Tarragona revive las tradiciones en la jornada más emotiva de las fiestas

Tarragona ha celebrado la Festividad de Santa Tecla con una serie de actos que, a pesar de la pandemia y la lluvia matinal, han hecho reivindicar las tradiciones de la ciudad y revivir las emociones de los tarraconenses.

Los más matinadors han desafiado la lluvia para ir al Oficide Santa Tecla, a que ha empezado en la Catedral con el traslado procesional del brazo de Santa Tecla, desde su capilla, hasta el altar mayor. Seguidamente, se ha oficiado la misa pontifical, presidida por el arzobispo Joan Planellas, con la presencia de las parroquias y representantes del Ayuntamiento.

La lluvia ha obligado a reprogramar algunos actos y suspender de otros. La representación del Baile de Dames i Vells, que inicialmente estaba prevista en la plaza de la Pagesia, se ha realizado finalmente en el Palau de Fires i Congressos. Más de mil personas han podido disfrutar en cada pase de la representación teatral, que con una vertiente satírica y crítica corrosiva, ha abordado temas de actualidad de la ciudad. La tanda de lucimiento del Seguici de Santa Tecla que estaba prevista a las 11.00 horas de la mañana, en cambio, se ha tenido que suspender por la lluvia.

La Catedral ha reabierto las puertas a los tarraconenses a las 16.30 horas para que sus ciudadanos pudieran acercarse a ver a la patrona de la ciudad. Centenares de tarraconenses y visitantes se han adentrado en el templo para ver la reliquia del brazo de Santa Tecla, que ha sido expuesta en su capilla. Algunos de los tarraconenses que han ido han echado de menos la tradicional entrada del brazo de Santa Tecla, que, por segundo año consecutivo, no se ha llevado llevar a cabo como medida encaminada a evitar la proliferación de la pandemia.

«Lo mejor del Seguiciera la entrada del brazo de Santa Tecla en la Catedral. Este año, los que somos de Tarragona, lo echamos mucho de menos», ha explicado María José Gil, una de las personas que visitaba la Catedral poco después de que se abrieran las puertas del templo. «Este año es diferente, quizás es un poco más triste», ha dicho.

«Me ha parecido triste, estamos acostumbrados a ver el brazo en el altar, más decorado, con su carro. Este año desde la capilla lo veo muy simple», explica Charo, una tarraconense que va todos los años a la Catedral en esta jornada tan simbólica para los tarraconenses. «Podrían haber puesto el brazo un poco más vistoso, le podrían haber puesto más decoración o joyas», ha afirmado. David Dorado, que ha ido con su familia a ver la reliquia, lo ha considerado «muy diferente» y «descafeinado» con respecto a otros años. Dorado también ha echado de menos a una guardia que custodiara la reliquia así como más joyas y decoración en la capilla.

Luis Beltrà, que es de Alicante pero vivió 10 años en Tarragona, ha vuelto a Tarragona para enseñar la ciudad a unos amigos en estas fechas. Después de visitar la Catedral, Luis ha afirmado que «da un poco de pena, porque este año las fiestas están siendo un poco extrañas y diferentes de lo que conocía».