El sector hostalero de la plaza de la Font mantiene la protesta y no abrirá durante los actos de Santa Tecla
El Ayuntamiento permite a los establecimientos servir en el interior durante el Seguici
La polémica por el cierre de bares y restaurantes de la plaza de la Font durante el Seguici Petittrae cola. El Ayuntamiento de Tarragona, en un comunicado, anunció ayer que el juzgado contencioso administrativo de Tarragona rechazó la impugnación del bando del Ayuntamiento y que, por lo tanto, quedaban sin efecto las medidas cautelarísimas solicitadas por los restauradores, que reclamaban poder poner terrazas y poder servir a la gente en el interior de los establecimientos. El consistorio, sin embargo, anunció en el mismo comunicado que permitiría que los establecimientos puedan suministrar bebidas y comida en el interior de los locales, pero sólo al público asistente que disponga de entrada, recogiendo así una de las reclamaciones que hacían a los restauradores en el Ayuntamiento. Los restauradores, por su parte, anunciaron que mantendrán la protesta con la voluntad de dejar de manifiesto el «rechazo a las palabras de la concejala Inés Solé, que criminaliza al colectivo de la hostelería.» Los empresarios de la plaza de la Font consideran que la rectificación del consistorio permitiendo abrir en el interior de los establecimientos «llega tarde y mal» y la respuesta que darán será mantener la protesta con el cierre de los locales. El Ayuntamiento no había recibido ninguna comunicación de los restauradores al respecto.
David Rocamora, el abogado de los bares y restaurantes afectados de la plaza de la Font, explicó que la jueza rechazó las medidas cautelarísimas al entender que el perjuicio causado en los bares no sería irreparable, –ya que una indemnización sería una manera de reparar posibles perjuicios. Rocamora apuntó que la magistrada ha dado tres días en el Ayuntamiento para aportar sus argumentos y resolver definitivamente. La resolución definitiva, sin embargo, ya sería el día 23 o 24, posiblemente, pasados los días de las afectaciones.
El enfrentamiento entre Ayuntamiento y restauradores se hizo el visible domingo, cuando los establecimientos bajaron la persiana para protestar tanto por la prohibición de ubicar terrazas como por la de no permitir mantener abierto el interior de los establecimientos. La protesta dejó a los asistentes al Seguici Petit sin poder consumir, hecho que obligó en el Ayuntamiento a instalar un dispensador de agua y un wc. El Ayuntamiento, por su parte, lamentó la falta de empatía de los restauradores de la plaza de la Font con la ciudad y lo consideraron una «interpretación poco solidaria con la ciudad que oscurece el buen trabajo de las entidades».
El alcalde de Tarragona, Pau Ricomà, que ofreció ayer una rueda de prensa junto con la consellera de Festes, Inés Solé, destacó las ayudas que han aportado al sector de la restauración. «La empatía que hemos tenido con la restauración queda patente desde hace meses con diferentes ayudas directas, al permitir la expansión del espacio de manera muy abierta. Hace muchos meses que no pagan tasas», manifestó.
El alcalde apuntó que «nosotros hemos demostrado empatía con el sector y ahora también pediríamos que los bares y restaurantes de la plaza de la Font tuvieran empatía con la ciudad, y digo con la ciudad porque estamos viviendo días de Santa Tecla». «No puede ser que una interpretación poco solidaria con la ciudad oscurezca el buen trabajo de tantas entidades», trasladó al alcalde. Ricomà también defendió la celebración del Séquito en la plaza de la Font para seguir la tradición. «Lo hemos hecho en la plaza de la Font por el contexto histórico. Las fiestas en Tarragona tienen un componente cultural importante y hay unos escenarios importantes. El Seguici siempre ha arrancado y devuelto en la plaza de la Font. Por lo tanto, se tiene que ser empático y entender el valor de la fiesta», dijo.
La consellera de Fiestas, Inés Solé, consideró «intolerable» la protesta de los restauradores y lamentó que «hemos dejado de hablar de muertes para hablar de cómo distribuimos los bares y cómo nos enriquecemos». Solé recalcó que «las entidades han hecho un esfuerzo incalculable para adaptarse a la situación que nos marca la pandemia» y que han hecho «todo aquello que nos ha sido posible» dentro de la normativa. La consellera también apuntó que el día 9 de septiembre se reunieron con los restauradores con voluntad de «escucha activa» para recoger sus demandas. La consellera señaló que se adaptaron a una serie de peticiones que hicieron los restauradores, como de permitir que sus mesas se quedaran en el espacio público, no dejar entrar comida o beber o recoger la pirotecnia pronto.
Críticas de la oposición
El portavoz del PP, José Luis Martín, manifestó que, en caso de que la demanda de los restauradores prospere y se tuviera que indemnizar a los restauradores, «tendría que ser el alcalde quien, personalmente, se hiciera cargo de aquella indemnización». «Los tarraconenses no tenemos que pagar la negligencia de Ricomà. Si la justicia da la razón a nuestros restauradores, exigimos que el alcalde pague de su bolsillo las posibles indemnizaciones que tendrán que percibir los bares y restaurantes de la plaza de la Font», dijo.
El conseller del PSC, Berni Álvarez, afirmó que el domingo «no fue un buen día para la fiesta tarraconense» y reclamó al Ayuntamiento «encontrar una solución, porque quedan dos días para el Seguici y la situación es crítica, tanto para la gente de la fiesta como para la gente de la hostelería de la plaza de la Font, que lo que busca es una solución poniendo mucho de su parte».
La portavoz municipal de Ciutadans, Lorena de la Fuente apuntó que un espacio como la Rambla Nova era «más adecuado que la plaza de la Fontpara acoger al Seguici de Santa Tecla, ya que «tiene una longitud de más de un kilómetro y eso habría permitido que muchos más tarraconenses hubieran podido disfrutar de los elementos tradicionales de Santa Tecla».
Desde En Comú Podem manifestaron que «una estrategia de descentralización y reparto de las actividades por diferentes puntos de la ciudad hubiera permitido más público, con grupos más reducidos, evitar aglomeraciones, y un mayor reparto del provecho económico de las fiestas por pequeños comercios, bares y restaurantes de la ciudad».
La concejala no adscrita, Sonia Orts, lamentó que el alcalde «ha convertido Santa Tecla en una fiesta privada, ha dejado de ser una fiesta popular y lo ha convertido en un auténtico caos que demuestra la poca sensibilidad que tiene con el sector de la hostelería». Orts denunció la «falta de visión de ciudad, la falta de estima en las fiestas de Santa Tecla» y la mala gestión con los restauradores.
El propietario de un establecimiento de la plaza de la Font, que prefirió no dar su nombre, lamentó que «el problema que tenemos nosotros es que no nos dejan trabajar». El hombre señaló que «mientras la gente está en las terrazas, todo está regulado y se mantienen las distancias, cuando nosotros cerramos entonces van a hacer botellones y es cuando se vuelve incontrolable». La propietaria de un establecimiento que tampoco quiso dar su nombre consideró que el séquito se podría haber hecho en lugares con más aforo, como la Tarraco Arena Plaça. «Estos días de Santa Tecla nos ayudan a mantenernos durante el invierno», dijo.