El Seguici Popular esquiva la lluvia y vuelve a hacer disfrutar a los tarraconenses dos años después
La plaza de la Font ha acogido las dos primeras tandas de lucimiento bajo la atenta mirada de unas 800 personas en cada una
Dos años después, Tarragona ha vuelto a ser ella misma siguiendo los cánones de cada 22 de septiembre. El ritual más icónico de Santa Tecla se se ha recuperado de forma más o menos fiel enla plaza de la Font, adaptándose a la pandemia y superando la dolorosa ausencia del año pasado. Un retorno del Seguici Popular, como mínimo el de la primera tanda de lucimiento, que ha estado en entredicho casi hasta a última hora. La lluvia ha caído a la ciudad desde el mediodía y hasta un rato antes de empezar, pero a la hora de la verdad la patrona tarragoninaha intervenido e, incluso, el sol ha acompañado durante todo el acto. Así, 800 personas se han congregado en las mesas y sillas delante del escenario –sustituto del recorrido por las calles de la ciudad– en la primera tanda, mismo número alcanzado en la segunda. Casi nadie ha fallado a su cita, ya que las entradas para acceder se agotaron en pocos minutos el pasado 15 de septiembre y no ha habido prácticamente ninguna localidad vacía. Las ganas y la ilusión, especialmente de los más pequeños, eran palpables.
Las mascarillas esconden media cara, pero cuando las emociones son fuertes, estas son evidentes. La alegría era la más común entre los chiquillos, que se morían por volver a ver los elementos de fuego, las bestias, críos, gigantes y bailes, todos siguiendo la orden tradicional. La mayor diferencia con la forma tradicional del Seguici Popular ha sido la distancia entre elementos y público. Una frialdad que, en este caso, era un mal menor. Aina era un buen ejemplo. Esta niña, que se sentaba cerca del escenario, ha echado de menos ser más cerca: «A mí me gusta más ponerme dentro con el fuego. ¡Es mejor que mirarlo! Pero ya es alguna cosa. Como no habrá Correfoc, tengo ganas de ver el Águila». A su lado, Martí ha preferido ver la Mulassa que, traviesa y juguetona como ella sola, siempre hace las delicias de los más pequeños.
Una Santa Tecla diferente
Las sensaciones desde dentro del Seguici Popular han sido parecidos a las del público. No era lo mismo de siempre, pero las ganas contenidas desde el año pasado han podido por fin liberarse. Han abierto la tanda de lucimiento, como manda la tradición, el Ballde Diables y su carretillada. La lógica dice que después es el turno del Drac de Sant Roc, y así fue. La bestia ha subido lentamente y con cuidado por la rampa de acceso para acabar bailando bajo el fuego y la pólvora, mientras las primeras filas de mesas se han vaciado durante unos minutos. El encargado de subir el Drac al escenario ha sido Xavier Grané. Este miembro de la entidad ha asegurado estar «nervioso como un niño pequeño», ya que «casi no recordaba ni cómo llevarlo» después de dos años. «Ha poco público, pero la ilusión no te la saca a nadie», decía Grané, que sobre el formato de escenario ha apuntado que «está claro que prefiero eso que nada, ya que estamos más cerca de la Santa Tecla que queremos». Una vez han hecho su intervención la Víbria y el Griu, los menos amantes del fuego han vuelto a ocupar las posiciones de privilegio delante del escenario.
Las que se se han sentido cómodas sobre el escenario han sido las bestias. El Águila y la Mulassa han hecho levantar de la silla grandes y pequeños en uno de los retornos más esperados del Seguicidel 2021. Después de la Cucafera, ha llegado el turno del Lleó. Ya de por si solemne, esta pieza ha estrenado un nuevo baile protocolario. «Ha ido muy bien», reivindicaba Francesc Martorell. El satisfecho cap de colla del Lleó ha explicado que han sido «dos semanas ensayando día sí y día también y estábamos un poco nerviosets». El estreno, sobre el escenario, dará paso en un futuro a los guijarros de la PartAlta: «Esperamos que el año que viene volvamos a la normalidad en la calle», decía Martorell.
Delante de el Ayuntamiento han bailado los Negritos, los Gegants de la Ciutat y los del Cos del Bou. Antes, Magí de les Timbales y, después, los Nanos, han conseguido conectar con el público y salvar una distancia que es inimaginable para estos dos elementos. Detrás suyo, ya ha sido turno para todos los bailes del Seguici Popular, con una idiosincrasia ya más apta para actuar sobre un escenario: Bastons, Pastorets, Turc y Cavallets, Patatuf, Cercolets, Gitanes, Valencians, Cossis, Set Pecats capitals y Moixiganga. Al finacompañado de la indispensable música de gralleros y bandas. Es recuperar lo que llevamos dos años esperando. Una situación bastante excepcional, pero las ganas están como nunca y eso lo compensa», confesabaEsteve Bou, del Ball de Gitanes. Lo hacía antes de entrar en laplaza, en la calle de Sant Domènech, donde se vivía un ambiente 100% teclero.