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Movilidad

El Ayuntamiento de Tarragona modificará el trazado del carril bici en la plaza Imperial

El nuevo recorrido irá enganchado a la calzada en cuentas de por el medio de la acera, pero eso no evitará la desaparición del quiosco

El carril bici de la plaza Imperial Tàrraco discurrirá desde el avenida Marqués de Montoliu y llegará hasta Pere Martell.

El Ayuntamiento de Tarragona modificará el trazado del carril bici en la plaza ImperialGerard Martí

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El recorrido del carril bici por la plaza Imperial Tàrraco será diferente con respecto a lo que estaba previsto. El Ayuntamiento de Tarragona hará una modificación del proyecto inicial con el fin de mejorar la seguridad de los peatones que pasen por delante de la antigua facultad de letras y en el tramo final de la Rambla Nova, donde el carril bici educativo se unirá próximamente con el de Pere Martell y, en un futuro, con el de Ponent. De esta manera, en nuevo trazado transcurrirá prácticamente enganchado a la calzada, mientras que, hasta el momento, estaba planeado que lo hiciera por el interior de la acera. Esta modificación, sin embargo, no evitará la desaparición del quiosco de la plaza Imperial Tàrraco, en el cual se le acaba la concesión el próximo 8 de octubre. Las obras para instalar el carril bici en este lugar no tardarán a empezar, ya que la materialización del carril bici «avanza a muy buen ritmo», según el consistorio, y los trabajos son intensos en la avenida Marquès de Montoliu, que llega a la misma plaza.

«En un principio lo íbamos a hacer sin modificar el proyecto, con la misma ejecución de la obra. Pero cuando es una cosa tan sustancial, modificamos el proyecto para tener un periodo de información pública y más transparencia», argumentaba Xavi Puig en declaraciones en Diari Més. El consejero de Mobilitat de l'Ajuntament de Tarragona especificaba que «no se está modificando el contrato, por lo que el coste no aumenta, sino que todavía cueste menos dinero.» El presupuesto por todo el carril bici educativo es de 450.000 euros.

El cambio se ha decidido con el fin de «preservar el máximo posible el espacio y la seguridad de los peatones en la plaza Imperial Tàrraco, no queremos que el carril entre en conflicto con sus intereses». Si el proyecto preveía que el trazado transcurriera por el medio de la acera, ahora «se alejará de las fachadas y de las zonas concurridas para peatones y se enganchará tanto como sea posible en la calzada». «Radicalmente enganchado», añadía Monte. De esta manera, habrá algunos aspectos que se verán igualmente condicionados. Por ejemplo, se desplazará la parada de autobús «un poco más hacia el interior de la plaza, en la calzada». El paso del carril bici por su lado obligará a los usuarios del bus a cruzarlo para llegar a la parada|puesto, tal como detallaba Puig: «Será un espacio de convivencia. Se señalizará que la prioridad es del peatón. Allí donde hay esta coexistencia, el carril se pinta en aquel tramo como un mostrador de ajedrez».

El carril bici que está construyendo el gobierno actual plasma el proyecto iniciado por el ejecutivo anterior, liderado por el PSC. «Cuándo me encuentro el proyecto tiene cosas que me gustan y otros que no. Lo que no me gusta lo intento cambiar, pero hay cosas que no se pueden. Sería hacer un proyecto nuevo y tirar tiempo, calers y la oportunidad», explicaba Monte, que remarcaba que «han cogido todas las cosas buenas, que son muchas». Desde que se confeccionó el proyecto, Puig recordaba que «cuando llega el momento de la verdad tienes que pulir muchos detalles y en este momento todo son pequeños dramas».

El quiosco desaparecerá

El cambio del trazado del carril bici de la plaza Imperial Tàrraco no evitará el fin del emblemático quiosco, donde está desde hace medio siglo. «Si el carril chafaba el quiosco por detrás, ahora lo hará por delante. No pueden convivir, no cabe», detallaba Puig. El consejero de Movilidad argumentaba la imposibilidad, según el gobierno, de poder trasladar el edificio a otro punto de la plaza: «Si levantamos el quiosco, cae a trozos. El mantenimiento que se tenía que hacer por contrato no se ha cumplido. Se tendría que hacer uno nuevo, pero es que la ciudad tiene vacíos. Por lo que hace falta darlos vida». La concesión, con un alquiler de 8 euros mensuales, acaba dentro de un mes. «No montaremos este tinglado para trasladar el quiosco a un lugar donde no puede ir y gestionado por una persona que ya no podrá estar», explicaba Puig.

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