Municipal
Tarragona pide menos nivel de inglés al próximo gerente de Turismo
Se ha abierto un nuevo concurso para cubrir la plaza y uno de los motivos para cesar al último responsable fue el poco dominio de los idiomas
El Patronato de Turismo de Tarragona ha vuelto a abrir el concurso público para cubrir la plaza de gerente, después de que la convocatoria iniciada el año pasado quedara desierta, y uno de los principales cambios que ha habido en las bases para poder presentarse es que, esta vez, se exige un nivel de inglés inferior. En el concurso previo, se pedía a los aspirantes que acreditaran el nivel C1 que, de acuerdo con el Marco Común Europeo de Referencia para las lenguas, se considera que quien lo tiene es un usuario competente con un dominio eficaz del idioma. En cambio, los requisitos actuales establecen que para poder concurrir a la plaza de gerente sólo hay que acreditar el B1, el intermedio, lo que son dos niveles menos. Es especialmente curiosa esta modificación de las bases si se tiene en cuenta que cuando el gobierno municipal de ERC y ECP decidió cesar al anterior gerente, Ángel Arenas, en febrero de 2020, uno de los motivos que se dieron es que no dominaba lenguas extranjeras. El otro argumento es que no se alineaba con los objetivos del gobierno en materia de turismo.
Paralelamente, el último Consejo Rector del Patronato, que fue extraordinario, celebrado el lunes 21 de junio, no estuvo exento de polémica. Los grupos municipales de la oposición critican que, por un lado, el alcalde, Pau Ricomà, se presentó como presidente del organismo cuando el nuevo cartapacio a raíz dela ampliación de gobierno, en el que sí que se le otorga la presidencia, todavía no se había aprobado oficialmente. Por otra parte denuncian también que el concejal Hermán Pinedo delegó su voto al mismo Ricomà, algo que creen que no contemplan los estatutos, aunque la secretaria lo permitió. Por eso, algunas formaciones estudian impugnar el Consejo.
Con la apertura de la nueva convocatoria el Patronato de Turismo se pone manos a la obra para cubrir la plaza de gerente, que está vacantedesde hace un año y medio y el directivo no llegará hasta el 2022. Además del cambio en los requisitos de nivel de inglés, que ha pasado de ser el C1 a ser el B1, también se ha modificado lo que se tiene que acreditar de castellano por parte de aquellos aspirantes que no tengan la nacionalidad española o de países de habla hispana. En este sentido, en el anterior concurso se pedía el C1 y ahora se requiere el B2, un nivel menos. Finalmente, el otro cambio que ha habido de las bases anteriores a las actuales es que ahora a la puntuación por formación en materias relacionadas con el puesto de trabajo, además de premiar el hecho de haber estudiado grados, másters y posgrados, se suma tener la diplomatura de Turismo, una titulación de duración reducida que desapareció hace unos años.
Lo que no ha cambiado con respecto a la convocatoria anterior, entre otros, es el sueldo. El nuevo gerente cobrará anualmente una retribución básica de 55.000 euros, a la cual se tiene que sumar un complemento de puesto de trabajo de 20.000 euros y un complemento variable que puede llegar hasta los 5.000. Es decir, que puede cobrar entre 75.000 y 80.000 euros al año. También se mantienen las funciones que tendrá que desarrollar el nuevo responsable, entre las cuales destacan la de impulsar, dirigir y coordinar los programas y proyectos del organismo autónomo y los aprobados por el Consejo Rector y la de planificar y programar –con objetivos estratégicos, operativos y líneas de acción– la organización y los servicios que se prestan a fin de que respondan a las necesidades de la ciudadanía con la máxima eficiencia y eficacia y conformidad de la gestión administrativa.
Con todo, los grupos municipales de la oposición se muestran muy críticos, tanto con respecto a los cambios en las bases del concurso para escoger al nuevo gerente como por la polémica en el último Consejo Rector. En este sentido, el portavoz del PP, José Luís Martín recuerda que «una de las causas que dieron para despedir al último gerente es que no hablaba inglés, y eso se contradice con lo que piden ahora». Con relación al Consejo, donde Ricomà se presentó como presidente del Patronato todavía sin serlo y en el cual Pinedo le delegó su voto, Martín cree que eso no lo permiten los estatutos y asegura que «hemos pedido un informe en la Secretaría y valoraremos la legalidad de los acuerdos a los cuales se llegó». Por todo eso y más, Martín insiste en que «el gobierno actual no cree en el turismo, es un sector que no interesa a Ricomà. Un ejemplo es que estamos en julio y no se ha hecho ninguna campaña para situar la ciudad como destino turístico».
Por su parte, el concejal del PSC Berni Álvarez calificaba de «desastroso» y de «preocupante» que se haya rebajado la exigencia de nivel de inglés, «ya que un gerente de turismo tiene que controlar los idiomas». Con respecto a la polémica del Consejo Rector Extraordinario, Álvarez defiende que también «estamos mirando si, a nivel de reglamentación, hay alguna cosa que se ha hecho mal y, dependiendo de eso, miraremos si cogemos acciones al respeto».
Finalmente, Lorena de la Fuente, portavoz de Ciutadans, también se mostraba bastante crítica con todo. Con respecto a la cuestión del idioma, señala que «un gerente tiene que tener un buen nivel de inglés y valorar el conocimiento de otras lenguas porque tiene que mantener diálogos y tiene que representar en la ciudad en muchas ferias y ante otras entidades y asociaciones turísticas, de embajadas, de turoperadores , además de tener contacto con otros países». De la Fuente añade que «hay técnicos con menos responsabilidades a los que se ha exigido un mayor nivel de inglés y, además, el Ayuntamiento se contradice con este hecho cuando siempre ha sacado pecho que se tiene que disponer de personas bien preparadas. Eso nos genera dudas y mucha incertidumbre, el turismo en Tarragona es importante y el gobierno lo deja al margen». Aparte de eso, sobre el Consejo Rector dice que «lo que pasó parece una situación irregular, pero es una cuestión administrativa y no política. Si hubo un error formal en la composición del Consejo habría que volver a someter los asuntos a votación, pero tendría que ser el secretario general quien se pronunciara e informara a los grupos municipales al respecto».