Patrimonio
Pinedo abre la puerta a recuperar y poner en valor los fortines de Tarragona
El consejero de Patrimonio expresa una «voluntad política» hacia las diversas construcciones defensivas en lugares privilegiados
Tarragona cuenta con un puñado de fortines y baluartes, la mayoría de los cuales en lugares privilegiados de la ciudad. A pesar de su disposición, muchos de ellos se encuentran cerrados al público e, incluso, en estado de abandono. No sólo eso, sino que algunas de estas construcciones defensivas del siglo XVIII y XIX no están ni siquiera señalizadas. Ahora, Hermán Pinedo, consejero de Patrimoni de l'Ajuntament de Tarragona, abre la puerta a recuperar y poner en valor estos elementos con el fin de ganar espacios patrimoniales, con valor arquitectónico e histórico, y ponerlos a disposición de la ciudadanía y de los visitantes. Tal como explicó Pinedo al DiariMés, no se trata de ningún proyecto firme, sino tan sólo «una voluntad política». «Es una cosa totalmente mía, no está hablado técnicamente todavía. Se tiene que ver si se puede hacer», matizaba el consejero de Patrimonio.
Estas construcciones de entre tres y dos siglos de antigüedad se encontraban entonces lejos de la trama urbana de Tarragona, que no había iniciado su crecimiento hacia Llevant, Nordy Ponent. Estos elementos defensivos suponían una fase previa en la defensa de la ciudad, ya que esta ya contaba con murallas. Así, se podía ejercer una vigilancia sobre las diversas llegadas a Tarragona desde puntos elevados estratégicamente escogidos. Los fortines más conocidos son los que se encuentran junto a la playa del Miracle, idóneos para controlar aquello que pasaba en el mar. No obstante, el fortín de Sant Jordi y el fortín de la Reina se encuentran cerrados al público desde hace muchos años, aunque su estado de conservación es correcto.
Mientras tanto, tres construcciones permitían tener la carretera de Barcelona –el área de Llevant– controlada. Junto a la muralla que rodea todavía la PartAlta, el baluarte de Sant Jeroni permitía vigilar la zona del Valle de l'Arrabassaday la del camino del Llorito. Hoy en día se trata de un espacio donde no se puede acceder y donde se ubica el antiguo hospital sociosanitario de la VErge de la Salut –conocido popularmente como Casablanca-, propiedad del departamento de Patrimonio de la Generalitat y en estado de abandono desde hace 16 años. Por su parte, en el espacio que ocupaba el fortín del Llorito se encuentra el santuario y, en el sureste, el fortín de los Ermitans es hoy día un lugarconocido por pocas personas, fruto de su abandono.
Por último, en la parte norte del centro de la ciudad se ubica el fortín de la Oliva, una montaña con unas vistas privilegiadas y estratégicas en términos defensivos. Actualmente, tan sólo quedan unos pocos escombros y la señalización es insuficiente. Finalmente, el fortín de la Reina Amàlia, que se encontraba en el cruce de las calles Pere Martell y Felip Pedrell, fue derribado en 1997.
«Hace unos días estuve en la Oliva con la asociación de vecinos para ver cómo está conservado el fortín» explicaba Hermán Pinedo. «Convinimos que se podría plantear una excavación arqueológica allí», explicaba el consejero de Patrimonio sobre una actuación que le gustaría «plantear para el próximo año» y que permitiría «delimitar y ver mejor» la construcción del siglo XVIII. Pinedo también visitó recientemente el fortín de Sant Jordi: «Es muy bonito, pero está totalmente abandonado. Es una pena». «Me gustaría hacer alguna intervención. Podría ser un espacio como el Foro de la Colonia perfectamente en cuanto a actividades. Se podrían poner bancos, que la gente pueda pasear. Tengo la voluntad de trabajarlo», aseguraba. El baluarte de Sant Jeroni también recibió la visita de Pinedo, que lamentaba el abandono de lo que es «seguramente el segundo mejor mirador de la ciudad, es impresionante».
Varias dificultades
«Somos conscientes de que hay trabajo con respecto a fortines. Queremos hacerla y estamos buscando fórmulas», decía Pinedo. El consejero advertía, sin embargo, que «tenemos mucho trabajo a hacer y desgraciadamente es muy difícil hacerla toda, porque no tenemos los recursos suficientes». Aparte de eso, el gran impedimento sería el de las propiedades, ya que tan sólo el fortín de Sant Jordi es de titularidad municipal. Mientras que el baluarte de Sant Jeroni es de la Generalitat, los fortines de la Reina, la Oliva, los Ermitans y el Llorito están ubicados en terrenos de propiedad privada.