Vecinal
Vuelven las molestias por|para el ruido a la plaza Corsini de Tarragona con los bares abiertos de noche
Los vecinos denuncian que con las terrazas «estamos sufriendo una gran contaminación acústica»
Durante unos meses, mientras han durado las restricciones en el sector de la hostelería, los vecinos de la plaza Corsini han vivido tranquilos sin el ruido que más les afecta, el de las terrazas por la noche. Ahora lamentan que como los bares y restaurantes de la zona vuelven a ofrecer el servicio de cena y llega el calor, con lo cual muchos tienen que dormir con las ventanas abiertas, «sufrimos nuevamente una agresión de contaminación acústica» que, según dicen, no les permite descansar.
Si bien hace unos meses también se quejaban del ruido de los músicos de calle, una vecina que vive delante por delante del Mercat Central asegura que pudieron hablar con el representante del sector y este problema está «solucionado». El otro motivo por el cual denuncia que no disfruta de silencio en su casa, como pasa al resto de vecinos, es el ruido que provocan los niños que juegan a la plaza cada tarde. La vecina explica que el concejal de Urbanismo, Xavi Puig, le comentó que la idea es que, con la creación de una zona de recreo infantil en el tramo alto de la calle Ixart, todos estos chiquillos vayan a jugar allí, pero la residente cree que no será así porque los niños están en la plaza porque los padres y madres se quedan en las terrazas a consumir.
A pesar de todo, la vecina explica que la principal molestia que afecta al descanso vecinal es la de las noches, provocadas por los clientes que se sientan en las terrazas. En este sentido, recuerda que el mes de septiembre de 2020 tuvieron una reunión con diferentes concejales del consistorio y que estos les dijeron que una de las pocas opciones es colocar carteles pidiendo a los clientes de los bares que respeten el descanso de los vecinos. «El problema es de la gente, que no saben controlar el ruido y los gritos que dan, y simplemente queremos que la Guardia Urbana haga cumplir la normativa porqueseguro que superan los límites establecidos en la Ordenanza de Convivencia», lamenta la vecina, que da esta «batalla por perdida» y asegura que en alguna ocasión algún agente de la Guardia Urbana «me ha dicho que tiene trabajo más importante que este».
En más, lamenta, que, con las restricciones, el número de mesas en las terrazas ha aumentado y «han venido para quedarse». «Justo debajo de mi casa tengo ahora mismo 20 mesas de tres bares diferentes, nosotros sólo pedimos que se minimice el ruido para poder descansar bien», defiende finalmente a la vecina, que explica que desde ahora y durante todo el verano se ve obligada a dormir en un colchón en el suelo en otra habitación de su piso para no oír el ruido que se genera en la plaza.