Los versots y la sátira de los bailes hablados vuelven a hacer risa a los tarraconenses
Diables, Serrallonga, Pastorets, Gitanes y Dames i Vells sólo se vieron por televisión en el 2020
Cada 31 de diciembre es habitual, antes de las campanadas de Año Nuevo, que las televisiones emitan largos resúmenes para repasar todo lo que ha pasado durante el año. Los tarraconenses, sin embargo, lo hacen diferente. Cada septiembre, durante las Fiestas de Santa Tecla, se reúnen en varias plazas de la Parte Alta para rememorar todo lo que ha pasado en la ciudad durante los últimos 365 días de la mano de los bailes hablados del Séquito Popular. Ayer, unas 560 personas –280 en cada una de las dos tandas celebradas en la plaza de la Pagesia– volvieron a reír en directo después de dos años. En el 2020, los bailes de Diables, Serrallonga, Pastorets, Gitanes y Dames i Vells tuvieron que conformarse en llegar a los tarraconenses a través de las pantallas.
Tarragona tenía muchas ganas de los versots y la sátira de estos cinco grupos, que saltan de tontería a tontería de las cuales no se salva casi nadie. El de ayer no era el formato tradicional ni el ideal –las entradas agotadas en pocos minutos dejaron centenares de personas fuera–, pero ya fue algo más que el año pasado, cuando la pandemia ya estropeó la celebración de la Fiesta Mayor. Bajo las mascarillas, obligatorias, se intuían carcajadas que se confirmaban con las sonoras risas por parte del público, ansioso de volver a disfrutar de las cómicas rimas y entregado desde el primer momento. Era el retorno de los bailes hablados a la calle, la ocasión era exigente y la prueba se superó con nota.
Abrió la tarde el Ball de Diabless. El olor de pólvora de las carretilles precedió los versots. Muy pronto tocó el recibir al Ayuntamiento a causa de la gestión de las entradas para Santa Tecla, que sufrió varios problemas los tres días en que se podían conseguir tickets. Del consistorio no se salvó nadie. «Eso de las tortugas es uno puto espectáculo. La reina es la boba. Para el Ricomà no había mejor especie para poder recordarlo», decían los Diablos. La movilidad también fue un tema estrella. Se apuntaba hacia los carriles bici de nueva creación: «Habéis pintado más carriles que los que se hizo Maradona,» y se ponía el punto de mira sobre los patinetes: «Lo único que has conseguido es que hagan el gamberro y que vengan de Campclar patinando a tocar madera».
El baile de Serrallonga hizo su entrada disparando los trabucos. La limitación de entradas también estuvo sobre la mesa: «Sólo tenían un trabajo: repartir las entradas. No saben hacer ni eso, no paran de hacer cagadas». Picaron el corrusco en Hermán Pinedo por|para la polémica de los agujeros en la Torre de Minerva. La crítica a la extrema derecha también se hizo su sitio, con los trabucaires reivindicando el antifascismo. Había una gran novedad con respecto al año pasado. La vacunación todavía quedaba lejos la Santa Tecla pasada, y ayer se apeló a vacunarse: «Vacunarse es lo mejor, y dicen que es bien segura. Yo desde que me lo he puesto tengo el shona que me supura».
Los saltos y los bastones del baile de Pastorets precedieron sus versots. La decepción con el ascenso fallido del Nàstic la temporada pasada hizo su acto de presencia, cuando dejó escapar una plaza a la promoción con una derrota por 4-0: «Hemos quedado un chico marchitos. Quedamos primeros de grupo y ya nos veíamos ascendidos. ¿Qué pasa cuando vamos bien? Se nos escapan los fluidos». En movilidad, aparte de la turborotonda, también se citaron los problemas con los patinetes: ¿«I un semáforo en rojo? Yo no lo veo, sigo recto. Y si voy por la acera todo urbano me tiene respeto».
El baile de Gitanes volvió a trenzar y destrenzar el cordón de nuevo. Sus parlamentos, como es habitual, fueron de tónica picante. La acidez también apareció cuando se recordó la cuchillada|navajazo que tuvo lugar en la Parte Alta, justo al lado del Ayuntamiento: «Si no teníamos bastante con la mierda, ahora la sangre llena las calles». Entre galerons, las Gitanes quisieron tener un recuerdo para dos miembros del baile que han perdido la vida durante la pandemia, siente este el momento más emotivo de la tarde.
Un adiós significativo
El baile de Dames i Vellsde este año no es una edición cualquiera. Se trata de la última vez|golpe en que el actor que representa al sargento Blasques hace al personaje. La ovación fue cálida y sonora. Eso sí, el Guardia Civil tendrá relevo y los viejos, las damas y el alcalde no podrán descansar tranquilos. «Tú también debes dejarnos, en rascarte los cojones. Por España no sufras, porque está llena de fachas. Lo mismo que Tarragona plagada de cucarachas», decía Francisco Franco a Blasques a través de la pantalla. El cambio en el gobierno municipal también trajo cola. «Habéis dado Cultura y Fiestas a la CUP, que son ateos, y eso, Ricomà, es más feiu que darlo a alguien de Reus», recriminaba al arzobispo al alcalde.