Movilidad
El carril bici de la calle Pere Martell de Tarragona indigna a los vecinos y los comerciantes
El peligro de accidente entre las bicis y patinetes con los que salen del coche aparcado o con quién tira la basura es el que más preocupa
Los vecinos, los comerciantes y los repartidores de las empresas distribuidoras que trabajan con los establecimientos de Pere Martell no están muy contentos con el nuevo carril bici creado en uno de los laterales de la calle. De hecho, muestran indignación por las diferentes problemáticas que comporta, entre las cuales destacan las dificultades que tienen los coches para salir de los aparcamientos de los edificios, las complicaciones para descargar el género por los comercios y supermercados por parte de los repartidores, la peligrosidad de salir del vehículo aparcado a la zona de estacionamiento y plantarse en medio del circuito para bicicletas y patinetes y, de la misma manera, el riesgo de tener que tirar la basura también desde el carril. En más, lamentan también, que, si bien antes la calle Pere Martell «era un caos», ahora «todavía lo será más», por el hecho de haber eliminado un carril de circulación, lo que provoca que cuando un bus de la EMT se detiene en la parada y otro lo quiere avanzar o hay un coche en dobler hilera se creeun atasco.
El presidente de la comunidad de vecinos del número 20 de la calle Pere Martell, Jordi Rofàs, criticaba las dificultades que tienen los residentes del edificio para salir y entrar con su coche desde el aparcamiento del bloque, por el poco espacio que han dejado entre las zonas de estacionamiento. «Para entrar, si no quieres tocar el coche que ha aparcado, tienes que abrirte mucho y, eso con un vehículo pequeño, con una furgoneta casi no pasas», lamentaba Rofàs, que además señalaba que no hay visibilidad para ver si vienen bicicletas y patinetes por el carril bici. Y para salir, decía, «me tengo que detener en medio de la acera por si hay usuarios circulando por el carril bici y después tengo que volver a detenerme para incorporarse al carril de circulación, donde tampoco hay visibilidad». Rofàs también remarcaba que salir del coche estacionado en la zona habilitada entre los carriles de circulación y el carril bici se tiene que hacer con mucha cautela para que nadie choque con la puerta o nadie atropelle a los ocupantes del vehículo. «Creo que han pensado mal, se tendría que remodelar un poco, pero como las cosas las hacen sin consultar el vecindario y la gente que vive en la calle, el problema ahora lo tenemos nosotros», finalizaba el presidente del número 20 de Pere Martell.
Otro vecino de la calle, J.M., calificaba la creación del carril bici de «desastre». «Si antes, cuando había tres carriles de circulación, ya había problemas de tráfico por los que aparcaban en doble fila, ahora todavía es peor», lamentaba el hombre, que de la misma manera que otros vecinos aseguraba que «hay vehículos que siguen aparcando en doble fila» y eso provoca atascos si coincide en que hay un bus de la EMT en la parada, cuándo tampoco lo puede adelantar otro autobús y se crean retenciones. ¿«Los del Ayuntamiento, mande a quien mande, hacen las cosas sin consultar y eso es una verdadera vergüenza», criticaba finalmente J.M., que finalizaba deseando «que no haya ningún accidente entre los que aparcan y los que circulan por el carril bici, por qué entonces la culpa de quien será? Del Ayuntamiento».
De la misma manera, Miquel Abelló, propietario del taller de coches ArtCarAudio, explicaba que «esta mañana ya ha habido problemas con un bus parado en la parada y un coche que estaba aparcado en doble fila, porque aunque haya un carril menos lo siguen haciendo.» En su caso, explica que la remodelación no afecta mucho a su negocio, pero consideraba que «la situación ahora será bastante caótica».
Por su parte, una comerciante que prefiere mantenerse en el anonimato lamentaba que «ahora perderé las ventas directas que hacía con aquellos clientes que paraban un momento en doble hilera y me compraban, y que eran una buena parte de las ventas diarias». Paralelamente, Pilar Cerón, propietaria del videoclub Imperial, alertaba también de los peligros que puede comportar para ciclistas y usuarios de patinete y para los que bajan del coche después de estacionarlo, y cree que es una actuación que lo tendrían que haber hecho «en calles más de paseo y destinados a hacer deporte, como la calle Vidal i Barraquer, pero no aquí en Pere Martell, que está lleno de bares, tiendas y supermercados».
De hecho, otro colectivo que también está indignado con la nueva calle Pere Martell es el de los repartidores de las empresas distribuidoras que venden productos en los comercios. ¿Ayer por la mañana, un trabajador bastante enfadado descargaba género por un supermercado de la calle mientras celebraba haber encontrado un lugar de zona azul para aparcar, «si no, dónde me pongo»?, denunciaba. «Antes, cuando la calle era de tres carriles, aparcaba un momento en doble hilera y tampoco pasaba nada, pero ahora no sé cómo lo haremos, si no encontramos sitio, tendremos que dar vueltas por Tarragona todo el día», criticaba, mientras reconocía que ahora pierde mucho más rato al descargar los productos en los establecimientos.