El servicio de alquiler de bicicletas eléctricas en Tarragona ha generado menos interés que el de patinetes

El Ayuntamiento de Tarragona sigue trabajando para conseguir que alguna empresa opere en bicicletas eléctricas de alquiler en la ciudad. Esta era la prioridad del consistorio desde el primer momento, pero, a la hora de la verdad, ha habido mucha más voluntad por achacar por los patinetes por parte de las compañías. «Hablar de fechas tiene un punto de arbitrario. Para mí, pueden llegar cuanto antes mejor, pero es decisión de las empresas si vienen con patinetes o bicicletas», se resignaba Xavi Puig. El consejero de Movilidad revelaba que «las empresas se vuelven locas por venir con patinetes. Ojalá hubiéramos tenido más usuarios en las bicicletas». Así, Puig detallaba que, «si no hemos tenido bicicletas todavía, es porque no hemos tenido apuestas serias y, si hemos tenido patinetes, ha estado por unavalancha que hemos visto como una oportunidad por vestir la ciudad de infraestructura».

Consultadas por Diari Méslos últimos meses, dos son las empresas que ya operan con patinetes que verían con buenos ojos contar con bicicletas eléctricas de alquiler en Tarragona. El pasado mes de agosto Spin ya mostró interés en aterrizar en la ciudad en bicicletas eléctricas S-300 y, de hecho, anunció que desplegarán un millar en tres ciudades españolas todavía para desvelar antes de acabar el año. Por su parte, Bird tenía «la voluntad de perseguir este servicio» y poner a disposición de los tarraconenses las E-Bike. De esta manera, el interés de las dos compañías no habría evolucionado todavía a conversaciones serias.

Aunque ahora hay cuatro empresas ofreciendo servicio de patinete y ninguna de bicicleta, el Ayuntamiento considera que ya ha formado parte del trabajo hecho con la instalación de 2.000 aparcamientos –a cargo de las empresas– y la creación de los carriles bici educativo –entre Sescelades y el centro de la ciudad–, el de Pere Martell –a medias– y el futuro de Ponent: «Esta infraestructura, que no estaba, ahora empieza a existir».

Así, los dos millares de plazas de aparcamiento en forma de anillas metálicas instaladas por toda la ciudad serían el método para estacionar la bicicleta «con un candado y batería extraíble, por ejemplo», relataba a Puig. De esta manera, la opción de disponer de un sistema de anclaje|fondeo –como el Bicing de Barcelona– queda, de momento, descartado: «Se tiene que aprovechar el stock|estoque existente y no generar demasiada otra cosa».