Vecinal
Los vecinos de Parc Francolí de Tarragona denuncian 'botellones' en el skatepark «cada día»
Los residentes junto al equipamiento deportivo aseguran que la Guardia Urbana no acude a pesar de las diversas llamadas
La Asociación de Vecinos Parque Francolí denuncia la realización reiterada de botellones en el skatepark de Tarragona, que califican «prácticamente diarios». Los residentes junto al equipamiento deportivo –situado en la zona en construcción entre el río Francolí y el AP-7– aseguran que las llamadas para alertar de la problemática son frecuentes, pero que la policía municipal no hace nunca acto de presencia. Todo les causa problemas a las noches, ya que el fuerte volumen de la música y las conversaciones dificulta el descanso de los vecinos. A pesar de ser un asunto que se arrastra desde hace tiempo, todavía no se ha conseguido poner remedio. Consultada por el Diario Más, la consejera|consellera de Seguridad Ciudadana, Cristina Guzmán (Juntos por Tarragona), aseguraba que «tenemos presente el tema de los botellones en el skatepark» y que la intención es alcanzar «una mayor frecuencia de paso de las patrullas de la Guardia Urbana».
Precisamente, este hecho es el que reclaman desde hace tiempo los vecinos de Parque Francolí, pero hasta ahora el consistorio no ha puesto remedio. «Hace un mes y medio tuvimos una reunión con los consejeros|consellers Xavier Puig (ERC) y Hermán Pinedo (no adscrito) para analizar las problemáticas del barrio, y los comentamos lo que pasaba al skatepark», explicaba Jordi Miguel, presidente de la Asociación de Vecinos Parque Francolí. Sobre el encuentro, Miguel detallaba que el entonces consejero|conseller de Seguridad Ciudadana, Manel Castaño (ERC), no pudo asistir «por|para un problema de última hora». En aquel encuentro, los dos miembros del gobierno municipal, según Miguel, «decían que no habría problema, que todo estaría regulado a las 23 h., cuando cierra el parque, y que la intención era hacer un nuevo equipamiento en otra zona de la ciudad». Los vecinos les propusieron que apagaran las luces a la hora de cierre.
«Se llama a la Guardia Urbana y no hace acto de presencia, eso es lo más grave», lamentaba el presidente vecinal. Miguel admitía que «la única manera para conseguir que vengan es advertir que hay alguna pelea» que realmente no se está produciendo, ya que normalmente tan sólo se producen botellones . Algunos, como el pasado fin de semana, han llegado a concentrar a una treintena de personas y causan molestias a los vecinos, especialmente en verano, ya que muchos duermen con la ventana abierta. El toque de queda vigente hasta mayo lo suavizó, así como el actual, aplicado hace pocos días, sin embargo «molestan igualmente, especialmente entre semana, cuando trabajamos», decía Miguel.
Durante los más de dos meses sin toque de queda «se ha notado más, con botellons casi cada día», explicaba Edu Garcia. Este vecino vive en la calle Jaume Vidal i Alcover, que queda justo delante del skatepark: «Llamamos a la Guardia Urbana cada día, pero la problemática continúa, no vienen aunque tienen una comisaría al lado. A las 22 h. tenemos las ventanas cerradas y escuchamos igualmente la música». Garcia avisaba que las personas que hacen botellons en este lugar «se pasan el toque de queda por el forro ». Por ejemplo, este vecino aseguraba que el jueves pasado «llamaron a la Guardia Urbana a las 3 h. y dijeron que ahora vendrían, y no lo hicieron». También el 9 de mayo, cuando|cuándo acabó el Estado de Alarma: «Yo iba a trabajar a las 6 h. y todavía había fiesta».