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Las restricciones por la pandemia impiden a los chiringuitos de Tarragona reavivar

El toque de queda, la reducción del aforo y la bajada del turismo internacional son los principales impedimentos que se encuentran

Imagen del chiringuito La Nova Estrella de la playa de la Arrabassada.

Las restricciones por la pandemia impiden a los chiringuitos de Tarragona reavivarGerard Martí

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El conjunto de restricciones encaminadas a evitar la proliferación de la pandemia de covid ha golpeado en el último año y medio la hostelería y está afectando a la actual campaña de verano. Los chiringuitos de Tarragona, no han quedado al margen de esta tendencia y han experimentado un declive tanto en la afluencia de gente como en el turismo internacional. La medida del toque de queda, de hecho, está haciendo que, hasta el momento, este verano les esté yendo peor que el anterior.

«La temporada está yendo muy regular, al reducir el aforo, hemos pasado a tener un 30% menos mesas|tablas en la terraza y eso repercute en la facturación», explica Francisco Jurado, responsable de La Nova Estrella de la playa de la Arrabassada. Jurado también comenta que ha disminuido el turismo y lamenta que la medida del toque de queda los está perjudicando. «Se ve muy poco turismo, que era el que siempre nos daba un plus. Quizás hay más que el año pasado, pero nos permitían estar abiertos un poco más tarde. Ahora, con el toque de queda, tenemos que cerrar antes de la 01.00 h, el año pasado la gente no tenía tanta prisa para llegar a casa», apunta. «Nuestro espacio es limitado y nosotros hemos sido estrictos al mantener la distancia de dos metros entre mesa y mesa y eso se ha notado», recalca.

El responsable del chiringuito explicó que, a pesar de pedir la ampliación de la terraza, desde Costes no se le autorizó. El encargado de los dos de los tres chiringuitos de la playa de la Arrabassaday la de la playa de la Savinosa, Yeray Romero, propietario de Pepe's & Lugano, expone que esta temporada de verano está yendo un poco peor que el del año pasado y también apunta a la medida del toque de queda como uno de los principales motivos de la bajada. «La temporada de verano está en la línea del año pasado, pero creo que, incluso, el año pasado estábamos ligeramente mejor que este año, porque sí que estaban los confinamientos municipales, pero a la gente no le quedaba otra opción que quedarse en Tarragona» sin la restricción horaria. «La restricción horaria es más estricta ahora que el año pasado. El año pasado podíamos cerrar más tarde de las 12.30, y claro, eso se nota. Ha hecho mucho daño|dolor|mal el toque de queda. La hostelería, en aquellas horas, es cuando tiene un poco de oxígeno. Las últimas copas que ahora la gente no puede echar porque en las 12.30 tienes que hacer a la gente», explica. Romero también tuvo que reducir el aforo para mantener la distancia de seguridad entre mesas|tablas. «El aforo lo hemos tenido que reducir para mantener la distancia de seguridad entre mesa y mesa. Si no tendríamos una hilera más de mesas|tablas dobles. Y eso, en la facturación, se nota. Al final lo que perjudica es el conjunto de cosas», lamenta. El propietario de Pepe's & Lugano explica que este agosto hay un poco de turismo francés en sus chiringuitos, pero señala que el mes de junio y julio no ha habido, era todo turismo nacional o gente de Tarragona.

Javier Escribano, presidente de la Asociación de Hostaleros de Tarragona Ciudad, explica que el turismo de este verano «queda muy lejos» del de hace dos años. «Hay más turismo que el año pasado, pero nada que ver con el 2019», explica el presidente de los hostaleros. «Este agosto tenemos franceses, ingleses y el resto de Cataluña y España. Hay más que el año pasado, pero estamos a mucha distancia de lo que fue el año 2019». «Creíamos que era un verano de recuperación y estamos con toque de queda a mediados de agosto», expone.

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