La turborotonda de la T-11 en Tarragona lleva a la confusión centenares de conductores

La nueva turborotonda en la carretera T-11, que permite coger salidas hacia laA-27 en dirección a Valls o el Port de Tarragona, sigue confundiendo centenares de conductores un mes después de su aplicación, en el cual ya se han producido varios incidentes menores. A finales del mes de mayo se suprimió uno de los tres carriles y se trazó una línea continua en varios tramos en vez de discontinua. La nueva disposición sólo permite circular por el carril de la derecha en caso de coger la salida inmediatamente posterior. Además, a principios de la semana pasada se pintaron las cuatro salidas –dos para continuar en la T-11, dos hacia el A-27– de color azul desde unos metros atrás, todavía dentro de la rotonda. Esta medida ha acabado de despistar todavía más los conductores. La Asociación de Autoescuelas de Tarragona ve con buenos ojos la nueva señalización de la turborotonda de la T-11, pero reclama que se instalen carteles con avisos con más antelación de la que hay ahora.

En sólo un cuarto de hora, aproximadamente medio centenar de vehículos circularon de forma incorrecta por la turborotonda ayer al mediodía, cometiendo varias infracciones de tráfico. En la mayor parte de los casos, los vehículos ignoraban las líneas continuas para acceder al carril de salida cuando ya no lo podían hacer o salían pisando la línea continua al darse cuenta de que no podían continuar dentro de la rotonda demasiado tarde. En varias ocasiones se podían escuchar bocinas de conductores que se recriminaban acciones peligrosas. «Si eso pasa en domingo, imagínate un día laborable en hora punta», advertía a Carlos Trujillo sobre un punto conflictivo de la carretera que lleva a muchos reusenses a trabajar en Tarragona, y viceversa. El vicepresidente de la Asociación de Autoescuelas de Tarragona exponía la confusión con la cual se encuentran muchos conductores: «Cuando llegas por el carril de la derecha, te encuentras con que te envía hacia la primera salida. Los conductores no quieren ir a parar al Port. Entonces se saltan la línea continua».

Este modelo circulatorio, conocido como turborotonda, es muy habitual en lugares como el Reino Unido o los Países Bajos. «Este tipo de rotonda no es mala idea, pero aquí todavía no está reglamentada ni se explica a las clases teóricas ni en los libros del carnet de conducir», detallaba Trujillo. Anteun modelo que es bien visto por profesores de autoescuela, el problema se encuentra, en su opinión, unos metros más antes: «Las flechas del suelo te las encontraras sólo a 20 metros de la rotonda y los paneles verticales son muy poco claros». Para poner remedio en este punto de la T-11 –bajo la gestión del ministerio de Fomento–, que es de momento una prueba, el vicepresidente de la Asociación de Autoescuelas de Tarragona señalaba que «falta mucha preseñalización». «Incluso para los profesores es un enredo. Para los alumnos también, ya que los enseñamos que tienen que circular por la derecha en las rotondas», admitía Trujillo, que celebraba que, como mínimo, «se ha conseguido perder velocidad, por lo que, si hay choques, son menos graves».

Aunque las autoescuelas de la ciudad valoran positivamente la aplicación de la turborotonda en la T-11, existen matices. Aparte de la insuficiencia en la preseñalización, Trujillo apuntaba que «en este punto en concreto no es el mejor lugar para probar este modelo, ya que las retenciones en hora punta son brutales.» Así, el vicepresidente de la Asociación de Autoescuelas opinaba que «donde se tiene que hacer alguna cosa está en la rotonda de las Gavarres, no sé si una turborotonda, pero sí alguna cosa, ya que últimamente ha habido muertos». De hecho, ya hay un punto de la ciudad donde hace tiempo que existe una turborotonda. Se trata del cruce entre las avenidas Cataluña, Argentina y Andorra. «Funciona muy bien», decía Trujillo. Si bien en este punto no hay carriles de colores, sí que el carril de la derecha bajando por la avenida Cataluña obliga a coger la salida a la derecha.