Un tarraconense ayudó a escapar a la única guía turística de Afganistán

Un tarraconense apasionado por los viajes, Carlos Ferrer, contribuyó a salvar Fatima, la primera y única mujer guía turística del Afganistán de caer en manos de los talibanes. Herrero, un viajero que ha recorrido más de 78 países por todo el mundo, pasó tres semanas en Afganistán hace tres meses. Allí conoció Fatima, que lo guiaron por el país y establecieron una amistad. Herrero, junto con dos viajeros más a los cuales conoció para|por un grupo de Facebook de viajes, consiguió incorporar a un grupo de 18 afganos, entre los cuales, aparte de Fatima, había atletas, guías turísticos del país, mujeres y niñas en el listado del Ministerio de Exteriores de personas que estaban en peligro después de que los talibanes tomaran el control del país. Fatima consiguió acceder al aeropuerto de Kabul en el segundo intento, después de que los talibanes frustraran el primero apuntando al grupo con las armas. Después de pasar tres días en el aeropuerto, Fatima y el resto del grupo pudieron embarcar en un avión del ejército italiano, que los llevó|trajo a Milán, donde se encuentra en un cuartel militar con centenares de refugiados. Carlos Ferrer define Fatima como una mujer luchadora y que ha tenido que hacerse fuerte en un país que la cuestionaba para ejercer de guía turística siendo mujer. Sus valores feministas, su proyecto de crear un centro para formar a otras mujeres afganas en la práctica de la guía turística y el hecho que concediera entrevistas en CNN, Traveller, Clarin o La Vanguardia, que se interesaron, por su historia de superación, la ponía en el punto de mira de los talibanes.

Yo ya había leído varios artículos sobre Fatima, para ser la única guía turística mujer de Afganistán y cuando llegué a la ciudad de Herat tenía muy claro que la quería conocer. Estando allí, nos hicimos muy amigos», explica el viajero tarraconense. Ferrer apunta que «aparte de ser guía, Fatima quería crear una escuela de formación para que otras mujeres pudieran seguir su ejemplo y ejercieran de guías turísticas». «Los talibanes no aceptan que las mujeres trabajen y, además, ella es una activista por los derechos de la mujer y de los niños, por lo tanto, los talibanes la tenían muy marcada», apunta. «A través de una red de viajeros, decidimos unir fuerzas para sacar|quitar a Fàtima del país», comenta. «Pusimos a 18 personas en aquella lista de evacuación. Unos viajeros italianos que conocían en Fatima pudieron poner su nombre a la lista de Italia. Yo y dos viajeros españoles más pudimos hacer lo mismo después de contactar con la Delegación del Gobierno en Cataluña, que fueron muy eficaces y nos pusieron en contacto con el Ministerio de Asuntos Exteriores. Les pudimos pasar la lista de 18 personas que estaban en riesgo de morir», explica. «Desde el Ministerio de Exteriores, nos pidieron la lista de todo el grupo. Al haber otros guías turísticos afganos, el hecho de trabajar con extranjeros también los ponía en el punto de mira. Además, en el grupo que embarcó en el avión también había familias de la etnia hazara, que es la más perseguida,» indica el viajero.

Fatima vivía en una ciudad bastante alejada de Kabul y fue una de las poblaciones que cayó en manos de los talibanes. Ferrer recuerda que la guía no quería abandonar el país de ninguna manera y que «nos costó mucho convencerla de que dejara su ciudad». «Ella no quería marcharse, es una mujer luchadora y me llegó a decir que si tuviera un arma lucharía hasta el último momento para no marcharse. A medida que se acercaban los talibanes, conseguimos convencerla para que se marchara en un piso de que le habíamos buscado en Kabul, ya que, en aquel momento, pensábamos que sería lo único o el último lugar|sitio que caería, creemos que las tropas defenderían Kabul», expone. «Pasó tres semanas escondida en aquel piso sin poder salir, esperando que los talibanes llamaran a la puerta, porque sabíamos que estaban yendo puerta por puerta», dice. El primer intento de llegar al aeropuerto fue fallido. «Cuando el grupo llegó al aeropuerto, había miles de personas fuera, se acercaron para|por Abby Gate, que estaba donde estaban los soldados europeos y donde días después se registró un atentado terrorista. Allí había bastantes talibanes y fueron directos por|para Fàtima y cuatro chicas, las apuntaron con las armas y les dijeron que giraran cola. Los talibanes, sin embargo, permitieron a la mitad del grupo acceder al aeropuerto, entre los cuales se encontraba un esquiador olímpico afgano y su familia» dice. «Fatima volvió a casa desesperada, ya que veía que había perdido una de las oportunidades de llegar a Europa y ser libre», lamentó al viajero. Pasados tres días, volvieron a intentarlo y consiguieron entrar en el aeropuerto porque no encontraron talibanes en el camino. Al llegar al aeropuerto, los soldados italianos los dejaron pasar. El grupo figuraba a las listas de España y de Italia. Fatima y el resto pasaron tres días durmiendo en el aeropuerto, comiendo poco y en condiciones precarias. Finalmente, consiguieron embarcar en un avión del ejército italiano y aterrizaron en Milán hace dos semanas. El grupo tuvo que permanecer más de 10 días en una instalación militar habilitada para refugiados a Milán, haciendo la cuarentena, pero fuera de peligro.