy para mañana, ahora los compañeros de trabajo no ven cuándo te sacas o te pones cualquier cosa, tienes más intimidad». «Antes los clientes querían solucionar un implante cuanto antes mejor, pero ahora han ganado un margen de tiempo de, como mínimo, un día», apuntaba Cristina Garavito, propietaria de la clínica que lleva su nombre.

Los motivos para explicar el éxito de los tratamientos estéticos son diversos. Este último año, las cámaras de los ordenadores han actuado como verdaderos espejos. «Con el hecho de hacer tantas videollamadas, la gente se ha visto en la pantalla y se han dado cuenta de que no se veían bien, detectaban todos los defectos y han decidido arreglárselo ahora que llevan mascarilla», manifestaba Curull. También estaba de acuerdo Ceperuelo, que indicaba que «estar cerrados en casa nos ha permitido tener conciencia de las necesidades vitales de cada uno. Ahora que muchos pacientes trabajan desde casa, todo el mundo está invirtiendo en mejorar las condiciones».

También ha influido mucho el hecho de que el ocio se ha visto condicionado y, en consecuencia, aquellos que no han perdido el trabajo han ahorrado mucho más dinero del habitual. «La gente que ha ahorrado ha aprovechado para invertir en su boca», confirmaba Garavito. Esta visión era confirmada por Curull, que decía que «la gente no ha podido gastar el dinero en otras cosas, como por ejemplo yendo de vacaciones, y han visto que realmente necesitaban estos tratamientos». La directora médica de la clínica Curull recalcaba que «la boca tiene relación con la salud en general, con la autoestima y con poder comer bien».