Urbanismo
Los vecinos de la Oliva de Tarragona defienden que se puede denegar la licencia del aparcamiento
Un informe de la entidad vecinal sobre el parking de autocaravanas apunta que el Ayuntamiento puede acogerse en su criterio a pesar de la luz verde de la comisión
La posible ubicación de un aparcamiento de autocaravanas en la montaña de la Oliva sigue trayendo cola. La Asociación de Vecinos de la Oliva hizo público el pasado viernes un informe en el cual defiende que el Ayuntamiento de Tarragona tiene la potestad legal de denegar la licencia provisional para instalar el parking en la empresa peticionaria, Maroem Serveis. Esta es una posición contraria a la que defiende el consistorio, desde el cual se afirma que se incurriría en un delito de prevaricación si se denegara la licencia una vez la Comisión Territorial de Urbanismo de la Generalitat de Catalunya ha emitido un informe favorable sobre el proyecto. El proyecto ahora contempla un aparcamiento para 37 autocaravanas y sin la posibilidad de pernoctar, aunque en un inicio la voluntad de la empresa era contar con 87 plazas. La polémica llegó el viernes 23 de julio al pleno del Ayuntamiento, cuando la moción presentada por el PSC y los concejales no adscritos Sonia Orts y José Luis Calderón, que pedía detener el aparcamiento, fue aprobada con 12 votos a favor y 12 abstenciones.
El argumento jurídico principal del informe de la Asociación de Vecinos de la Oliva, elaborado por la abogada Isabel Baixeras, se basa en la «discrecionalidad», es decir, que se puede tomar una decisión con criterios propios de forma justificada y sin estar sometido a una normativa. Mientras que el gobierno municipal asegura que no puede contradecir el veredicto de la Comisión Territorial de Urbanismo, los vecinos de la Oliva hacen referencia a varios argumentos jurídicos y apuntan que el consistorio está capacitado para hacerlo: «El informe previsto es, pues, un informe preceptivo pero no vinculante. Efectivamente, si además de ser preceptivo fuera vinculante, el texto de la ley lo prevería de esta manera. La falta de previsión en este sentido se tiene que interpretar en favor de la potestad del municipio de resolver, sea en sentido positivo o en sentido negativo». En este sentido, Baixeras afirma que para conceder o denegar la licencia el Ayuntamiento ha de «invocar y describir los intereses generales», tener en cuenta todas las normativas y resolver de forma «consonante con las finalidades de interés público».
Todo hace que los vecinos de la Oliva nieguen que se tiene que conceder la licencia a Maroem Serveis sin ninguna alternativa si la Comisión Territorial de Urbanismo da luz verde. «La expresión se pueden autorizar indica que la potestad no es reglada, sino discrecional. Es decir, el peticionario no tiene un derecho preexistente a obtener la autorización, y el Ayuntamiento no está obligado a dársela. Se la denegará si no es lo bastante seguro que el proyecto presentado sea compatible con la protección de los intereses generales de los cuales tiene legalmente asignada la custodia», sentencia el informe, que avisa que «el hecho de que la pueda denegar no quiere decir, en absoluto, que la eventual denegación no tenga que ser motivada».
Las obras y el entorno
La Asociación de Vecinos de la Oliva propone al Ayuntamiento varios argumentos para justificar una eventual denegación de la licencia provisional. Este tipo de licencia tan sólo permite las obras mínimamente necesarias para llevar a cabo la actividad en cuestión, y que estas, según apunta el informe, tienen que ser «fácilmente desmontables y trasladables». Así, el documento elaborado por la abogada Baixeras apunta que «un aparcamiento de autocaravanas fácilmente desmontable sería, quizás, aquel que se instalara en un terreno plano que ofreciera seguridad a los usuarios sin necesidad de instalar barreras lo bastante potentes para parar el eventual resbalón de vehículos». En este sentido, los vecinos defienden que tanto los accesos como el terreno en los pies del mirador de la Oliva son demasiado estrechos y con un gran desnivel, cosa que exigiría una valla lo bastante sólida para que los vehículos no se descuelguen, y eso no son en absoluto obras desmontables, hecho que sería «incompatible» con las condiciones de una licencia provisional. Por otra parte, los vecinos apuntan que el Tribunal Supremo en el 2012 estableció que los aparcamientos de autocaravanas son «aptos para servir de alojamiento de las personas». Además, defienden que se tienen que preservar el paisaje de la colina de la Oliva, el Fortín del siglo XVIII y el arbolado de la zona.
Ubicaciones alternativas
La semana pasada, el Ayuntamiento, a pesar de mantenerse en la posición de la imposibilidad de denegar la licencia, abría la puerta a buscar ubicaciones alternativas: «Para salvar la Oliva de esta propuesta en una ubicación que nunca nos ha gustado, no utilizamos la vía de la denegación, sino la vía pactada», explicaba el conseller de Urbanismo, Xavi Puig, al Diari Més. El consistorio no quiere perder la oportunidad de tener un aparcamiento de autocaravanas y está en conversaciones con Maroem Serveis para encontrar nuevos espacios. De momento, el Ayuntamiento tiene sobre la mesa varios terrenos municipales y «un par o tres privados, que sería un camino más sencillo», decía un Puig que detallaba que tendrían que ser «de una o dos hectáreas y relativamente cerca del centro o la PartAlta» y que se mostraba «optimista». Desde Maroem Serveis confirmaban a este diario que tienen «la puerta abierta a alternativas», aunque «la Oliva todavía es una opción». «No puede ser fuera de la ciudad y que sea complicado llegar, tiene que tener una buena comunicación», advertían desde la empresa.