Los feriantes proponen una reducción de días y atracciones por Santa Tecla
La rambla Lluís Companys se quedó sin feria en septiembre del 2020 y ahora el Ayuntamiento tiene que decidir si la quiere recuperar
Los feriantes también quieren tener su parte de protagonismo durante las Fiestas de Santa Tecla. Para hacerlo posible, han propuesto al Ayuntamiento de Tarragona una reducción de días y atracciones de acuerdo con las actuales restricciones para evitar contagios de covid-19. Con esta rebaja con respecto a lo que era habitual en la rambla Lluís Companys, esperan que el consistorio les dé luz verde durante esta semana para retornar a este espacio. A pesar del optimismo, los precedentes, no son del todo esperanzadores. El año pasado la Fiesta Mayor de la ciudad ya se quedó sin feria a causa de la pandemia y este verano Tarragona ha sido uno de los puntos más críticos para los feriantes en comparación con el resto de Cataluña y el Estado.
«Ahora mismo todavía no sabemos qué nos dirán o si nos autorizarán», explicaba Ramon Pàmies en declaraciones en DiariMés. Sobre la decisión del Ayuntamiento de autorizar la feria en la rambla Lluís Companys, el vicepresidente en Tarragona del Gremio de Atracciones de Feria de Cataluña (GREFIC) confirmaba que se encuentran «esperando una respuesta». Desde el punto de vista de Pàmies, los feriantes ya han hecho su parte: «El Ayuntamiento tiene que ver que queremos colaborar para estar más anchos y tener una feria segura». En este sentido, desde el GREFIC han propuesto al consistorio un modelo de feria más simple que la que había hasta el 2019. Si entonces había una decena de atracciones y puestos, porSanta Tecla del 2021 tan sólo han pedido seis, todas ellas dirigidas a los niños. De esta manera, de entrada ya han descartado una caseta de juegos, una puesto de comida y otra atracción. No sólo se ha apostado por reducir la cantidad de estructuras en funcionamiento, sino que los feriantes quieren convencer al Ayuntamiento con un recorte de días, eso sí, abriendo cada tarde, como de costumbre. Normalmente, la duración se subía hasta las tres semanas. Para este 2021 el GREFIC se conformaría con sólo dos.
No está siendo un verano fácil para los feriantes en la ciudad y en el entorno. Hasta el momento, tan sólo se ha autorizado una feria, la de Bonavista. Antes de la pandemia, barrios como la Granja, Sant Pere y Sant Pau, el Serrallo, Verge del Carme, la Floresta o Sant Salvador los contrataban habitualmente cada verano. «Si la de Bonavista ha sido positiva, criamos que también lo tiene que ser en el centro de Tarragona», razonaba Pàmies sobre la «prueba piloto» en este barrio de Ponent. Allí, se cortó la calle y se ejerció un control de aforo. «Excepto esta, sin embargo, en Tarragona estamos mal», admitía el vicepresidente de GREFIC a la demarcación.
La cautela de la administración municipal tarraconense en cuanto a permitir las ferias está siendo difícil de ver repetida en otros lugares. Sin ir muy lejos, este verano ha habido ferias en Torredembarra, Salou, Sitges, Amposta, Sant Carles de la Ràpita o la Cava, entre otros. De cara al otoño, el GREFIC tiene confirmadas a Alcover –primera semana de octubre–, la Selva del Camp y Mora de Ebro –la última de octubre– o Falset –primera de diciembre. Al fin y al cabo, según los feriantes, supone un argumento a favor de cara a convencer al Ayuntamiento de Tarragona: «Esperamos que cambien de opinión», expresaba Pàmies.
Lejos de la demarcación, las cosas han sido más fáciles. En Barcelona y Gerona han podido abrir entre un 50% y un 70% de las ferias. Se empieza a trabajar, aunque no con normalidad», detallaba Pàmies. En el resto de España, el paradigma es todavía más diferente: «En los pueblos de Andalucía no se ha suprimido ni una. También ha habido en Madrid, Cuenca, Valladolid, Santander, Pamplona, Torrelavega o Alcalá de Henares».