«Buhos siempre hemos hecho un discurso optimista, eso no lo ha cambiado ni la pandemia»

—Este año tenía que ser el del final de la pandemia, pero las previsiones no son optimistas. ¿Cómo estáis viviendo la gira en este contexto?

—Como uno coitus interruptus . Veníamos de hacer una obra de teatro dirigida por Albert Pla con todas las representaciones agotadas. A finales de mayo, veíamos que a los conciertos todo el mundo se metía derecho y bailaba, y en junio parecía que ya no había covid, así que pensamos que podíamos volver a los conciertos de toda la vida, preparando uno directo mucho más festivo. Tocamos enSantCugat, en Canet, y de sopetón nos volvemos a ir a la mierda. Ahora ya no sabemos qué hacer, en así que hemos hecho una mezcla entre la obra de teatro y un concierto bailable. Pero algunas cosas no las entendemos. El otro día, en Empuriabrava, el público que había pagado entrada estaba sentado en sillas de madera con el bozal en la boca. Y la gente del otro lado de la valla, bailando, saltando y bebiendo... Los músicos nos sentimos castigados, suspenden conciertos y fiestas mayores y castigan al público a estar sentado. Tenemos la sensación de ser los pringados de la película.

—Sin embargo, como se plantea vuestro verano?

—Somos optimistas y nos sentimos privilegiados de que tanta gente nos venga a ver y nos pidan tantos ayuntamientos, promotores y teatros. En cifras de actuaciones, es como si no hubiera pandemia.

—Vuestro discurso invita a disfrutar de la vida. ¿Sentís que es un mensaje que el público necesita ahora más que nunca?

—Totalmente, pero nosotros siempre hemos pronunciado este mismo discurso, porque Buhos somos así, y eso se acaba reflejando en nuestra música y nuestras letras: son optimistas como nosotros.

—En un contexto en que la venta de discos es minoritaria, planteáis los nuevos trabajos enfocándolos en los directos?

—Sí, y nos gusta que sea así. Nosotros nunca hemos pensado en la venta de discos, porque cuando llegamos a la industria ya nadie vivía de eso, así que lo que queremos es que la gente, cuando nos escuche, desconecte de la rutina y durante un rato se vaya de viaje a un mundo alegre y festivo. Ni la pandemia nos lo ha hecho cambiar, y creo que acabaremos así, será difícil que nos pongamos serios.

—A 'El Día de la Victoria' encontramos colaboraciones de Stay Homas, Suu, Miki Núñez o Lildami. Sois una generación de músicos con mucha conexión y bien avenidos.

—Cierto, todos los que colaboran son amigos de verdad, de los que vienen a casa. La Suu la conocemos desde que tenía 14 años, a Miki lo hemos visto actuar cuando hacía versiones y cuando de golpe se hizo súper famoso, Lildami igual, con los Stay Homas somos hermanos... Las colaboraciones han sido fáciles porque no hemos tenido que ir muy lejos a buscarlas.

—Cómo será el reencuentro con el público de Tarragona?

—Ya no recordamos cómo es, porque la última vez que vinimos por Santa Tecla todavía no éramos conocidos. Cuando el grupo empezó a ir bien, ya no nos llamaron más. Hace ocho años que no nos contratan por Santa Tecla, a pesar de ser de aquí. Hemos tocado siete veces seguidas en la Mercède Barcelona, y ahora venimos al Campo de Marte, pero no nos contrata el Ayuntamiento, sino que nos la jugamos nosotros. Por lo tanto, nos encanta Tarragona, pero parece que nosotros a ella no tanto. Al público sí, pero ya te digo que hemos visto cómo cada año venía gente de fuera a tocar y nosotros nos lo mirábamos desde el público.