La reciente gradería de la plaza Sedassos de Tarragona ha sido objeto de vandalismo con una pintada

La recientemente acabada transformación de la gradería del Circo romano de la plaza Sedassos ya ha sido objeto de vandalismo. Ayer por la mañana apareció con una pintada en la cual se puede leer: «Abrídlas fuentes, tenemos sed». En declaraciones en DiariMés, el concejal de Patrimonio, Hermán Pinedo, lamentaba los hechos y aseguraba que, como en todos los casos en los cuales hacen pintadas en monumentos, se retirará en menos de dos semanas y el coste oscilará entre los 300 y 1.000 euros, ya que depende del tipo de pintura y del material afectado. Con todo, afirma que las gradas quedarán igual que antes de sufrir este acto. «Pedimos por favor a la gente que respete el patrimonio de la ciudad», y añadía que «ya les vale, estamos hablando de dinero público y se lo podrían haber ahorrado». Como es lógico, Pinedo desconoce quién puede haber sido el autor, y reconoce que en el 90% de los casos no se encuentra, sólo cuando la Guardia Urbana pilla al autor in fraganti o cuándo hay cámaras de seguridad que lo permita identificar posteriormente, y cree que este no es el caso. Decía que «hay otros espacios y vías para hacer reivindicaciones, eso no es más que un acto vandálico, no es el lugar ni la manera de reclamar alguna cosa».

La gradería, terminada

Por otra parte, Pinedo explicaba que los trabajos que quedaban para dejar las gradas a punto ya han finalizado y que ahora toca esperar que acabe el proceso participativo por decidir qué uso se da en la plaza, que calcula que se cerrará en las próximas semanas. Con todo, y ante la advertencia de algunos vecinos de la zona que se mostraban preocupados con la posibilidad de que se hagan actos que pueda afectar su descanso, el concejal d'En Comú Podem aseguró que «los tenemos muy en cuenta y no haremos ninguna actividad que los pueda molestar». Paralelamente, y con referencia al hecho de que mucha gente se ha mostrado descontenta con el resultado del proyecto y ha pedido su retirada, Pinedo defendía que «hay que darle una oportunidad, ha costado 250.000 euros de dinero público y ha contado con una subvención del 1,5% cultural, no podemos retirarla antes de probarla».