Aumentan un 30% las visitas de corta estancia de barcos en el Port Esportiu de Tarragona
Proliferan las empresas que ofrecen alquiler de barcos por días, que aprovechan particulares con titulación pero sin embarcación propia
Las visitas de transeúntes en el Port Esportiu de Tarragona ya han recuperado los niveles de antes de la pandemia. Especialmente este verano, la empresa NàuticTarragona SA calcula que las visitas de corta duración de barcos a las instalaciones situadas entre la playa del Miracle y el muelle de Llevant se han incrementado un 30% respeto a las del pasado 2020. Esta actividad ha cogido mucho vuelo los últimos meses gracias a la progresiva caída de restricciones hacia la covid-19. Además, la pandemia ha potenciado otro fenómeno, ya que se han popularizado las empresas que ofrecen alquileres de barcos. Este servicio ha sido aprovechado sobre todo para|por personas que disfrutan de titulación, pero que no tienen embarcación propia.
El contexto de la covid-19 ha hecho que mucha gente se distraiga en espacios exteriores y no demasiado lejos de su lugar de residencia. El sector náutico es uno de los que se ha visto beneficiado, especialmente con el recibimiento de visitantes durante un periodo corto de tiempo –visitan Tarragona de paso, más que no largas estancias– y que provienen mayoritariamente de lugares próximos, con embarcaciones no demasiado grandes y que requieren hacer noche en puertos cada pocas millas náuticas.
«Ha aumentado de nuevo el número de transeúntes. Acostumbra a ser gente que viene el fin de semana. La cifra ha ido subiendo a medida que han ido cayendo las restricciones. Antes no venía nadie», especificaba Xavi Potente. El director del Port Esportiu indicaba que estos visitantes de paso son «gente de otros lugares que han venido a visitar la ciudad, a estar unos cuantos días». En Tarragona los últimos meses los más habituales han sido los transeúntes provenientes de otras poblaciones catalanas con puerto, como Cambrils, Torredembarra, Roses o Barcelona. «También hay mucho turista francés, con barcos de 12 metros o más de eslora, que van bajando por la costa y van parando en varios puertos», decía Potente. Lo más habitual es, pues, hacer ruta por la costa del mediterráneo español, con las islas Baleares, a Barcelona o Valencia como principales atractivos. «A Tarragona se viene a descansar un poco o de visita», concluía Potente.
Con la recuperación del nivel de transeúntes habitual antes de la pandemia, los puertos deportivos, como el de Tarragona, han notado un impacto económico positivo. «Durante muchos meses no se pudieron utilizar las instalaciones y los transeúntes son un ingreso importante para los puertos deportivos», apuntaba Potente. Por otra parte, el alquiler anual de amarres se ha mantenido estable.
Alquiler de barcos en alza
Otro aspecto que el Port Esportiu de Tarragona ha visto incrementado durante la pandemia es el alquiler de barcos por|para días. Esta práctica está en alza y este verano ha sido casi una tendencia. Actualmente son tres las empresas que operan en el Puerto Deportivo con el servicio de alquiler, con un total de media docena de embarcaciones entre todas las compañías. «La gente no se compra barcos, pero hay empresas que sí que lo hacen y los alquilan», explicaba Potente, que añadía que se trata de usuarios que «no tienen recursos para tener una embarcación propia, pero tienen título de navegación». «Lo alquilan unos días y satisfacen las ganas», recalcaba.