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Éxito de asistencia en la última jornada de acceso gratuito al Anfiteatro de Tarragona

El turismo nacional, predominante en las visitas al emblemático monumento, disfrutó este domingo del espacio cuatro días después de la reapertura

Visitantes paseando por la zona de la arena y disfrutando del acceso gratuito al Anfiteatro.

Éxito de asistencia en la última jornada de acceso gratuito al Anfiteatro de TarragonaJoan Carles

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Éxito de asistencia al Anfiteatro en la última jornada de entrada gratuita. El monumento, que reabrió al público, el pasado 18 de agosto con la posibilidad de acceso a la zona de la arena, acaparó este domingo buena parte de las visitas de los turistas nacionales, que optaron por visitar el emblemático monumento. Muchos de los visitantes, sin embargo, se enteraron de que el acceso era gratuito ya en la entrada.

Paula Rodríguez y su madre, Concha Moral, de Madrid, hicieron un paro en Tarragona durante la ruta por la costa que están haciendo durante las vacaciones. Empezaron en la Costa Brava y tienen previsto llegar hasta Alicante. Paula explicó que «nos ha gustado mucho porque el parque –jardín romano– está muy bien integrado y está enfocado al mar. He observado que, en algunas zonas, están de reformas, pero está muy bien». También valoró muy positivamente las indicaciones durante la visita, que explican las fases por las cuales pasó el monumento y también destacó que se disponga de audioguía, la cual han utilizado. Su madre, Concha, explicó que «estuve aquí hará unos cuarenta años y eso no es como lo vi. Lo recordaba muy abierto, sin tantas barandillas, menos organizado. Ahora está más organizado y me sigue gustando mucho», explicó.

Daniel Álvarez es vecino de Coma-ruga (El Vendrell) y consideró la visita «muy productiva con respecto a la parte histórica, con mucha riqueza,» pero echó de menos elementos audiovisuales para que la gente pudiera observar el contraste respeto de cómo era antes en comparación con la actualidad. «Creo que se tendrían que poner audiovisuales para que la gente tenga más conocimiento real de lo que fue en lo que es ahora, por el estado de destrucción con lo que se encuentra», explicó. «Sería interesante instalar un audiovisual que ayudara a hacerse la idea de cómo era antes y que la gente se llevara una idea más realista de lo que fue el Anfiteatro», expuso, recalcando que «justificaría más el pago de la entrada», que es a partir de hoy. «Ahora la gente no sabe si era así cómo está, hay algunas dudas», dijo. Conchi Jiménez, que lo acompañaba, explicó que «me gusta mucho, pero habría que poner elementos más audiovisuales para ver cómo se luchaba, como se hacían los espectáculos, sobre todo pensando en los niños».

Jonathan Blanc, de Badalona, decidió aprovechar para hacer un paro en Tarragona, ya que tenían prevista comida en un restaurante de les Terres de l'Ebre. Jonathan fue con un grupo donde también lo acompañaba un amigo francés y aprovecharon para enseñarle Tarragona. «No sabíamos que la entrada era gratuita, ha sido casualidad», apuntó. «Ya hacía diez años que no venía al Anfiteatro y me ha gustado mucho, es muy impresionante, y más ahora que lo han empezado a proteger más», dijo. Al joven, sin embargo, no le acabó de hacer el peso que haya edificaciones tan próximas en el monumento histórico. «Este cartel que dice Escuela del Milagro yo lo sacaría, queda horrible, parece publicidad», consideró. «Vamos con un poco de prisa porque tenemos una reserva», concluyó. Asun Garcia, que acompañaba a Jonathan, también explicó que había venido hacía tiempo en el Anfiteatro y señaló que «está muy bien conservado».

Jorge Fernández, de Alcoy, también hizo un paro en Tarragona haciendo ruta desde la Costa Brava hasta su localidad. «Nos ha parecido muy interesante la visita», dijo, pero detalló que faltan elementos para saber cómo era antes el monumento. «Sería interesante que hicieran una explicación para hacerse un poco más la idea de lo que era, porque lo que es ya se ve, son cuatro piedras». «Con una foto del estado actual y una reproducción de cómo era antes por épocas, sería suficiente para hacerse la idea», consideró el vecino de Alcoy.

Mariano Renquine, de Salou, vino para acompañar a unos amigos suyos de Valencia a Tarragona. No sabía que la entrada era gratuita. «La última vez que vinimos no pudieron bajar a la parte de abajo, ahora sí que hemos bajado a la zona de la arena y hemos podido apreciarlo todo mucho mejor», celebró.

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